ENERGÍA

Repsol entra de lleno en la carrera por el 'boom' de los gases renovables en España

La petrolera desembarca en la producción de biometano con la compra de un 40% de Genia Bioenergy, con un plan para levantar hasta 30 plantas.

Planta de producción de biometano del grupo Genia, participado en un 40% por Repsol

Planta de producción de biometano del grupo Genia, participado en un 40% por Repsol / Genia

David Page

David Page

Repsol entra en la carrera por el boom de los gases renovables en España y plantará cara a los grupos energéticos (Naturgy o Redexis) y a los gigantes financieros (Goldman Sachs o Macquarie) que ya han desembarcado en el negocio y están alimentando la fiebre por el biometano en el mercado español.

Repsol se estrenará en la producción de biometano a través de un acuerdo para hacerse con una participación del 40% en la compañía española Genia Bioenergy. Un acuerdo que incluye 19 de las plantas de biometano de Genia que se encuentran en estado de desarrollo en España y Portugal, y también los 11 proyectos de plantas que se sumarán y cuyo desarrollo aún está en una fase temprana. El grupo comandado por Josu Jon Imaz comprará la totalidad del gas producido por estas futuras plantas, que buscan conformar una plataforma para crear ecosistemas agroindustriales para impulsar las economías locales y ofrecer soluciones para la valorización de sus residuos.

Repsol ha emprendido el camino para dejar de ser una petrolera y realiza una defensa a ultranza de su estrategia multienergía y por la neutralidad tecnológica en el proceso de transición energética la economía, reclamando utilizar todas las energías para descarbonizar, no sólo la generación eléctrica con renovables, también los combustibles con bajas emisiones y ahora también el biometano para blindar sectores de la gran industria que no pueden usar electricidad en sus procesos de producción. Una defensa a ultranza de estas fórmulas para la descarbonización que ha derivado en un choque dialéctico directo con la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

La revolución del gas renovable

El biometano es un biogás obtenido mediante un proceso de descomposición de residuos de la agricultura, ganadería o aguas residuales y al que se somete a un proceso de limpieza para hacerlo compatible con el actual gas natural, con el que se puede mezclar, y con gran parte de los equipos domésticos e industriales que hoy utilizan gas y también con las redes gasistas actuales. Desde el sector gasista español se viene subrayando que se trata de producción de energía local, con impacto industrial y de economía circular al reutilizar los residuos orgánicos, y que ayuda a la descarbonización.

El biometano aspira a ser un nuevo vector energético clave para descarbonizar sectores industriales que tienen difícil o imposible electrificar sus procesos productivos y ahora ya está más maduro en su desarrollo que la esperada futura revolución del hidrógeno verde. Según un informe de la Asociación Española del Gas (Sedigás), España tiene un potencial de producción de biometano de 163 teravatios hora (TWh) al año, con lo que conseguiría cubrir el 45% de toda la demanda española de gas natural del año pasado y con lo que habría ahorrado unos 4.000 millones de euros a los consumidores en su factura energética por la reducción de compras de gas a países terceros. En 2022 la producción de biometano no alcanzó siquiera los 0,25 TWh.

La materialización de todo el potencial nacional de generación de este gas renovable, según las estimaciones de Sedigás en el ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano de España’, conllevaría la puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas en toda el país, frente a las seis que actualmente están operativas y los cerca de 200 proyectos que las compañías tienen en cartera. La construcción de estos más de dos millares de instalaciones implicaría ejecutar inversiones de unos 40.500 millones de euros hasta 2030 y la generación de 62.000 empleos entre directos e indirectos asociados a su operación y mantenimiento.

En su hoja de ruta REPowerEU para frenar la crisis energética y acelerar la desconexión de Rusia, la Unión Europea otorgó una relevancia estratégica al impulso de los gases renovables como alternativa para un futuro más verde y con una mayor soberanía energética. El plan europeo marca como objetivo ampliar hasta los 35.000 millones de metros cúbicos la producción de biometano para conseguir cubrir el 10% del consumo de gas. Y se contempla destinar 10.000 millones a reforzar las redes gasistas por las que circulará es gas de origen renovable.