El abogado y el procurador del empresario que llevó a pique Hiperxel abandonan su defensa

En al menos uno de los casos la renuncia se debe a una situación de “total y absoluta desconfianza” respecto a Juan José Villamizar

Uno de los locales de Hiperxel con la verja echada, meses antes de que la marca fuese resucitada por su nueva propiedad.

Uno de los locales de Hiperxel con la verja echada, meses antes de que la marca fuese resucitada por su nueva propiedad. / RICARDO GROBAS

El juicio que busca sentar en el banquillo por primera vez a la administración que hundió la vieja Hiperxel se ha vuelto con el paso de los meses, y sobre todo, de su no celebración, otro quebradero de cabeza. El entramado creado por Eusebio Novas Hay y Juan José Villamizar se resiste a entrar por las puertas del Juzgado de lo Mercantil número 3, donde tarde o temprano se celebrará el pleito contra la empresa que llevó a pique a la emblemática cadena gallega de congelados, y prueba de ello son los repetidos aplazamientos que desde finales del pasado año se vienen sucediendo.

Fue a mitad de noviembre cuando FARO, medio que desveló la parasitaria gestión de Xeldist Congelados por parte de Vinova, avanzaba en primicia la cita judicial, que en su inicio iba a acontecer el 18 de diciembre de 2023. Se pospuso primero para el 8 de febrero, ocho semanas más tarde, a causa de un error administrativo. Pero tampoco tuvo lugar aquel día, ya que no estaba emplazada una de las partes afectadas por la calificación.

Fuentes cercanas al caso apuntaron entonces que no se había podido localizar a Vinova, y por tanto no pudo recibir en tiempo y forma la citación. Casi un mes después confirman que todo sigue igual y que la Justicia no tiene previsto, por “prudencia”, situar una nueva fecha en el calendario hasta que se resuelva esta cuestión.

Por si con este delicado panorama no bastase, tanto el abogado como el procurador de Juan José Villamizar han renunciado a su defensa. En dos escritos a los que ha tenido acceso el Decano enviados el mismo día, el pasado 20 de febrero, ambos trasladan a la magistrada sus respectivos desistimientos. Y en el caso del segundo, de hecho, lo achaca a “una situación de total y absoluta desconfianza”.

Villamizar, rostro visible de la dirección que llevó a liquidación Xeldist Congelados apenas año y medio después de comprársela a Grupo Iberconsa, cuenta con 10 días desde el pasado 23 de febrero para designar otro procurador y letrado. El plazo hábil expirará este viernes y hasta que no se produzca deberá persistir la defensa actual.

“Acuerdo tenerles por renunciados en la representación y defensa que ostentan. Sin embargo, no podrán abandonar la representación y defensa en tanto el poderdante (Juan José Villamizar) designe nuevos profesionales que le asistan”, recoge la jueza en el auto emitido. Fuentes de toda solvencia explican que este supuesto se suele dar en dos posibles escenarios; como parte de una estrategia para dilatar el juicio, algo que descartan ya que lo que está generando la actual parálisis es la no citación de Vinova, o por posibles impagos del cliente al que renuncia la defensa. Es a esta última razón a la que apuntan.

Muerte y resurrección

FARO demostró que Vinova, sociedad que tiene como raíz los apellidos (Vi)llamizar y (Nova)s, logró convencer a dos fondos de inversión para recibir un préstamo de más de nueve millones de euros en la primavera de 2021, y así fraguar la compra de la vieja Hiperxel. Tras un meticuloso trabajo de investigación, probó también que su administración extrajo el equivalente a 8.500 euros diarios de las cajas de la empresa. Fue vaciada en más de 4,5 millones, sin que se ofreciera justificación alguna sobre la retirada de dichos fondos, y por este motivo el administrador concursal solicitó que su concurso de acreedores se calificase como “culpable”.

El bufete vigués Lener, que lleva las riendas de Xeldist Congelados en su proceso de liquidación, pide además para Vinova una multa superior a los 7 millones de euros. Y gracias a su gestión se ha podido rescatar la marca, que fue adquirida por el empresario ourensano Manuel Cibeira.

A través de la nueva propiedad, LMR Logística, se han reabierto ya una veintena de establecimientos y rescatado decenas de empleos, recuperando así parte de la huella que amenazó con desaparecer para siempre. Un centenar de míticas tiendas repartidas por toda Galicia y cerca de 300 profesionales.

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