Carles Puigdemont designó ayer al diputado de Junts per Catalunya (JxC) Quim Torra como cuarto y parece que definitivo candidato a la investidura, pues no tiene cargas judiciales y dispone de los 66 votos necesarios para salir elegido en segunda ronda en el Parlament.

Torra (1962), abogado, editor y escritor, desempeñó durante unos meses el cargo de presidente de la entidad soberanista Òmnium Cultural, entre la marcha de Muriel Casals (fallecida en 2016) y la elección de Jordi Cuixart, en prisión desde octubre. El elegido, que no está afiliado a ningún partido, concurrió en la lista de JxC como "número once", justo detrás de quien hasta ayer sonaba más para encarnar el "plan D" del expresident: Elsa Artadi.

En un vídeo difundido por las redes sociales, Puigdemont ve en la elección de Torra el inicio de un "periodo de provisionalidad marcado por las condiciones que impone el Estado español". Pero avisa de que el aspirante tiene la obligación "de seguir defendiendo el mandato del 1 de octubre".

Para él se reserva la presidencia del Consejo de la República, el Govern "en el exilio" con el que el expresident quiere dirigir la acción del Ejecutivo radicado en Barcelona. Torra se encargará, afirma, "de la gobernación interior, la defensa de los derechos nacionales ante un Estado que se niega a hablar y de la defensa de las competencias y recursos (de la Generalitat) que son laminados sistemáticamente".

El presidente del Parlament, Roger Torrent, abrirá hoy por la mañana una ronda de consultas telefónicas con los partidos a fin de hacer oficial, ya por la tarde, la designación de Torra.

El Pleno de investidura podría empezar el próximo lunes, día 14, con una primera votación que Torra perdería, pues la abstención de los cuatro diputados de la CUP le impide disponer de mayoría absoluta. 48 horas después, el miércoles, se votaría por segunda vez, requiriéndose mayoría simple, y los 66 escaños que suman JxC y ERC le harían presidente.

Algunas fuentes señalan que el Pleno podría celebrarse antes -sábado y lunes o domingo y martes- porque la justicia belga revisa el miércoles la situación del fugado Toni Comín y, de levantársele las medidas cautelares, podría perder el privilegio de votar por delegación, lo que daría un empate a 65 votos.