La psicología y la sexología se nutren de diferentes escuelas y teorías fundamentales. La más conocida probablemente es el psicoanálisis: lo conocemos por las pelis (sobre todo las de Woody Allen), y se trata, así en resumen, de que el terapeuta (psicoanalista) escucha y toma notas, y la persona que precisa ayuda se tumba cómodamente y deja que fluya el relato de su vida y su pasado; es una explicación básica y sucinta, está claro, pero para entendernos nos vale. A mí personalmente viajar tanto al pasado no me gusta, porque soy un poquito ansiosa y me gusta más trabajar en las soluciones del presente, pero entiendo que históricamente y como base de la psicología algunas dinámicas son prácticas y útiles; como siempre en esta vida, hay que explorar y no cerrarse en banda.
Una de las dinámicas que se usan en el psicoanálisis es la “Asociación Libre”. Se trata de invitar a la persona a que exprese con libertad y sin un orden concreto todo lo que le pase por la cabeza, así sin filtros, todas las emociones, recuerdos, sean estos inventados o no, para que el folio en blanco se vaya completando sin censuras. Es un proceso largo y complejo ya que requiere ordenar ideas, enlazarlas y buscar el origen de algún trauma o suceso impactante en la vida de la persona. La asociación libre se puede usar de una forma más rápida y sencilla, se parece un poco a la “Tormenta de ideas”/”Brainstorming”, donde cada persona lanza propuestas variadas hasta que sale algo chulo, innovador o creativo. Al fin y al cabo, se trata de sentarse a pensar y dejar “andar” a la cabeza, ¿no os parece?.
Del sexo a la ansiedad
Hace unas semanas probamos en consulta la técnica de asociación libre a nuestra manera (pobre Freud si levantara la cabeza). El experimento se realizó con una mujer de 28 años a la que hoy, por discreción y confidencialidad, llamaremos Ana.
Ana explicaba que no sentía deseo sexual y que además tenía dificultades e incluso dolor en las relaciones sexuales. En otras consultas hemos intentado explorar a qué se debe y posibles soluciones a su problema, ya que hasta hace un tiempo no manifestaba pérdida de deseo más allá de lo que ella entendía como días puntuales, así que apostamos por realizar la técnica de “asociación libre”, planteada como un juego.
En nuestra consulta tenemos una pizarra bien grande y rotuladores; en el centro de la misma, escribí la palabra SEXO y la rodeé con un cuadro, dejé a Ana un rotulador y le invité a que se tomara su tiempo y reflejara todas las palabras que se le ocurrieran de forma espontánea sobre SEXO y las fuera enlazando unas con otras, el resultado fue muy revelador: se abrieron 6 nodos principales con las palabras:
Dos-Follar-Espontáneo-Tocarse-Disfrutar-Autoestima
La verdad es que, de entrada, parece una buena combinación, donde no se refleja nada a priori extraño, pero en el segundo escalón relacionado con esas palabras aparecieron:
Problema-Correrse-Agobio-Pararse-Ansiedad-Cambio
Ana no se percató hasta el final del ejercicio de todo lo que subyace por debajo del significado del sexo en su cabeza; en el tercero y cuarto escalón y de forma recurrente aparecen palabras como: dolor-solución-rayarse-problema-médico-bloqueo-evitar, etc…y en varias ocasiones se repite la tan temida “ansiedad”. Durante el ejercicio, se paraba y me decía que ya no se le ocurrían más, yo le animaba a continuar y en algunos nodos aparecían recuerdos del pasado asociados de la forma: coche-recuerdos-positivo.
Lo que más me llamó la atención es que en ningún momento apareció la palabra “placer”, y mira que ya solo por mi apellido y el nombre de la consulta lo tenía presente, pero en su cabeza puede estar disfrute pero no ha incorporado el placer sexual, al menos en esta etapa de su vida.
El resultado del ejercicio son unas 100 palabras alrededor del sexo, y ha ayudado a Ana a percibir que tiene que hacer una “limpieza” en sus creencias actuales sobre lo que significa la sexualidad, y está trabajando en nuevas palabras como juego-placer-innovar-fantasía-alegría-relax, con dinámicas para favorecer que dentro de unos meses si “asociamos libremente el sexo” fluya no como un problema sino como una dimensión de su vida sana y positiva.
¿Y tú? ¿Quieres probar a “asociar libremente el sexo”? Folio en blanco y boli…y a empezar!
Gracias por leernos, placeres. Nos encontramos muy pronto y mientras tanto nos tienes como siempre en www.saludplacer.com.
