La prueba más rotunda del tremendo impacto que la moratoria en las primas a las renovables supone para el futuro de la eólica en Galicia, muy especialmente para el polémico concurso de los 2.325 megavatios (MW) en marcha, es la entrada del propio presidente de la Xunta en las negociaciones con el Ministerio de Industria. Alberto Núñez Feijóo se encargó directamente ayer de explicarle a José Manuel Soria esos efectos, de poner sobre la mesa la propuesta que su Ejecutivo perfiló como alternativa a un futuro sin subvenciones al negocio del viento. Y en él, como ya había adelantado el conselleiro de Economía, presente también en la cita, el Gobierno autonómico insistió en que la lucha contra el déficit de tarifa –los 24.000 millones que se arrastran por la diferencia entre lo que cuesta la generación eléctrica en el país y lo que realmente se recauda por el servicio– es compatible con ayudas a los parques "más eficientes".

Una puerta que abre, la de aguantar un sistema de retribuciones "específico" para determinadas instalaciones, el mismo decreto que paraliza por regla general las subvenciones a las energías verdes. La Xunta aspira a marcar la concreción que le falta a la normativa, y apela a la rentabilidad de aquellos parques que superen las 2.500 horas en funcionamiento al año. Es uno de los pocos detalles que transcendieron del planteamiento del Ejecutivo gallego, más allá de lo que Javier Guerra adelantó la pasada semana. Lo que debería entenderse por productores eficientes, a los que se aplicaría o bien un recorte de primas del 50% para los molinos que se aprueben en este 2012, del 70% los del próximo ejercicio; o, como plan b, un precio mínimo garantizado de mercado durante 20 años, la vida que suelen tener los parques.

Respuesta "favorable"

La primera respuesta de Soria es, según la Xunta, "favorable". El ministro se ha comprometido a "estudiar" la oferta del Ejecutivo gallego para "seguir trabajando" en la elaboración de las nuevas reglas de juego para las renovables.

Aunque una y otra vez el conselleiro de Economía reitera que lo que la Xunta presenta es un marco adecuado para el conjunto del Estado, del que se puede beneficiar cualquier comunidad que también pueda presumir de calidad de viento, lo cierto es que a efectos prácticos es un perfil idóneo, al menos en las instalaciones con más opciones de lograr una excepción, para las asentadas en la comunidad. Y, otra vez, las que resultaron ganadoras de la puja eólica.

Hasta 3.000 horas

¿Por qué? La media de horas operativas de los parques en España es de 2.100 cada año. Si el cálculo se centra exclusivamente en los mejores emplazamientos, los que disponen de mucho viento y a determinadas velocidades para garantizar una continuidad de los aerogeneradores, escala hasta las 2.530 horas. Esa es, precisamente, sin diferencias de ubicación, la media en Galicia, donde incluso un número muy elevado de recintos superan las 2.800 horas por ejercicio y casos de hasta 3.000.

"Todas las del concurso superarán las 2.600, con algunos parques que alcanzan las 3.500, lo que las convierten en las más eficientes del país", sostiene el conselleiro.

"Estamos de acuerdo con el ministerio en que hay un problema muy grave que tiene que ver con el déficit de tarifa que tenemos en el sistema y en que hay que desarrollar aquellas energías más eficientes –continúa Javier Guerra– y nosotros con estas propuestas apoyamos al ministerio en el desarrollo de la eficiencia energética".

Por eso, según adelantó FARO en una entrevista con el conselleiro este fin de semana, la propuesta a Industria incluye un umbral, un techo en la fijación de ese precio mínimo de mercado para la producción eólica, que, en caso de superarse, no iría al bolsillo de los promotores, sino "al de los consumidores". La Xunta defiende que con las tarifas actuales que reciben los parques, unos 60 euros por megavatio, los molinos asentados en la comunidad ya son rentables.

Junto a los 2.325 MW que Economía repartió hace algo más de un año, hay alrededor de otro medio millar pendientes de tramitaciones anteriores, que están también fuera del registro de preasignación que impulsó el anterior Gobierno central y que, por lo tanto, quedan en el limbo de las primas. Lejos de ver "una oportunidad" como Guerra en la moratoria, la patronal del sector en Galicia, la EGA, alerta de que el desarrollo del negocio del viento aquí está en "gravísimo riesgo". Sin una pista sobre la rentabilidad futura de las instalaciones y, por tanto, sin ninguna base para pedir financiación. Tras el encuentro de ayer con Soria, el conselleiro se reúne hoy con la cúpula directiva de los promotores gallegos, con los que, asegura, comparte un "mismo objetivo", el de sacar el concurso adelante.