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Hidrógeno verde tecnología para un mundo distinto

Instalación de turbinas eólicas y paneles solares con tanques de almacenamiento de hidrógeno. FDV

En un lugar al sur de Alemania, una persona espera su turno para llenar el depósito de su coche. La escena podría parecer normal, uno de tantos momentos de repostaje que se repiten por millones alrededor del mundo. Pero a los pocos minutos el coche arranca, y no hay ruido ni se emite humo. Del tubo de escape solo sale vapor de agua. Esta estación en Detmoldstrasse (Múnich) es una hidrolinera, una de las más de cien que tiene Alemania; en ella los vehículos no rellenan su tanque con combustibles líquidos derivados del petróleo, lo hacen con un gas, incoloro, inodoro y no tóxico, el Hidrógeno.

El hidrógeno es el elemento más simple de la naturaleza; está formado solamente por un protón y un electrón. Es el elemento más abundante en el Universo; tras 13.800 millones de años, el 75% de todo lo que nos rodea es hidrógeno, un 23% es helio, y sólo un 2% está ocupado por los demás elementos. Y el hidrógeno es también un gran portador de energía; tiene el contenido de energía por peso más alto que cualquier otro combustible común (alrededor de tres veces más que la gasolina). Se trata de una energía limpia que solo emite vapor de agua y no deja residuos en el aire, a diferencia del carbón y el petróleo. Además tiene otros aspectos positivos relevantes: es fácil de almacenar, lo que permite su utilización posterior en otros usos y en momentos distintos al de su producción; y es muy versátil, pues puede transformarse en electricidad o combustibles sintéticos, y utilizarse en el Transporte en todas sus modalidades (ligero y pesado por carretera, por tren, por vía marítima, aérea…), en la Industria, tanto como materia prima como para la generación de calor de alto grado, y en los Edificios, para producir la electricidad y el calor que necesitan.

El hidrógeno verde es una tecnología muy prometedora

Hasta aquí todo parece fantástico, pero ¿qué es lo que está frenando el uso intensivo del hidrógeno como vector energético?

En primer lugar, producirlo resulta todavía muy caro. Aislar el hidrógeno no es una tarea fácil, pues se encuentra en la Tierra solo en forma compuesta con otros elementos, como puede ser el oxígeno para formar agua, o el carbono para formar diferentes hidrocarburos, que se encuentran en el gas natural, el carbón y el petróleo. Aunque el método de producción de hidrógeno más conocido es la electrólisis del agua, que consiste en la separación de la molécula de agua en sus componentes (hidrógeno y oxígeno) mediante la aplicación de corriente eléctrica, en realidad la mayor parte de la generación actual de hidrógeno, casi el 95%, se realiza mediante reformado con vapor de gas natural, un proceso que no es el más idóneo, dado que el gas natural ya es un buen combustible y se está volviendo cada vez más escaso y caro. Existen también otros métodos de producción de hidrógeno, como por ejemplo la gasificación del carbón, la termólisis del agua (descomposición por procesos puramente térmicos), o la producción bioquímica (por medio de procesos biológicos, utilizando microbios como bacterias y microalgas). Pero el principal problema para la producción de hidrógeno es que, actualmente, se necesita más energía para separar hidrógeno de otros elementos, que la que proporciona el hidrógeno cuando se convierte en energía útil.

Diseño del sistema de pila de combustible de Toyota. FDV

En segundo lugar, el hidrógeno tiene mucha energía por su peso, pero muy poca energía si tenemos en cuenta el volumen, por lo que se necesita nueva tecnología para almacenarlo y transportarlo.

Y, en tercer lugar, el hidrógeno genera muchas preocupaciones de seguridad. Es una de las sustancias más inflamables y volátiles. Además, al ser un elemento incoloro e inodoro, se vuelve muy compleja la detección de fugas.

Pero a pesar de las dificultades que entraña este nuevo vector energético, la realidad es que la posibilidad de obtener hidrógeno verde, es decir, hidrógeno producido solo a partir de fuentes de energía renovables y sin emisiones contaminantes asociadas, es una idea muy inspiradora. Y para ilustrar el potencial de esta nueva tecnología, podemos fijarnos en la diversidad de proyectos que se están implementando ya en otros países: en Alemania, con hidrolineras (denominadas hidrogeneras cuando producen su hidrógeno in situ) que obtienen su suministro de hidrógeno a través de parques eólicos cercanos; en Islandia, con estaciones de carga que generan hidrógeno a partir de la electricidad producida en plantas de energía geotérmica; y en Escocia, con hidrógeno verde generado por plantas de energía mareomotriz y eólica. La idea básica de todos estos proyectos es la misma, se trata de desarrollar un sistema de electrolisis constante y competitivo mediante el uso de los excedentes de energía renovable.

Realmente el hidrógeno verde no se usa mucho como combustible en la actualidad, pero tiene potencial para un mayor uso en el futuro. Nuestra forma de vida necesita cada vez más energía para funcionar; las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevén un aumento de la demanda energética global de entre un 25 y un 30% hasta 2040. Y en este escenario de crecimiento, si mantenemos la economía dependiente del carbón y el petróleo, eso solo significará más CO2 y agravar el problema del cambio climático. Pero si apoyamos y desarrollamos la tecnología del hidrógeno verde, el mundo podría ser distinto y dar un giro brusco hacia la sostenibilidad. Según los pronósticos del Consejo Mundial del Hidrógeno, su producción se podría abaratar un 50% para el 2030. Si lo conseguimos, sin duda estaremos ante uno de los combustibles del futuro.

  • HIDRÓGENO VERDE:


    Ventajas

    — 100 % sostenible.
    — Fácil de almacenar.
    — Versátil.

    Desventajas

    — Mayor coste.
    — Dificultad en el Transporte.
    — Preocupación por la Seguridad.

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