En el nuevo tablero político configurado en el Parlamento gallego, tras las elecciones autonómicas del 25-S,Alberto Núñez Feijóo -que ayer fue investido presidente de la Xunta con el apoyo del PP- se posicionó más cerca del PSdeG, al que sitúa de potencial aliado en temas clave como el debate de financiación autonómica, aunque no lo necesita pues goza de una amplia mayoría absoluta. Al mismo tiempo se mostró más conciliador con el BNG. Por el contrario, convirtió a En Marea en su claro antagonista político para la nueva legislatura que arranca. El portavoz del grupo parlamentario socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga, que dio pie a esta aproximación del PP con un discurso más templado que el de los otros portavoces de la oposición, se mostró dispuesto a "tenderle la mano, a colaborar en algunos asuntos y discrepar en otros" siendo una "oposición seria, constructiva y leal".

A diferencia de lo ocurrido hace cuatro años cuando ninguno de los portavoces de la oposición felicitó a Feijóo, en esta ocasión tanto Leiceaga, como el portavoz parlamentario de En Marea, Luís Villares, y la nacionalista Ana Pontón se acercaron al jefe de filas del PPdeG para estrecharle la mano tras su investidura. "Hay un cambio de formas y eso es bueno", destacó el líder popular en su última intervención. "Si se mantiene podremos acordar algunas cosas", añadió.

De hecho, su apelación al diálogo fue una constante. "Es más lo que nos une que lo que no separa", incidió. "Debemos ser capaces de dialogar, arremangarnos y trabajar", pidió. Sin embargo, al mismo tiempo que llamaba al consenso dejó claro que es presidente "por mandato de los gallegos" y recordó que el PPdeG obtuvo la única mayoría absoluta de España. "Quieren que cambie algo que los gallegos apoyaron en las urnas. No me pidan que haga lo contrario de lo que los gallegos me mandan", advirtió.

Y con estos argumentos sugirió a la oposición que sea autocrítica y empiecen a "formar parte de las soluciones". "¿Creen que todo lo que ocurre en Galicia es culpa de Feijóo, del PP, de los mayores que votan o de los ignorantes y alienados?", les increpó.

Y de nuevo proclamó "su amor por Galicia" para justificar su decisión de haberse presentado a un tercer mandato. Aunque reconoció que tuvo dudas. "¿Para qué me iba a arriesgar a acabar mi carrera política con una derrota?", se preguntó.

Y aunque llamó a la oposición a "trabajar juntos", Feijóo fue especialmente complaciente con el portavoz parlamentario del PSdeG, a quién comenzó agradeciendo la abstención de su partido en la investidura de Mariano Rajoy. De Leiceaga elogió sus conocimientos sobre demografía y aseguró que es el portavoz que más sabe de financiación autonómica de la Cámara, además de que su discurso económico fue el "más sólido y acertado".

Tanto halago abrumó a Leiceaga que le llegó a advertir que "hay amores que matan". A expensas de comprobar si "detrás de esa retórica hay algo consistente o una cáscara vacía", el socialista dijo "atreverse a coincidir" con Feijóo. Aunque el PSdeG le propuso hasta seis pactos, el presidente electo de la Xunta puso énfasis en uno de ellos: el debate sobre el nuevo modelo de financiación autonómica. "Ahí necesitamos especialmente al PSOE porque ellos tienen mucho que decir, tanto sus presidentes autonómicos como el grupo parlamentario en Madrid", explicó.

Frente al acercamiento con el PSdeG, Feijóo marcó distancias con En Marea, que tampoco dio tregua al líder del PPdeG con un discurso en el que lo culpó de "pecados como el paro, la desigualdad, la emigración y sobre todo la corrupción" y al que dijo que iba a combatir en el Parlamento "y en la calle".

Aunque Feijóo agradeció a Villares que "cambiara el tono" con respecto a su predecesor, Xosé Manuel Beiras, que fue portavoz de AGE la pasada legislatura, lamentó que no mostrase voluntad de diálogo y arremetió con dureza contra la gestión de las Mareas en los concellos de Santiago, A Coruña y Ferrol. Así censuró al alcalde de A Coruña por retirar fondos para la renta social y denunció que mientras el líder de Podemos, Pablo Iglesias, critica la visita del Rey a Arabia Saudí para cerrar el encargo de barcos a Navantia, al alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, avala el viaje.

También instó a Villares a "disculparse" por un tuit del diputado de En Marea en el Congreso, Miguel Anxo Fernán Vello, en el que atribuía la victoria del PP en Galicia a la "ignorancia y alienación de los gallegos".

A Ana Pontón el líder del PPdeG le recriminó que lo llamase "traidor" pero encontró puntos de acuerdo en su discurso. Así se mostró dispuesto a hablar del Plan de Retorno propuesto por el BNG para favorecer el regreso de gallegos en el exterior. "Y si quieren traer propuestas para garantizar la viabilidad de los servicios públicos, tendrá aquí un fiel seguidor", se ofreció.La nacionalista, sin embargo, lo tildó de "propagandista" y le pidió que "no asfixie a la Cámara con su mayoría absoluta".

Feijóo reiteró, en todo caso, que su intención es ser el presidente "de todos" y advirtió a la oposición que "no es el enemigo de nadie".