Campo y pesca sufren una pérdida histórica de 1.700 empresas en Galicia en solo un año

El sector primario lidera las caídas por encima del comercio

La comunidad ganó 225 compañías a lo largo de 2021, a pesar de la desaparición de 1.600 negocios sin personal

La agricultura es uno de los sectores con más horas trabajadas por semana.

La agricultura es uno de los sectores con más horas trabajadas por semana. / FDV

Julio Pérez

Julio Pérez

La Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca) propone cultivar una mayor resiliencia, progreso e innovación para afrontar la encrucijada del freno a la producción y el impacto de la inflación en los suministros porque, además, el futuro está plagado de nuevas pruebas de resistencia. “Nos esperan nuevos desafíos ambientales y de bienestar animal, incluida la necesidad de descarbonizar la cadena de abastecimiento y de reducir el uso de fertilizantes químicos y los fitosanitarios”, recuerda la organización desde la editorial de uno de los últimos números de su revista corporativa.

Parte del sector se ha puesto manos a la obra ya para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, mantener la calidad del agua, el control del amoníaco y, en general, la conservación de la biodiversidad. “Nuestro sistema de producción y el pequeño tamaño de nuestras explotaciones familiares deben permitirnos proteger la productividad del sector mientras aprovechamos al máximo las oportunidades de las energías renovables, la agricultura de carbono y la bioeconomía”, enfatiza Agaca,  obsesionada con involucrar a los jóvenes y “la plena inclusión y participación de las mujeres en el liderazgo y mantenimiento de las cooperativas”. “Debemos trabajar en la urgente necesidad de relanzar negocios y medio de vida que sean atractivos para la generación más joven –añaden–, lo suficientemente competitivas para igualar el atractivo de los trabajos urbanos cómodos o las oportunidades en el extranjero”.

Porque eso falta y el sector primario se desangra. Agricultura y ganadería redujeron a la mitad la ocupación en Galicia tras la pérdida de más de 30.000 empleos desde 2005. La pesca se quedó sin otros 10.400, una bajada del 40%. A mediados de los años 90 ambos aportaban el 8% del Producto Interior Bruto (PIB) regional y ahora rondan el 4,5%, con el número de empresas operativas en caída libre. A 1 de enero de 2022 tenían operativas unas 37.900, según el balance publicado ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

En solo un año, a lo largo de 2021, desaparecieron 1.680, una caída récord de más del 4%, antes incluso del estallido de la guerra de Ucrania que tanto afectó a la actividad en el campo gallego por la falta de materias primas básicas y los costes disparados de alimentación y energía; y del agravamiento de la merma en el consumo de los productos de mar y las consecuencias para la flota de las restricciones en los caladeros. En cultivos no perennes la comunidad perdió 130 negocios, el 6%; y cerró uno de cada diez de producción agrícola combinada con ganadería, alrededor de 650. Mermaron también las firmas de silvicultura y explotación forestal, casi 80 menos. La pesca se quedó sin 166 empresas y 8 en acuicultura.

Después de dos ejercicios de saldo negativo muy duros por la ralentización económica que se vislumbraba en 2019 y el zarpazo de la pandemia en 2020, Galicia logró darle la vuelta a la demografía empresarial y arrancó el pasado ejercicio con más altas que bajas en las empresas: 225, hasta un total de 245.728. De esas, 4.441 son filiales de compañías con sede en otra autonomía. Es la parte que más crece, algo más de un 4%, con 185 nuevas empresas, mientras que las autóctonas aumentaron solo el 0,02%, en 40. Los sectores con más filiales de empresas de fuera de Galicia son el comercio (491), la logística (143) y la programación y la informática (143).

La savia nueva empresarial se concentra en la Galicia atlántica y, particularmente, en la provincia de Pontevedra con un incremento de 550 empresas. La variación en A Coruña fue de 114. En Lugo caen en más de 500 y por encima de 100 en Ourense. Prácticamente todo el ajuste se da en los negocios unipersonales. Hay 1.600 empresas menos sin plantilla, que son la inmensa mayoría (164.400, el 67% del tejido productivo regional).

El ajuste tiene mucho que ver con el desplome del sector primario. “La distribución de las empresas según la personal jurídica varía en función de la actividad”, como señala el IGE, y dentro de la agricultura y la pesca el 84,5% de las empresas son personas físicas, mientras que en la industria y la energía, por ejemplo, no llegan ni al 40%.

actividad empresas W

actividad empresas W / Hugo Barreiro

La cantidad de empresas de 1 a 2 asalariados creció en 48; en 651 las de 3 a 5 contratados; en más de 500 las de 6 a 9; en 380 las de 10 a 19; en 140 las de 20 a 49 efectivos; y en 61 las de 50 a 99. Galicia tenía 828 empresas que superaban el centenar de ocupados en 2022, una treintena más que el ejercicio anterior.

Agricultura y pesca ocupan los puestos de cola en la evolución empresarial en Galicia, junto con las actividades administrativas y de oficina (176 empresas menos en un año) y el comercio (277 menos en la rama mayorista y 279 en los negocios de ventas minorista). En el otro lado de la balanza figuran la educación, donde el número de empresas aumentó en 310; otros servicios personales, la categoría que incluye a negocios de limpieza, peluquerías o pompas fúnebres, entre otros oficios (290); las actividades asociativas (280); actividades profesionales, científicas y técnicas (257); sanidad (245); e inmobiliarias (206). Bajando al detalle, destacan las consultoras de gestión empresarial (274 firmas más que en 2021) y los negocios para el acabado de edificios (208).

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