La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, la ourensana Elena Salgado, aseguró ayer que España no podrá salir de la crisis si no es de la mano del resto de Europa, pero antes pidió la cooperación de agentes sociales, administraciones públicas y partidos políticos para afrontar los momentos “especialmente difíciles” que atraviesa la economía.

Durante un emotivo acto de toma de posesión de su nuevo cargo en el ministerio, al que acudió la plana mayor del Ejecutivo, Salgado avanzó su intención de reunirse la próxima semana con los agentes sociales -cuyos líderes estuvieron ausentes en el acto-, a los que pidió “algo más que diálogo” y que sean “aliados” del Gobierno contra la crisis. “Contarán con mi máxima implicación para impulsar el diálogo social”, subrayó. Así pues, reclamó la cooperación del resto de los países, pero indicó que también es necesario “asegurarla” en España. “Juntos lo vamos a lograr”, apostilló.

También tuvo palabras para la banca, a la que dijo que “si el sistema financiero ha sabido resistir mejor que en otros países gracias a un excelente modelo de supervisión, la misma fortaleza tiene que contribuir con rigor, pero también con prontitud, a ayudar a superar las dificultades de las familias, autónomos y pymes”.

Salgado se mostró en todo momento consciente de la situación “especialmente difícil” en la que toma las riendas de la política económica del Gobierno, y aseguró que la recuperación “va tener mucho que ver con Europa y los países emergentes”. “No saldremos de la crisis si no salen nuestros socios”, asumió.

Además, consideró crucial para esa recuperación la capacidad del Gobierno de “generar confianza” y dar un giro al modelo de crecimiento español, un elemento de crisis añadido a las dificultades de la economía mundial. En este contexto, quiso dejar claro que los principales perjudicados son los desempleados y que, por ello, merecen su más “inmediata atención”, hasta el punto de que sus primeros esfuerzos se orientarán a llevar a cabo las “reformas necesarias para crear empleo”.

De puertas adentro, Salgado indicó ayer por la tarde iba a mantener una primera reunión con el actual equipo económico, conformado por David Vegara, como secretario de Estado de Economía, y Carlos Ocaña, como secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos. Sobre su ratificación, aseguró que aún no hay una decisión tomada, aunque dejó que claro que “es un buen equipo”.

Solbes se va satisfecho

Antes que Salgado tomó la palabra su antecesor, Pedro Solbes, quien indicó que se marcha “razonablemente satisfecho” por lo conseguido en estos últimos cinco años, y añadió que ha intentado hacer en cada momento lo que le parecía “más correcto” y lo que creía que “más convenía” al país. Solbes señaló que, no obstante, aún queda “muchísimo por hacer”, y mirando a Salgado apuntó que todo ministro es “heredero” de su predecesor, pero deja “unas tareas pendientes” a su sucesor.

Afirmó que pone “fin” a más de cuarenta años de vida pública, y dijo que lo hace con “sentimientos encontrados”, ya que, por un lado, se marcha con la “satisfacción del deber cumplido” y la “alegría” por los aciertos y por haber contribuido a la modernización y a la apertura de la economía española, pero con el “pesar” por los errores cometidos y por los que no se han podido evitar.