Veinticuatro horas después de que Mariano Rajoy y Felipe González pusieran sobre la mesa la necesidad de que PP y PSOE se entendieran en los grandes asuntos del Estado, Pedro Sánchez ha recogido el guante. Pero no para entonar el mismo mensaje que los expresidentes. El presidente del Gobierno ha protagonizado la clausura de la primera edición del Foro La Toja Vínculo Atlántico y ha dado la bienvenida al "multipartidismo" si este contribuye a superar la ingobernabilidad. "La opción que no es bienvenida es el bloqueo", ha sentenciado.

Momentos después de que Albert Rivera levantara su veto al Partido Socialista, y ya con la opción de Íñigo Errejón (Más País) lanzada al ruedo para hacer de puente en las izquierdas, Sánchez ha reiterado que las formaciones ni pueden "imponer en los despachos lo que las urnas le han negado", en referencia a Unidas Podemos, ni pueden utilizar su victoria en las elecciones para "imponer su programa", caso del propio PSOE. En este sentido, Sánchez ha instado a "acordar con otras fuerzas políticas un proyecto compartido".

El presidente del Gobierno, que estará en Vigo para un acto de partido (18.00), ha suscrito el que ha sido el principal leitmotiv de este Foro: la necesidad de forjar un ejecutivo sólido para hacer frente a los muchos -y complejos—desafíos que ya brotan en el presente. En la política, el principal es el conflicto en Cataluña y la proximidad de la sentencia del procés. "España necesita un gobierno estable", ha incidido el mandatario, en una intervención en la que ha advertido que los partidos separatistas no pueden tener "más influencia" de la que ya tienen en la gobernabilidad del Estado.

Sánchez, marcando distancias de nuevo y subiendo la intensidad de sus críticas a la Generalitat, también ha subrayado que Cataluña "todavía no ha recuperado el pulso" que tenía antes del referéndum ilegal del 1 de octubre, como muestran los indicadores de inversión extranjera o depósitos bancarios. Es más, el jefe del Ejecutivo ha tildado de "fracaso" el plan de los independentistas, al sustentarse sobre una idea "falsa y excluyente" de la democracia.

En el plano económico, también avanzó su predisposición a plantar cara a la guerra comercial con Estados Unidos, especialmente tras el último "atropello arancelario" impuesto a los productos españoles por la Administración Trump.

En clave gallega

La presencia del presidente del Gobierno en la comunidad está envuelta en la disputa que libran comunidades como Galicia para que Hacienda libere los fondos de las entregas a cuenta, una mensualidad del IVA y los bonus por el equilibrio de las cuentas. A este respecto, y en presencia de Alberto Núñez Feijóo, ni una palabra. Sánchez dijo ser consciente de la dispersión y los perjuicios que causa el envejecimiento en la financiación de los servicios públicos pero no deslizó ningún mensaje que dejara entrever un pronto pago de los fondos adeudados.

Feijóo, al término del encuentro, aseguró a los medios que había trasladado a Sánchez la urgencia de las transferencias, aunque no dio detalles. "Creo mucho más en lo que se hace que en lo que se dice, y más si lo que se dice es en campaña electoral". Junto a Sánchez, estuvieron presentes en el público los principales rostros del PSdeG, empezando por su secretario xeral, Gonzalo Caballero. También acudieron a A Toxa el alcalde de Vigo, Abel Caballero, la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, y el delegado de Zona Franca de Vigo, David Regades.

Por otro lado, en una semana traumática para la comarca de As Pontes por el anuncio de Endesa del cierre de la central térmica, Sánchez recalcó que la transición energéticas que ser "justa", y avanzó que "ninguna comarca, colectivo o trabajador, se va a ver damnificada como consecuencia" del cambio de paradigma. Además, en otro de los guiños a Galicia, también aseguró que el AVE llegará "en tiempo y forma".