El PSdeG se puso el traje institucional esta mañana para tender la mano al popular Alberto Núñez Feijóo, que esta tarde será investido por tercera ocasión presidente de la Xunta. El portavoz parlamentario socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga rebajó las críticas de la campaña electoral a la gestión del PP y, si bien censuró el balance en material social, denunciando un problema de pobreza infantil "intolerable", y económico, jugó el papel de bisagra entre un Gobierno con mayoría absoluta y una oposición que ya no lidera, puesto que corresponde a En Marea. De hecho, reconoció que durante la legislatura apuntalarán su partido trabajará "para construirnos como alternativa", pero "atreviéndose a coincidir" con el PP.

Leiceaga propuso crear sendas comisiones parlamentarias para fijar posturas comunes en cuanto a financiación autonómica y al sector eólico, aunque también apostó por derogar la Lomce y así lograr después un acuerdo educativo en Galicia.

El de Leiceaga resultó un discurso de crítica constructiva centrado en ofrecer alternativas como un plan de empleo joven de 100 millones al año, aunque le afeó a Feijóo el retraso en la puesta en marcha del AVE Galicia-Madrid. "Las obras no van a estar acabadas hasta 2022", espetó.

En la recta final, recordó a Feijóo pensar en el legado que dejará cuando deje el Ejecutivo y le exigió desbloquear la transferencia de la AP-9 y reclamar más competencias. "Puede pasar a la historia como único presidente que no amplió el autogobierno", indicó.