Abanca simplifica su estructura societaria para eliminar sobrecostes y duplicidades

La entidad absorbe seis sociedades del grupo, incluida la división inmobiliaria, en busca de más eficiencia y sin impacto laboral

Es su mayor ajuste interno tras todas las compras

Sede de Abanca en Vigo.

Sede de Abanca en Vigo. / Alba Villar

Julio Pérez

Julio Pérez

Cuando el FROB se planteó la privatización de Novagalicia Banco a mediados de 2013, la famosa prima de riesgo española seguía asfixiando la financiación del país. Rondaba los 300 puntos básicos, lejos del pico de 700 que llegó a batir en los momentos de mayor virulencia en los mercados durante el verano de 2012, pero todavía en niveles imposibles de digerir para la deuda pública. El antiguo Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, reconvertido ahora en Autoridad de Resolución Ejecutiva, optó por acelerar la subasta del negocio de la fallida fusión de las dos cajas de ahorros de la comunidad para frenar el deterioro de la marca a pesar de la tormenta financiera. “La memoria es débil para las cosas complicadas”, apuntaba el consejero delegado de Abanca, Francisco Botas, durante su intervención en el Foro UIE en Vigo a finales del pasado año para hablar de la transformación del primer grupo financiero de Galicia con motivo del décimo aniversario de aquella subasta en la que Banesco se impuso “a las mejores entidades españolas e internacionales”. “Nuestro accionista, Juan Carlos Escotet –recordó–, con una visión realmente loable decidió invertir, ya no digo en Galicia, en España, cuando nadie lo hacía”.

Antes de la puja, los números rojos de Novagalicia Banco se dispararon hasta los 7.932 millones de euros tras una limpieza a fondo de la cartera de créditos dudosos y de los inmuebles adjudicados por deuda por valor de 8.224 millones. Abanca cerró el 2023 con un volumen de negocio de 124.000 millones de euros y un beneficio de 711,3 millones, consolidándose como el séptimo operador de España y Portugal, donde priorizó su ambiciosa estrategia de expansión de los últimos años. Van ocho operaciones corporativas en menos de una década. Las dos últimas, Targobank y EuroBic, pendientes todavía de integrar completamente.

“Así, la actual estructura societaria del Grupo Abanca es resultado de un modelo de crecimiento orgánico e inorgánico sostenido en el tiempo, en el que se han venido produciendo sucesivas adquisiciones e integraciones de negocios y entidades financieras dentro de su perímetro”, señala la entidad en el proyecto común de fusión que tiene ahora mismo entre manos para absorber parte de sus sociedades dependientes “con la finalidad básica de simplificar la estructura societaria y de gobierno del grupo, aumentar su transparencia frente al mercado, facilitar la asignación eficiente de recursos y reducir costes y duplicidades”. Se completarán, previsiblemente, a finales del próximo mayo.

No es la primera vez que el banco con mayor cuota en Galicia afronta una operación de este tipo para reordenar su operativa interna. Abanca Corporación Bancaria absorbió en 2019 a su matriz, Abanca Holding Financiero, para “robustecer el nivel de fondos propios disponibles a nivel consolidado en el grupo” y “permitir la simplificación de la estructura societaria y de gobierno del Grupo, tanto para cumplir con las exigencias supervisoras en la materia, como para facilitar el gobierno y gestión del Grupo, aumentar su transparencia frente al mercado y los inversores y reducir costes y duplicidades”. Esta vez se suprimen seis sociedades del grupo con casi 850 millones de euros de activo en total que pasan directamente a Abanca Corporación Bancaria. Son en su mayoría sociedades de cartera, salvo la división inmobiliaria de Abanca, una de las integrada y única con personal. La fusión “no tendrá efectos directos” sobre los trabajadores, que “mantendrán sus empleos en las mismas condiciones”, según consta en el informe de los administradores sobre las repercusiones laborales de la operación.

Además de Abanca División Inmobiliaria –con una facturación de 58 millones de euros y 13,2 millones de beneficio en 2022, según las últimas cuentas utilizadas para el proyecto de fusión–, la matriz del grupo financiero gallego absorberá Bankoa Kartera y Bankoa Mediación, procedentes de su adquisición de la entidad vasca; la constructora Jocai XXI; la promotora Torres de Boulevar; y Corporación Empresarial de Representación Participativa, la sociedad de crédito inmobiliario creada en los tiempos de José Luis Méndez al frente de Caixa Galicia.

“La actual estructura societaria del Grupo Abanca es resultado de las oportunidades existentes en el mercado, a las que en varias ocasiones se ha tenido que amoldar en función de las condiciones concretas ofrecidas por los propietarios de los negocios transmitidos”, señala la entidad, “circunstancias que ha determinado que el grupo se haya tenido que reestructurar en diversas ocasiones para corregir deficiencias y duplicidades”. Algo “particularmente relevante” después de la adquisición de Targobank, que aporta más sociedades todavía al grupo “que incrementan la complejidad de este y los diversos costes del grupo”. De ahí que Abanca considere fundamental “ganar eficiencia en otros ámbitos de la organización”.

La entidad quiere aliviar su perímetro para la integración de Targobank

En paralelo a la integración de Targobank y su filial CEMCICE Servicios España, la entidad acomete el ajuste de estas seis sociedades para “mejorar la gobernanza, permitiendo aprovechar las sinergias económicas, organizativas y operativas existentes de las que no puede beneficiarse debido a la subsistencia de diversas estructuras separadas”. Pretende “una gestión societaria más eficiente, que agilice la toma de decisiones, reduzca la carga administrativa y elimine duplicidades innecesarias e ineficientes” en las tareas administrativas.

También está la parte económica. Se reducen “los costes administrativos y de gestión” asociados “al cumplimiento de las obligaciones mercantiles y fiscales”, además de la factura en auditoría de cuentas. En la “optimización de gastos”, Abanca incluye aquellos que dejan de producirse, junto con la mejora por “optimización del coste de recursos humanos y tecnológicos y de la optimización de la tesorería del grupo, motivada por la reducción del coste asociado a las reservas mínimas a mantener en el Banco de España”.

Suscríbete para seguir leyendo