El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, definió la Formación Profesional como "sinónimo de inserción laboral" y "palanca para encontrar empleo más rápido". Lo hacía hace unos meses, cuando los datos disponibles entonces, de 2016, elevaban la tasa de inserción laboral entre los jóvenes activos (que trabajan o quieren trabajar) a un 76,5 por ciento. Pero ese porcentaje se ha disparado ya en casi diez puntos, hasta el 85,9 por ciento, según los datos de la última encuesta realizada durante este verano a titulados en algún ciclo en el curso 2015/16. Sin embargo, estas, de entrada, optimistas perspectivas laborales no impiden que seis de cada diez egresados de FP se decidan a proseguir estudios: cuatro de cada diez optan por cursar otro ciclo formativo y uno de cada cuatro, por estudiar en la universidad.
Así lo revela el estudio Inserción laboral do alumnado de Formación Profesional que rematou os seus estudios no curso 2015-2016 en Galicia, de la Consellería de Educación, que mide la tasa de inserción laboral como las personas que trabajan sobre el total de personas activas, y estas incluirían a aquellas que estudian si a la vez buscan de forma activa empleo y están disponibles para ejercerlo. Si se analizan los titulados totales, incluyendo inactivos, el resultado sería que un 65,1% está trabajando en el momento de la encuesta, una cifra que se sitúa ya en niveles similares a los previos a la crisis (63,1%) y hasta los mejora.
Y también una cifra que permite una relativa comparación con los titulados universitarios. Relativa, porque a pesar de que el último estudio de la Acsug entre graduados -realizado a la promoción que acabó en 2013-14 tres años después, en 2017- refleja que serían un 79,6% los que trabajaban cuando se hicieron las entrevistas, 15 puntos más que en FP, hay que tener en cuenta que por edades y formación es más fácil que un joven prosiga estudiando tras la FP que tras la universidad. De hecho, tras finalizar en 2016 el ciclo correspondiente, fuese de básica, medio o superior, el 58,6% de los titulados continuó con su formación, aunque no sea su principal actividad, según la misma encuesta de Educación.
La mayor parte, además, le ha cogido gusto al ciclo y lo que hace es seguir en FP, que ha ganado desde 2010 un 37% de estudiantes, mientras la universidad perdía de 2008 a 2016 un 21%. Aun así, si el hacer otro ciclo formativo es el camino por el optan cuatro de cada diez titulados en FP que amplía su formación, para el 25 por ciento el siguiente paso es la facultad mientras una tercera parte prepara oposiciones, realiza cursos en centros privados o se apunta al sistema de formación para el empleo.
Entre los titulados en ciclos superiores, se eleva el porcentaje de quienes prefieren ampliar estudios en los campus, hasta un 42,3% de los que deciden seguir, mientras solo uno de cada cinco opta por matricularse en otro ciclo. En cambio, esta es la decisión mayoritaria para un 64% de quienes continúan su formación entre los estudiantes que poseen un grado medio y llega casi al 80% entre los de básica.
Según la encuesta, prosiguen sus estudios las mujeres más que los hombres y los titulados de FP Básica (62%) y superior (casi 60%). También influye qué se haya estudiado: las familias profesionales con mayor proporción de personas tituladas estudiando en la actualidad, por encima del 70%, son las de Actividades Físicas y Deportivas, Servicios Socioculturales a la Comunidad y Seguridad y Medio Ambiente.
También la tasa de inserción registra variaciones en función de variables como el sexo, la edad o la formación. En los mayores de 30 años es de un 90,3%, ocho puntos más que entre los menores de 24; en los hombres es casi cinco puntos superior que entre las chicas y entre los de grado superior y FP Básica es de 20 puntos (87,7% frente a 67,3%)
