Melina Furman, investigadora

“El aprendizaje profundo debería ser la gran meta de todo sistema educativo”

Muy esperada, la intervención de Melina Furman alentó a los docentes a “enseñar distinto”

“Tenemos que mirar nuestra práctica con ojos curiosos y preguntarnos qué motiva al alumno, pero también a nosotros como docentes”

María Bueno

María Bueno

“Enseñar sin motivación es como intentar dar de beber a un caballo que no tiene sed”. Con esta frase del pedagogo francés Célestin Freinet, la investigadora y profesora universitaria argentina Melina Furman dio el pistoletazo de salida a su ponencia “Enseñar distinto” en el VII Foro de Educación FARO EDUCA, en la que animó a docentes y familias a “seguir creciendo” y a preguntarse “qué motiva a su alumnado, pero también qué les motiva a ellos como profesores”.

La suya era una de las intervenciones más esperadas del VII Foro de Educación FARO EDUCA tras no haber podido asistir en anteriores ediciones. El auditorio la recibió con ganas y la también doctora en Educación respondió con una charla alentadora, en la que no dejó de interactuar con el público para defender la “innovación educativa como un posicionamiento profesional”: “Quiero hablarles de innovación, pero no como tecnología, sino como una forma de mirar la profesión; como una mirada preguntona, amorosa. Tenemos que mirar nuestra práctica con ojos curiosos”.

Empoderar al alumnado: aprendizaje inerte vs profundo

“¿Qué podemos hacer distinto?”, “¿qué puedo hacer para que aprendan mejor, para pasármelo mejor yo?”, preguntó Furman para invitar a “replantearse qué significa aprender” como “uno de los primeros pasos a la hora de innovar”.

“¿No les pasa mil veces que dicen: ‘pero si yo esto lo di: ¿cómo es posible que no lo sepan?”, añadió despertando la empatía y las sonrisas del auditorio y como gancho para introducir las diferencias entre aprendizaje inerte y aprendizaje profundo.

““Comprender es poder, actuar con el conocimiento de manera flexible nos permite seguir entendiéndolo cuando cambia el contexto y hacer cosas con él"

Frente al primero, “un conocimiento débil, acumulado, que repetimos sin entender y al que dedicamos un montón de tiempo”; la autora defendió el aprendizaje profundo como “la gran meta de todo proceso educativo”.

“Comprender es poder, actuar con el conocimiento de manera flexible nos permite seguir entendiéndolo cuando cambia el contexto y hacer cosas con él. No es pensar sobre, es pensar con. Se trata de pensar con ese conocimiento para interpretar nuestro mundo actual”, describió antes de demostrar “que hay una dimensión emocional en el aprendizaje profundo”: “Cuando sé algo bien, me siento segura, confiada, con algo que darle al mundo... El inerte me hace pensar ‘fallé en algo’, me vuelvo insegura...”.

Una educación que “valga la pena para la vida”

Así y con este tipo de aprendizaje como objetivo de una educación que “valga la pena para la vida”, los asistentes al foro pudieron acercarse a distintas estrategias para “Enseñar distinto”. Los círculos de comprensión, que dividen el aprendizaje en “qué quiero que entiendan”, “qué quiero que conozcan” y con “qué quiero que se familiaricen” y reivindican que “menos es más” (“Como docente, me tatuaría estas frase”); y los paisajes de aprendizaje (fogata, abrevadero, arenero, cueva y cima de la montaña), muy útiles para personalizar las clases, fueron solo dos ejemplos.

Una intervención en la que la doctora en Educación insistió en los hábitos de pensamiento como herramienta “necesaria para generar una estructura consistente que nos permita innovar”; y en la que reivindicó la metacognición como el “superpoder más importante que debemos dejarle al alumnado”.

“La metacognición es el superpoder más importante, la base de aprender a aprender”

“Hay que ayudarles a tener autonomía en el aprendizaje; a que sean dueños de su pensamiento porque es lo que les va a permitir seguir aprendiendo, la metacognición es la base del ‘aprender a aprender’”, reflexionó Furman para despedirse con un último ejercicio de ‘Ticket de salida’ para los docentes: “La clase no acaba conmigo hablando, sino con el alumnado. Díganme: ¿De qué se han dado cuenta hoy’.