Los concellos piden ayuda a las diputaciones para separar la basura orgánica antes de 2024

La Fegamp alerta de la “dificultad” de gestionar los biorresiduos | Les obligará a implantar un quinto contenedor y recoger los desechos con más frecuencia para evitar malos olores

Un compostador 
comunitario, 
ubicado en 
Pontevedra. |  
// RAFA VÁZQUEZ

Un compostador comunitario, ubicado en Pontevedra. | // RAFA VÁZQUEZ / Paula pérez

Paula Pérez

Paula Pérez

Antes de diciembre de 2023 los concellos gallegos deberán contar con un sistema de recogida separada de la materia orgánica que, en lugar de enviarse a la incineradora de Sogama, tendrá que ser transformada en compost. De momento, solo tres concellos llevan sus biorresiduos a la primera planta de compostaje abierta por la Xunta, en Cerceda. La Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) advierte de la “dificultad” de gestionar la fracción orgánica y asegura que para cumplir los plazos que ha fijado la UE necesitarán el apoyo de entidades “de más músculo administrativo y técnico” como las diputaciones.

La recogida por separado de la basura orgánica implica la implantación de un quinto contenedor, de color marrón, y la apertura de plantas de compostaje o bien la instalación de compostadores comunitarios para convertir estos residuos en abono.

La Xunta ha planificado cuatro plantas de compostaje situadas en cada una de las provincias gallegas, que podrán dar servicio a un total de 82 concellos, y deja en manos de la iniciativa municipal o privada la construcción de otras infraestructuras de tratamiento de los biorresiduos que permitan dar cobertura al resto de los ayuntamientos y cumplir así las directrices europeas antes de 2024.

La primera planta de compostaje en estar operativa es la impulsada por la Xunta en Sogama, en el municipio de Cerceda, que lleva ya año y medio en funcionamiento. Sin embargo, solo tres ayuntamientos (Carballo, Laracha y Cerceda) de los 18 que podrían usar sus instalaciones envían sus residuos orgánicos a esta central.

La Fegamp advierte de la “dificultad” de implantar el quinto contenedor para los biorresiduos por parte de los ayuntamientos. “Es una basura que no puede estar depositada en los contenedores por mucho tiempo para evitar malos olores”, explican desde la organización municipalista.

Esto obligará a los ayuntamientos a revisar sus sistema de recogida de basura, además de contar con “una dotación suficiente de contenedores”. Y la Fegamp apunta que es fundamental que las plantas de tratamiento de los biorresiduos estén próximas para que los costes de transporte no sean tan elevados.

Desde la Federación Galega de Municipios e Provincias desconocen si se han proyectado plantas de compostaje de iniciativa municipal, pero creen que la instalación de compostadores comunitarios “ya se demostró óptima en muchos concellos de la provincia de Pontevedra y podría ser un modelo a seguir por otras entidades locales”.

Los compostadores comunitarios son depósitos donde los vecinos pueden arrojar los residuos orgánicos que generen para que se se degraden hasta su conversión en abono.

A pesar de estas iniciativas, la Fegamp advierte que para cumplir los plazos para la recogida selectiva fijada por la UE deberán contar con el apoyo de las diputaciones. “La economía del esfuerzo, aquí como en otros ámbitos, tiene mucho valor”, defienden desde la Fegamp.

Sobre los costes que supondrá para las arcas municipales la recogida selectiva de biorresiduos, desde la federación de concellos advierten que todo dependerá del “adecuado dimensionamiento de las infraestructuras y de una adecuada recuperación de costes del servicio para que sean económicamente sostenibles, tanto en grandes concellos como en pequeños”.

Claves

1 Las exigencias europeas La UE obligará a reciclar la mitad de la basura que se genera. Para ello será necesario reaprovechar la materia orgánica.

2 Cuatro plantas de compostaje La Xunta abrió la primera planta de compostaje en Cerceda en 2020 y prevé otras tres en Cervo, Vilanova de Arousa y Verín

3 Los compostadores municipales En la provincia de Pontevedra varios concellos han instalado compostadores comunitarios para convertir los biorresiduos en abono.

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