Cuando en 2017 universidades y Xunta pactaron el mapa de titulaciones vigente en la actualidad, acordaron mantener el tamaño del sistema: es decir, la condición para estrenar títulos pasa por quitar otros o suprimir tantas vacantes como las que se oferten en los nuevos. Pero ahora que se negocia, junto al futuro plan de financiación, para aplicar a partir de 2021, las universidades abogan por poder saltarse esa restricción en las plazas, también considerando que el sistema ganará alumnos en próximos años.
Para adaptarse, desde la UVigo apelan a un marco más “flexible” que el actual, en palabras de su vicerreitor de Ordenación Académica e Profesorado, Manuel Torres, aunque siendo “prudentes”. “Lo ideal”, reclama, “sería tener un marco más dinámico que el actual en cuanto a los límites de plazas que ayude a mantener un equilibrio entre la oferta y la demanda anualmente”. Asimismo, invita a considerar otros factores, como el “equilibrio” dentro del Sistema Universitario Galego o la “disponibilidad” de recursos humanos y materiales que permitan soportar esa “flexibilidad”.
El rector de la Universidade de Santiago, Antonio López, percibe el actual control de plazas como un “corsé” y defiende poder realizar una “redefinición” de la oferta que sea “razonable”. “No me gusta que para implantar un título tenemos que eliminar plazas de las que se venían ofertando. Aunque la población universitaria es finita, no me parece una buena medida”. “Seguramente, cuando redefinimos la oferta e implantamos nuevos grados o másteres, haya que quitar algún otro, pero no puede haber una relación de si tengo aquí 50 plazas tengo que quitar 50 de otra”, alega, sino una “redefinición razonable”.
Captar alumnos fuera
Ramos apunta, por otra parte, a la “capacidad” que tengan los campus gallegos de captar estudiantado de fuera de Galicia. Desde la USC, López aboga por “tener la vista puesta en Latinoamérica” como “una apuesta estratégica para la internacionalización”. Sin aparcar el paradigma presencial, corazón de una de las proclamas que realizaron las tres universidades gallegas el pasado año al rebelarse contra el plan de la Xunta para avanzar en un modelo híbrido de educación, López reivindica las herramientas que trajo consigo la pandemia para el caso de estudios de posgrado o doctorado, “más limitados en el tiempo” y que pueden resultar así candidatos más idóneos para fórmulas no presenciales pensadas para ese alumnado. Recuerda que en Latinoamérica “hay una presión enorme por acceder a la universidad” y “dificultad para dar entrada a toda esa demanda”.
A juicio del rector de Santiago, a la hora de pensar en el futuro mapa de titulaciones, hay que valorar también la demanda del estudiantado: aquí cita las listas de espera “larguísimas” para ciertas carreras. Pero, avisa, también hay que atender a la sociedad. En esa línea, indica que a los campus llega la demanda de titulados en las TIC, ingenierías como Informática, en Matemáticas, Física... “Hay ámbitos donde hay una presión, una demanda importante, que está directamente relacionada con las nuevas tecnologías y tenemos que darle respuesta”, argumenta. “Las universidades, las tres, venimos proponiendo que se incremente la oferta y se va incrementando, pero menos de lo que nos gustaría”, concede. Por otra parte, advierte quela oferta y la demanda “no puede ser una regla absoluta”. Tampoco la empleabilidad. Como ya se acordó en 2017, hay titulaciones que por su interés social o singularidad deben estar.
Qué piden las universidades
Aunque desde la UVigo entienden que es muy pronto para hablar de las titulaciones de grado que reclamará en el nuevo mapa, la Xunta habla ya de una decena de títulos y desde Santiago, por ejemplo, citan Inteligencia Artificial, un grado con el que comparte interés la UVigo. López alude al estudio encargado por la Xunta a Feuga –al que también apunta Nancy Vázquez, vicerrectora de Planificación Académica e Innovación Docente de la Universidade da Coruña– como referencia de títulos futuros en Galicia, aunque “echa de menos” entre las propuestas algún máster nuevo de Humanidades. “También tienen cosas que decir, y muchas”, alega. Añade el proyecto transfronterizo “pionero” en el que participan las tres instituciones gallegas con sus homólogas del norte de Portugal, “Universidade sem fronteiras”.
Nancy Vázquez explica que de cara a la solicitud de nuevas titulaciones “tendrá un peso importante la especialización de los campus” –en la UDC, Campus Industrial, Innova y de Sustentabilidade–, la adecuación de los recursos humanos y de las infraestructuras disponibles en cada universidad” y el entender que hay titulaciones que faltan en Galicia y que se deberían poner en marcha. Los límites de plazas, indica, se “van revisando año a año y” y ve “probable” poder aumentarlas en la UDC en carreras vinculadas al sector de la construcción.
