La pesca cicatriza la crisis: Atunlo descarta más cierres y Fandicosta encarrila su venta

La atunera, con el cisma interno no resuelto, presenta un plan de reestructuración y busca el visto bueno de los acreedores | Actemsa tiene hasta el 9 de abril para formular el suyo

Empleados de la fábrica de Vila Nova de Cerveira, especializada en lomos de atún precocidos.   | // CLP

Empleados de la fábrica de Vila Nova de Cerveira, especializada en lomos de atún precocidos. | // CLP / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

La industria pesquera gallega completó inversiones por más de 370 millones de euros en los últimos cinco años con el objetivo de ganar presencia en origen (factorías, buques de pesca y granjas), mejorar la valorización de la materia prima y diversificar productos y mercados.

Un esfuerzo que se tradujo en la adquisición de participaciones en empresas (Kefalonia Fisheries, Conarpesa, Pesquera Santa Cruz, Pesquerías Belnova), constitución de otras nuevas (South Atlantic Company, Profand Ecuador, Atunlo Cabo Verde), modernización de factorías (Iberconsa Seafood Processing, Profand Vilagarcía, Marfrío Perú) o compra y nueva construcción de buques (Monteferro, Falcon, Argos Cíes, API IX, Isla de Terranova, Ría de Aldán).

Un arreón con viento de cola –por los bajos tipos de interés, la buena penetración en países como Estados Unidos y resultados positivos en pesquerías como el langostino– que se topó de bruces con la escalada inflacionaria y el súbito encarecimiento de la financiación. El parte de heridos, de distinta consideración, ha sido extenso: Atunlo, Fandicosta, Cerdeimar y Actemsa entraron en insolvencia, los márgenes se redujeron a la mínima expresión y media docena de grupos más tuvieron que sentarse con la banca para renegociar deudas –la matriz de Iberconsa, Bering III, firmó en 2019 un préstamo por hasta 385 millones a euríbor +7%–. Una herida que empieza a cicatrizar ahora.

Recreación del Prion, que se está construyendo en las instalaciones de Nodosa en Marín

Recreación del Prion, que se está construyendo en las instalaciones de Nodosa en Marín / FdV

El caso de Atunes y Lomos (Atunlo), la mayor comercializadora de atún de España, es complejo no solo en lo económico, sino por la ruptura total entre sus accionistas. Pero, por lo pronto, ha presentado ya un plan de reestructuración en el Juzgado de lo Mercantil, según pudo saber FARO en fuentes directas de las negociaciones. El torniquete en el grifo del crédito sigue bien prieto.

“Van pagando al contado lo que compran”, indican otras fuentes consultadas. Lo que sí descarta su hoja de ruta –que es a hasta diez años vista– es el cierre de más centros de producción. Atunlo bajó ya la verja a toda una división de su negocio, el destinado a la venta de lomos de atún precocidos para la industria conservera: eliminó la actividad industrial de sus filiales de O Grove y Santoña (Cantabria), con el despido de unas 200 personas. La planta arousana se queda como una mera base de logística, con una parte centrada en los aceites derivados del pescado.

Buque nuevo de Iberconsa

Buque nuevo de Iberconsa / FDV

A salvo... en principio

La de Vila Nova de Cerveira mantendrá su actividad, aunque también está especializada en el aprovisionamiento de conserveras. Esta sociedad, Central Lomera Portuguesa, está participada a partes iguales por Atunlo y Marfrío –esta última opera en suelo luso también con Produtos Alimentares (Pralisa)– y está operando “con normalidad” desde el mes pasado. Eso sí, con el suministro de materia prima de terceros, toda vez que la accionista vasca Inpesca (Compañía Internacional de Pesca y Derivados) sigue sin facilitar producto, como avanzó este periódico.

La falta de pescados, de hecho, mantiene en situación de lay off –equivalente a un ERTE– la fábrica de Cabo Verde, la más intensiva en mano de obra y que llegó a superar los 500 efectivos, la mayoría mujeres. Atunlo Cambados, centrada en la producción de lomos y rodajas de atún crudos congelados y con capacidad para 90 toneladas diarias, también quedaría a salvo. Emplea a más de 200 personas.

Independientemente de que coseche el visto bueno del grueso de acreedores, tanto comerciales como financieros, el futuro corporativo de Atunlo es una incógnita. Inpesca ha formulado una demanda por administración desleal contra los socios Comercial Pernas (Coper) y la panameña Marpesca, con 20 millones de euros mediante en concepto de reclamación. No hay solución a la vista.

Salida del Argos Cíes hacia Malvinas.

Salida del Argos Cíes hacia Malvinas. / ALBA VILLAR

Actemsa, también en situación preconcursal –está en periodo de prórroga, habilitada por el juzgado–, no ha entregado todavía su plan de reestructuración. Tiene de plazo hasta el 9 de abril, de acuerdo al entorno del grupo que dirige José Luis Escurís. El sector no descarta que buena parte de las soluciones pasen por echar mano de los vínculos empresariales familiares, mientras Actemsa mantiene que su actividad no se ha visto alterada en ningún caso tras haberse acogido al antiguo 5 bis.

Panorámica de las instalaciones de Fandicosta, en Domaio. |   // EIDF

Panorámica de las instalaciones de Fandicosta, en Domaio. | // EIDF / Lara Graña

De vuelta en la ría de Vigo, el pool bancario –con cuatro entidades principales– prosigue en su análisis en profundidad de la propuesta formulada por Worldwide Fishing Company (Wofco) para tomar el control de Fandicosta. Como detalló FARO, la compañía que pilotan Alberto Barreiro y Borja Tenorio ha planteado dos opciones para cerrar la operación. La primera es un descuento del 50% sobre el pasivo: abonarían 25 millones de euros de una tacada, antes de la firma de las escrituras, con lo que la compra en sí se formalizaría por un “precio simbólico”.

En la segunda la quita rondaría el 30% y el pago inicial sería inferior, aunque Wofco “se haría cargo de pagos en varios préstamos que siguen vivos, con el calendario previsto”. Fuentes próximas a las conversaciones concretan que el miércoles expira el plazo formal, aunque hoy continuarán las reuniones para pulir el trato. La banca también deberá pronunciarse sobre la oferta formulada por trabajadores para quedarse con las filiales Casa Botas y Peixemar, una iniciativa que cuenta con el respaldo económico del todavía presidente del grupo, Ángel Martínez Varela.

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