"¿Lo primero que haré cuando termine selectividad? Dormir y quedar con amigos/as. Buff, a estas alturas, y tal y como fue este curso, estamos todos ya muy cansados", cuenta Sabela González, una joven viguesa que en estos momentos afronta la recta final para la selectividad (que se celebrará en Galicia los próximos días 8, 9 y 10). Como Sabela, miles de estudiantes aprovechan las jornadas ya en sus casas (sin clases), con mayor o menor atino en la organización y distribución de los tiempos, para someterse, en breve, a la ABAU (Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade): esa prueba de fuego que les permitirá (o no) entrar en la carrera deseada.

Sabela, a priori, lo tiene fácil. Es que parte de 10. Parte de un 10 redondo en Bachillerato. Terminó 2º de Bachillerato en el IES República Oriental de Uruguai con todos los honores. Y no solo eso. En este curso, ya de por sí duro por los contenidos del último año de instituto (previo a ABAU y universidad) y por las dificultades añadidas debido al tema COVID, González no solo estudió y se aplicó para sacar esas notas tan buenas. También ganó la fase gallega de la Olimpiada de Biología. Primer puesto de una prueba nada fácil. Las pruebas realizadas en el CUVI consistían en un test de respuesta única y dos prácticas de laboratorio. "Tenían su complejidad, sí. Tenías que aplicar el pensamiento científico", comentaba González después de presentarse. Y quedó primera en Galicia. Es que adora la Biología. Es lo suyo.

Sabela con el diploma de primera en la fase gallega de la Olimpiada Española de Biología.

Para ganar la olimpiada tuvo que aplicar el pensamiento científico, como ella misma explica. Y aquí otro de los retos que Sabela afrontó este último año académico. No cursó el Bachillerato normal. Optó por el STEMBach, una modalidad más complicada, si cabe, ya que a mayores de las asignaturas habituales los estudiantes tienen que realizar a lo largo del curso un trabajo de investigación, un trabajo similar a un proyecto Fin de Grado o de Máster, que implica pasarse muchas tardes en el instituto y horas de estudio e indagación. Además, al finalizar el curso, leen (o defienden) el trabajo ante un tribunal, como si de una tesis doctoral se tratara. En este instituto de Vigo acabaron STEMBach este curso 12 alumnos/as, entre ellos Sabela.

Trabajaron con Industriales de la UVigo y con Medicina, de la USC. Sus estudios versaron sobre “el uso de una aplicación para móviles de reconocimiento de color para la media de la concentración de disoluciones; la inmovilización de la enzima invertasa que transforma la sacarosa en fructosa (de gran interés en la industria alimentaria) o la comparación de las puntuaciones del test de deterioro cognitivo, MMSE, en una base local y otra internacional para determinar umbrales de normalidad en enfermos de Alzheimer”. El trabajo del equipo de Sabela era el de la enzima.

"Es como un trabajo de fin de grado. Tiene su complejidad sí, trabajamos coordinados con Ingeniería Industrial. Aprendes mucho, contenta de haberlo hecho", añade González. Asegura que en estos momentos está "un poco estresada". "Menos mal que este año tenemos el tema de la optatividad en selectividad, y eso es positivo", expresa González. Está deseando acabar.

¿Qué quiere estudiar?

Biología. Lo tiene clarísimo. "El corte del año pasado en la Universidad de Vigo está en un 9,8", apunta. Le falta el paso final, la ABAU, pero, en principio, todo parece indicar que será posible. ¡Crucemos dedos!