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Los partidos gallegos acercan posturas para superar la crisis: ¿firmarán grandes pactos?

Ana Pontón y Núñez Feijóo, antes de iniciar su reunión. | // X. ÁLVAREZ

Dos días después de que la oposición se lanzase en tromba a exigir explicaciones a Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta y del PP, sobre la acusación de Luis Bárcenas de una caja B en Galicia cuando él ya había sucedido a Fraga, la política gallega pulsó el botón de “pausa” para apelar al diálogo, la unidad y unos grandes pactos para superar la crisis económica y social causada por la pandemia de COVID-19 que no se han concretado. Al menos, los líderes de PP, BNG y PSdeG tendieron puentes y se alejaron de la crispación que preside la política estatal.

El titular de la Xunta se reunió ayer por separado durante más de dos horas y media en cada caso con la nacionalista Ana Pontón y el socialista Gonzalo Caballero. Sobre la mesa, la búsqueda del Santo Grial político: los “acuerdos de país”. No se cerró ninguno, pero sí se evidenció un clima de respeto y ánimo constructivo alrededor de las necesidades gallegas para superar “una crisis inédita en tiempos de paz”, como la definió la portavoz nacional del BNG.

“Podemos convertir Galicia en una excepción de unidad al ruido ensordecedor en el que se está transformando la política española”, resumió Feijóo pasadas las cuatro y media de la tarde tras haber iniciado sus encuentros a las diez de la mañana. “No es bueno caer en los mismos tics que la política española, ni extremismos ni radicalidad”, resumió Feijoo.

Gonzalo Caballero (izdda.) y Feijóo en San Caetano, ayer. | // X. ÁLVAREZ

Los tres protagonistas coincidieron en términos como “diálogo”, “espíritu constructivo” y “necesidad de un gran pacto”, en un tono opuesto al que registra el Congreso de los Diputados, pero también el Parlamento gallego en una sesión ordinaria.

Aun así, Feijóo aprovechó su intervención para retomar sus críticas del día anterior a la “falta de ayuda” por parte de sus rivales políticos desde que en 2009 tomó posesión como presidente del Ejecutivo.

La agenda a la hora de buscar puntos en común eran claras: la política sanitaria y la mejora de los servicios públicos, un plan de apoyo a los sectores productivos para superar la recesión, el aprovechamiento de los fondos Next Generation de la UE que regarán España con 140.000 millones de euros o la finalización de infraestructuras pendientes tanto estatales como autonómicas.

Feijóo estudiará las propuestas de BNG y PSdeG, aunque aprovechó para reivindicar su gestión a tenor del menor impacto del COVID en Galicia. Su discurso se centró, de nuevo, en denunciar un maltrato del Gobierno central, especialmente en infraestructuras y aplicar medidas como la rebaja de peajes en la AP-9. Ahí pidió a BNG y PSdeG demostrar “si están con Galicia o con sus planteamientos [políticos]”.

La oposición centró sus mensajes en las competencias de Feijóo. Pontón, que advirtió de que “lo peor está por venir económicamente”, avanzó haber acordado con Feijóo reclamar más competencias al Estado y considerar maltrato la “violencia vicaria”, ejercida a través de los hijos. También pidió una inversión de 200 millones para mejorar la sanidad y exigió que la Xunta pida gestionar los fondos Next Generation. Sobre los proyectos gallegos, que suman casi 20.000 millones, lamentó una opacidad que también denunció Caballero.

El líder del PSdeG exigió “cogobernanza” entre Xunta y otras administraciones y se propuso como “eslabón” entre el Ejecutivo gallego y el Gobierno central y las ciudades y diputaciones que gobiernan los socialistas.

Propuso a Feijóo 12 pactos “de país” para mejorar el sistema de vacunación, la atención en salud mental y a mayores y en torno a los proyectos para captar fondos europeos, pero aclaró: “Nuestra propuesta no va de cheques en blanco, va de compromiso con Galicia”.

Aun así, los encuentros se cerraron sin ningún gran pacto – “No era el día”, reconoció Pontón– a la espera de concluir la comisión parlamentaria por la recuperación.

La lucha por abanderar la oposición evita la cumbre a tres

El acercamiento político para trasladar un mensaje de unidad entre los partidos quedó desdibujado por la falta de un encuentro a tres bandas entre Feijóo, Pontón y Caballero. El motivo radicó en la petición expresa de la nacionalista de una reunión a dos para evidenciar su condición de líder de la oposición y, por tanto, de la alternativa al proyecto del PP. Los intentos de Caballero por variar el formato fueron infructuosos y el propio Feijóo lanzó un pequeño aguijonazo al declarar que hubiera preferido esa fórmula. “Yo los escuché a ellos y ellos a mí, pero ellos no se escucharon entre ellos”, expuso en su intervención, la última de las tres. Queda abierta la posibilidad de nuevas cumbres que rompan con el tono estatal de crispación y filibusterismo político.

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