Rosalía Campos, psicóloga: “El 80% de las personas con TCA recuperan una vida normal”

“El camino no es fácil ni lineal y hay que pedir ayuda. El riesgo de cronificación llega cuando intentas superarlo tú solo”

Rosalía Campos Álvarez,  psicóloga especializada  en TCA.

Rosalía Campos Álvarez, psicóloga especializada en TCA. / FARO

María Bueno

María Bueno

El camino no es fácil ni lineal, pero en torno a un 80% de las personas que sufren un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) recuperan una vida totalmente normal. 

“Escucho mucho la frase: ‘De un TCA no te curas’ y me horroriza porque es mentira ¿Qué ocurre? que hay que pedir ayuda. Si tratas de superarlo tú solo, ahí sí existe un riesgo de cronificación”.   

Directora del centro Adamia en Vigo, la psicóloga especializada Rosalía Campos Álvarez compartirá con familias y docentes herramientas para “la prevención y el acompañamiento de personas con TCA” durante su taller en el VII Foro de Educación FARO EDUCA

Una realidad que no podía dejar de estar representada en la mayor cita con la comunidad educativa de toda Galicia tras el repunte de casos de los últimos años y es que los expertos alertan de que, tras la pandemia, no solo ha vuelto a aumentar la incidencia de trastornos como la anorexia o la bulimia, sino que se están detectando a edades cada vez más tempranas.

Más casos y a edades cada vez más tempranas

“Si en los 80-90 se apuntaba a los 16-18 años como edad de riesgo para el inicio de un TCA; ahora mismo, nos encontramos con casos a los 9 - 11 años”, comenta la psicóloga especializada, que añade: “La adolescencia empieza antes, pero aunque la sociedad vaya más rápido, tú no dejas de ser un niño y tienes menos herramientas”; y matiza: “Aunque también es cierto que, cuanto antes se detecte, mayores posibilidades de recuperación hay”. 

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No solo en casa, también en las aulas se siente una preocupación creciente por el aumento de los casos de TCA y su incidencia a edades cada vez más tempranas. 

El taller “Prevención y acompañamiento de personas con Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA)” ha sido concebido como un punto de encuentro en el que familias y docentes podrán compartir e intercambiar dudas y perspectivas, además de acercarse a un conocimiento más profundo de este tipo de trastornos y de las herramientas y recursos de los que disponemos a la hora de gestionarlo. 

Dirigida por la psicóloga y directora del centro Adamia Rosalía Campos, la cita se desarrollará en el marco del VII Foro de Educación FARO EDUCA los días 6 y 7 de octubre y buscará también llamar la atención sobre la prevención y la detección temprana, un contexto en el que todos podemos aportar.  

Dedicar varias horas de la semana a educación emocional — “creo que todos los alumnos lo agradecerían mucho. Están deseando hablar y expresarse”—; mayores campañas de sensibilización con respecto a estos trastornos o una perspectiva crítica de las RRSS son algunas de las propuestas por las que la experta propone empezar. También y coincidiendo con el inicio del curso escolar, subraya la importancia de seguir muy atentos a la lucha contra el Bullying

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6 y 7 octubre 2023 | Auditorio Mar de Vigo
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Múltiples causas

Por su parte y preguntada por las causas de este repunte de casos, la experta destaca las “Redes Sociales y la idea de perfección inalcanzable” que se está vendiendo a niños y jóvenes desde dichas plataformas entre los principales factores sociales. 

La avalan datos como el que comparte el Instituto Aragonés de la Juventud sobre los contenidos online que fomentan los TCA y es que, solo en los últimos cinco años, se han multiplicado casi un 500%. 

Pero:¿Cómo se pasa de una conducta de riesgo en un reto viral que implique, por ejemplo, medirse la cintura con un folio A4, a acabar desarrollando un TCA?

“Como decíamos, se trata de un trastorno multifactorial en el que intervienen una gran cantidad de elementos. Hay distintos perfiles, pero solemos hablar de personalidades perfeccionistas con entornos familiares autoexigentes o en los que se ha producido alguna desavenencia/conflicto. Tienen que converger muchos factores y, además, darse un acontecimiento vital estresante, que es el que desencadena el trastorno”, responde: “Este acontecimiento puede ser una ruptura con tu pareja, la separación de tus padres o también el propio confinamiento, sobre todo por lo que supuso para muchas personas a nivel personal: paras tus rutinas, dejas de estudiar, no puedes quedar con tus amigos…”. 

Cómo detectarlo

La experta explica que son muchas y diversas las señales que nos pueden permitir identificar este tipo de trastornos y que, de hecho, no siempre la primera pista llega a través de la alimentación. 

“Observamos un cambio en el carácter, el estado emocional o los hábitos. Se viste de otra forma, deja de salir con sus amigos o se aisla más, ha desarrollado obsesiones o comportamientos compulsivos con los estudios…Se trata sobre todo de que tú, como padre, hayas percibido un cambio”. 

Por su parte, las señales de alerta en el aula son también similares a las que se pueden observar en casa: “Detectamos un empeoramiento en el aspecto físico del alumno, llega con más ojeras, pierde peso, se concentra menos, ya no participa tanto, está más aislado…”, describe la experta, que ha querido diseñar un taller destinado a satisfacer las dudas de las familias y la comunidad docente. 

Y es que, si la prevención y la detección temprana son fundamentales, tanto desde el hogar como desde los centros educativos podemos jugar un papel clave. Introducir más horas de educación emocional en el horario escolar, abrir vías de comunicación con el alumnado, sensibilizar sobre este problema y enseñar a acercarse a las Redes Sociales desde el espíritu crítico — “no todo lo que vemos es real” — son algunas de las medidas que propone para seguir avanzando. 

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Ruta de acción

A la hora de intervenir, lo primero es liberarse de la culpa — “porque no la hay culpables: se trata de un trastorno mental”— y empezar a buscar soluciones. 

“Es super comprensible que las familias se sientan desesperadas y perdidas porque los recursos siguen siendo pocos, pero tienen que saber que pueden encontrar ayuda”, dice Campos para pasar a describir la ruta de acción: “Es importantísimo acudir al médico de cabecera porque será él quien nos derive al endocrino y/o al psiquiatra. También hay asociaciones de apoyo como la ABAP en Vigo y gabinetes psicológicos. Todos trabajamos con la mayor sinergia posible”. 

“No es fácil, hace falta calma, comunicación y mucha paciencia porque la recuperación requiere tiempo y no va en línea recta. Hay que pensar que las recaídas son comunes y forman parte del proceso”, dice la experta, que se despide con un mensaje esperanzador: “En torno al 80% de las personas con TCA recuperan una vida totalmente normal y no solo eso, sino que alcanzan una versión mejor de sí mismos. Recuperarse de un TCA supone un proceso de aprendizaje, autoconocimiento y desarrollo de herramientas emocionales”.