"El cuadro estaba en el almacén del archivo, muy deteriorado, y pensábamos que era de un autor poco conocido"
“Pero una vez restaurado hemos descubierto que la firma es de Antonio Medal, un artista gallego reconocido que se rodeó de grandes talentos de la época como Castelao, Laxeiro o el compositor y pintor Manuel Quiroga Losada”. Quien así se expresa es Avelino Bouzón, responsable del Archivo Histórico Diocesano de Tui, y el cuadro al que hace referencia es un retrato del vigués Leopoldo Eijo Garay, que fue obispo de Tui, Vitoria y Madrid-Alcalá.
Todo empezó cuando el párroco de La Soledad de Vigo, monseñor Alberto Cuevas, preparaba distintas actividades para conmemorar el 50 aniversario de la erección de la parroquia, que se celebrará el próximo día 26 de diciembre. En una visita a Tui, Avelino Bouzón le mostró el cuadro de Eijo Garay, que fue quien hizo la donación del templo que ahora acoge la parroquia del Castro vigués. “Sentí una doble obligación al ver el cuadro tan estropeado: elemental gratitud para con el retratado, e imprescindible obra de misericordia para con el arte, pues la pintura expresa talento”, comenta Alberto Cuevas. Por eso le encomendó al archivero que se responsabilizase de la restauración del cuadro, “que luego financiaría nuestra parroquia y en la cual estará expuesto estas Navidades”.
Del trabajo se encargó la restauradora María Victoria Valverde, que realizó un minucioso proceso para salvar el retrato. Como señala en su informe, el cuadro “se encontraba en muy mal estado de conservación. Presentaba una importante falta de adhesión de la preparación al soporte, provocando numerosos desprendimientos de la capa pictórica, con riesgo de empeorar”. Y añade que el deterioro “se concentraba más en zonas como ropajes morados y carnaciones (cara y manos), lo que nos hacía pensar que había sido provocada por una alteración en determinados pigmentos o a una limpieza muy abrasiva, ya que, si fuese debido a las condiciones ambientales adversas, el desprendimiento de la policromía sería generalizado en toda la obra”.
El retrato tiene un valor histórico considerable, al tratarse de la efigie de uno de los grandes personajes vigueses. Y ahora también un valor artístico porque, además de dar nueva vida al retrato de Eijo Garay, la restauración deparó una sorpresa sobre el autor del cuadro, que hasta ahora se creía de escaso renombre. La pintura al óleo sobre lienzo mide 100 x75 cm y en el ángulo inferior izquierdo aparece la firma y el año de su ejecución, 1929.
“Fue José Vidal Novoa, párroco de Soutomaior, quien al conocer datos sobre la restauración del cuadro me llamó para decirme que el autor del cuadro era Antonio Medal Carrera, quien había comprado una isla en la desembocadura del río Verdugo (“Isla de Medal”), a donde se retiraba para pintar”, explica Avelino Bouzón.
Formado con Álvarez de Sotomayor
Natural de Ponteareas, Antonio Medal se trasladó en 1918 a Madrid, donde se formó con el pintor ferrolano y director del Museo del Prado Fernando de Álvarez de Sotomayor. Posteriormente amplió su formación en Italia y Alemania. Hay retratos suyos de Alfonso XIII y del ministro José Calvo Sotelo. Además del cuadro de Eijo Garay, se conservan retratos suyos de otros dos prelados tudenses: Manuel Lago González y Manuel María Vidal Boullón. Medal falleció en Vigo en 1985.
El cuadro restaurado de Leopoldo Eijo Garay se muestra ahora en la parroquia viguesa de Nuestra Señora de La Soledad, ligada de una forma muy especial al obispo vigués. La actual casa parroquial, su antigua residencia de “La Atalaya” del Castro, tiene también su historia, pues en ella recibió en mayo de 1938 a Manuel García Morente tras la conversión del filósofo. Junto a “La Atalaya” se edificó el templo que Eijo Garay donó a la diócesis y que acoge desde hace 50 años la parroquia de La Soledad. De estilo neoclásico, el templo es obra del arquitecto Antonio Cominges, que dirigió su construcción entre 1957 y 1962. Quienes visiten la parroquia viguesa en los próximos días podrán ver, además del cuadro, una espectacular maqueta del templo.
Una vez que termine la exposición en la parroquia de la Soledad, el retrato de Eijo Garay pasará a integrar la colección de los retratos de obispos que se exhiben en el Museo Histórico Diocesano.
