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Mujeres fuera de serie

La ingeniera que salva animales

Bibiana Rodiño, experta en biomecánica, lidera la única empresa en España que diseña implantes a medida para mascotas en 24 horas. Comenzaron en un garaje y hoy tienen 32 empleados y clientes en todo el mundo. En Beta Implants, el 69% son mujeres y se fomenta la conciliación con medidas prácticas.

Bibiana Rodiño, en las instalaciones de Beta Implants, en Salvaterra, con Nera en sus brazos RICARDO GROBAS

En las instalaciones de Beta Implants esperan con perfecta educación a sus dueños los perros de algunos de los trabajadores. Tampoco es extraño encontrarse de vez en cuando con algún niño que dibuja mientras su madre, a la que le fallaron la guardería y la abuela, teclea frente a su ordenador. Beta Implants es una empresa tecnológica pionera, única en España capaz de fabricar implantes a medida para animales en 24 horas. Nació en un garaje y hoy cuenta con 32 trabajadores y no para de crecer internacionalmente.

Detrás de este exitoso proyecto, ejemplo de innovación y de medidas de conciliación, está la ingeniera pontevedresa Bibiana Rodiño (1984).

  • ¿Quién soy?

    “Amante del I+D y de la filosofía Lean; defensora de la igualdad de géneros y creyente de que los cambios empiezan en uno mismo”

Bibiana es la pequeña de cuatro hermanos, los otros tres varones. En su colegio en Pontevedra -las Doroteas- y sobre todo en el instituto -el Valle Inclán- ya destacaba especialmente en matemáticas y física. Era una niña resolutiva e independiente, amante de los animales y muy “echada para adelante”, una capacidad que desarrolló, dice, al tener tres hermanos mayores -Ángel, David y Bruno- y tener que buscarse la vida.

Bibiana Rodiño de pequeña con sus hermanos Ángel, David y Bruno

El entorno sanitario era el más familiar para la niña ya que su madre era auxiliar de partos y su padre trabajaba en una cooperativa farmacéutica y, antes que ellos, su abuelo era también médico. “Mi madre siempre nos insistía a mis hermanos y a mí en que teníamos que estudiar una carrera, la que quisiéramos, para ser libres e independientes económicamente”, recuerda.

A Bibiana le atraía el campo de la salud. Finalmente decidió seguir los pasos de su hermano mayor, que había estudiado ingeniería técnica. “Me habría encantado unir esos dos ámbitos, el sanitario y la ingeniería, pero por aquellos años no había en Vigo Ingeniería Biomédica, así que me especialicé en Mecánica”, cuenta.

La pontevedresa se encontró en una clase de 200 chicos y solo una compañera, pero esta tremenda desigualdad no la echó para atrás. “Yo estaba muy acostumbrada a vivir entre hombres y la verdad es que, a excepción de algún profesor anticuado, nunca nos trataron diferente por ser mujeres”, asegura.

“A raíz de la tesis descubrí que había un nicho de mercado, ya que los implantes que se ponían a las mascotas eran los mismo que los de personas"

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Bibiana seguía con la idea en la cabeza de vincular sus conocimientos técnicos al ámbito sanitario por lo que durante un verano se formó con un grupo de investigación en biomateriales en Zaragoza. Para su proyecto de fin de carrera habló con un profesor que colaboraba con hospitales y que tenía en marcha un proyecto de investigación con una clínica veterinaria de Pontevedra que consistía en el diseño de implantes para animales. “A raíz de la tesis descubrí que había un nicho de mercado, ya que los implantes que se ponían a las mascotas eran los mismo que los de personas, no pensados para las cargas y casuísticas de los animales”, advierte.

En 2010, Bibiana se dio de alta como autónoma y empezó a idear una empresa en la que diseñar los implantes a medida para animales. Al mismo tiempo, comenzó a hacer entrevistas en diversas empresas y consiguió trabajo en el Centro Tecnolóxico de Automoción de Galicia (CTAG), en el departamento de Innovación Tecnológica.

"Les ofrecía mis servicios de diseño de implantes a medida, pero me daba cuenta de que aquello que les contaba una recién licenciada les sonaba a galáctico"

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Pero ni siquiera entonces desistió de su idea. “Aprovechaba los fines de semana y las vacaciones para visitar clínicas veterinarias; les ofrecía mis servicios de diseño de implantes a medida, pero me daba cuenta de que aquello que les contaba una recién licenciada les sonaba a galáctico porque estaban acostumbrados a trabajar bajo catálogo”, recuerda. Bibiana decidió ir poco a poco y crear un catálogo de productos además de ofrecer el diseño de implantes a medida.

Sin embargo, pronto surgió otro problema: subcontratar la fabricación de las piezas a un proveedor externo hacía que el resultado se retrasara una semana y que los precios fueran muy elevados, unos 700 euros. “Me di cuenta de que la única solución era fabricarlos yo misma”.

La emprendedora pontevedresa puso en marcha un plan concienzudo: se asoció con Antón Rodríguez, experto en líneas de producción; compraron una máquina muy antigua y desarrollaron, en el garaje de los padres de Antón, un catálogo de prótesis adaptadas a los animales y sus cargas. Un año y medio después, Beta Implants echaba a andar. “En 2015 hicimos la presentación oficial de la empresa en un congreso, donde tuvimos muy buena acogida, y poco a poco fueron llegando los clientes”.

Durante toda esta etapa, la ingeniera había seguido compaginando su proyecto con el trabajo en CTAG, pero en 2016 decidió apostar por completo por Beta Implants. Gracias al programa Vía Galicia, la pontevedresa vio crecer su empresa al adquirir una máquina profesional de fabricación de implantes y una nave en Salvaterra, donde continúan hoy. Además, pudieron contratar a su primer trabajador.

Bibiana Rodiño con su equipo, en las instalaciones de Beta Implants, en Salvaterra RICARDO GROBAS

Bibiana sonríe orgullosa cuando cuenta que hoy ya son 32. En este camino, también ella ha tenido que aprender nuevos roles. “Trato de ser una líder democrática; siempre pregunto a todos su opinión, algo que les llama bastante la atención”, describe.

Las mujeres no son ninguna rareza en esta nave: “El 69% de los empleados somos mujeres y en los puestos de ingeniería estamos al 50%”, destaca. Tampoco en los cargos directivos hay ningún techo de cristal: son 3 directoras y un director.

Bibiana Rodiño presentando Beta Implants ante inversores 15 días después de dar a luz

Bibiana comprende mejor que nadie los problemas a los que se enfrentan las mujeres para conciliar. Ella los vivió en primera persona ya que en 2014, en medio de la vorágine de levantar su empresa, tuvo a su primer hijo, Bieito, y en 2017 a la segunda, Carmen. “Con el niño recién nacido me llamaron para presentar mi proyecto en una ronda de inversión y no quise decir que no y que por ser madre se me penalizara”, admite.

“Hay que integrar y normalizar que somos profesionales y padres”

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Ahora que ella tiene la capacidad de decisión en su empresa hace las cosas de otra manera. “Hay que integrar y normalizar que somos profesionales y padres”, reflexiona.

Así, una de sus primeras decisiones fue montar una sala de lactancia en la nave y su intención es dar un paso más con una ludoteca. “Hay que fomentar este tipo de medidas, que para nada bajan la productividad”, asegura.

La empresa BETA Implants ha desarrollado la tecnología más avanzada del mundo para mascotas amputadas

La empresa BETA Implants ha desarrollado la tecnología más avanzada del mundo para mascotas amputadas BETA Implants / FDV

Los resultados demuestran que su filosofía es acertada. A día de hoy, Beta Implants es la única empresa de España capaz de fabricar en 24 horas una pieza fuera de catálogo, por unos 150 euros, y ya tiene clientes en decenas de países como Francia, Italia, Portugal, Estados Unidos, México o Perú. En noviembre esperan tener dos nuevas máquinas y su próximo salto será mudarse a otra nave mayor para seguir ampliando su capacidad productiva y salvando las vidas de cientos de animales que sin sus implantes tendrían que ser sacrificados.

“Los inversores se dirigían a mi socio aunque yo era la CEO y la que presentaba el proyecto”

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Como emprendedora, Bibiana confiesa que se encontró con reticencias asociadas a su condición femenina. “Cuando hacía un pitch contando nuestro proyecto ante potenciales inversores me decían que estaba muy guapa, algo impensable en un hombre, pero lo peor es que cuando llegaba el momento del networking se dirigían a mi socio en lugar de a mí, a pesar de ser yo la CEO”, relata.

Sin embargo, en lugar de lamentarse de esta realidad, Bibiana optó por actuar: “Si crees que hay que cambiar las cosas, ponte tú mismo a ello; cada uno forma parte del cambio”, resuelve. La ingeniera participa en Inspira Steam, un programa pionero de la Universidade de Vigo impartido por mujeres profesionales del mundo de la investigación, de la ciencia y de la tecnología para fomentar la vocación científico-tecnológica entre las niñas. “Es imprescindible romper estereotipos y dar a las chicas ejemplos de mujeres en campos técnicos, ya que el sesgo aún es muy grande”, considera.

También trata de aplicar esta educación igualitaria en su propia casa. “Educo a mis hijos para que sean libres y mi hija Carmen, de 8 años, ya juega a ser emprendedora. Si lo primero que damos a las niñas es una muñeca a la que cuidar y al niño un Lego, es normal que él vaya a desarrollar una serie de habilidades que ella no y, además, inconscientemente le estás diciendo a ella que no puede. Es difícil romper con esto porque culturalmente está muy arraigado pero los padres tenemos que ser muy conscientes de lo que hacemos”, aconseja.

Esta mujer inquieta lo es también en su tiempo libre. Se confiesa amante del “descanso activo” y disfruta con la escalada, el surf o la natación. Pero tampoco duda en probar actividades nuevas que satisfagan su curiosidad, desde la carpintería a la programación y hasta el bordado o restauración de muebles.

En su camino vital, Bibiana se alegra de haber encontrado “un gran compañero de viaje”, algo imprescindible para que la pareja haya logrado desarrollarse profesionalmente. Comparten la filosofía de la escalada, una de sus aficiones favoritas: “Tenemos claro que cuando uno está escalando, el otro tiene que estar ahí para asegurar”. Y prosiguen el ascenso. 

Las pioneras: Beulah Louise Henry, la inventora autodidacta

Beulah Louise Henry

Beulah Louise Henry (1887 - 1993) desarrolló 110 invenciones y registró 49 patentes, lo que la convierte en la inventora más prolífica de la Historia. Conocida con el apelativo de ‘Lady Edison’ por su gran imaginación y prolificidad, Beulah nació en Raleigh (Carolina del Norte), en una familia de distinguido linaje, y se crió en un ambiente cultivado y propicio a las bellas artes. Ya de niña realizaba modelos y diseños con herramientas y aparatos domésticos.

Una de sus principales aportaciones fue una máquina de hacer helados que incluía una cámara congeladora rodeada por una estructura aislante.

Durante la década de 1930, abordó un nuevo campo, relacionado con el trabajo de oficina. Inventó el protógrafo, con el que podían hacerse simultáneamente hasta cuatro copias mecanografiadas de un mismo documento sin necesidad de emplear papel carbón o acudir a la multicopista.

Henry fue completamente autodidacta y dedicó su vida a perfeccionar sus inventos. Registró su última patente con 83 años. 

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