Las gallegas llegan a la edad de retiro con 11 años menos cotizados que los hombres

La desigualdad se agrava en la edad del primer hijo y a partir de los 50 con el cuidado de mayores

El salario medio es un 19% más bajo y la banca acumula la mayor brecha

Una brigadista en el incendio de Carballeda de Valdeorras, Ourense, de 2022

Una brigadista en el incendio de Carballeda de Valdeorras, Ourense, de 2022 / Brais Lorenzo

Julio Pérez

Julio Pérez

La UE nació con la lucha contra la desigualdad incorporada. El artículo 119 del Tratado de Roma que alumbró oficialmente la primitiva Comunidad Económica Europea el 25 de marzo de 1957 obligaba a los estados miembros a aplicar “el principio de igualdad de retribución entre los trabajadores masculinos y femeninos para un mismo trabajo”. “Se entiende por retribución, a tenor del presente artículo, el salario o sueldo normal de base o mínimo –continúa– y cualesquiera otras gratificaciones satisfechas, directa o indirectamente, en dinero o en especie, por el empresario al trabajador en razón de la relación de trabajo”. Aquella disposición de alcance limitado fue ganando envergadura en los siguientes tratados y un sinfín de directivas, pero los avances “han sido lentos a lo largo de los años”, como reconocían Vera Jourová, vicepresidenta para Valores de Transparencia de la Comisión Europea, y Helena Dalli, comisaria de Igualdad, en un comunicado conjunto el pasado martes, víspera del Día de la Igualdad Salarial. Por cada euro que gana un hombre, una mujer cobra 0,87 euros. La brecha en las retribuciones continúa estancada en el 13% tras un recorte de menos de tres puntos en los últimos diez años. Las dos altos cargos comunitarias instan a tomar “medidas específicas” para que el principio de igualdad realmente se aplique.

Las diferencias abismales en las nóminas explican en buena parte que las mujeres arrastren pensiones también mucho más bajas. La prestación media en Galicia alcanzó los 792,7 euros entre ellas el año pasado, frente a los 1.200 euros que cobran los hombres. El desequilibrio en el caso concreto de las de jubilación no se queda atrás: 824,5 euros frente a 1.258. Además del menor salario, la brecha en el tiempo de cotización desgarra la cuantía del retiro, obligando a muchas trabajadoras a seguir en la ocupación hasta cumplir el plazo mínimo establecido para evitar los temidos coeficientes reductores. 

Cuando cruzan el umbral de los 65, los hombres en Galicia acumulan unos 35,6 años en alta laboral. Las mujeres se quedan con 24,6 años, según el balance de las vidas laborales de la Seguridad Social que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE) con los datos de 2021. Esa distancia de 11 años en el periodo de afiliación apenas menguó en los últimos años. En 2012, cuando el organismo empezó a divulgar los datos, era de 11,2 años; en 2013 y 2014 se notó la resaca de la grave crisis financiera provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria y la brecha llegó a 11,5 años.

La desigualdad arranca desde el estreno en el mercado de trabajo. Entre los menores de 25 años, son 0,2 años menos para ellas. El agujero se agranda a partir de los 30 (0,6 años); y alcanza los 1,5 años entre los 34 y los 34, coincidiendo con la edad media a la que las gallegas tienen actualmente su primer hijo. A partir de los 40, cuando cada vez más mujeres son madres, la diferencia supera los 2 años de cotización; y a mediados de los 50 se desboca (6,1 años en los 55 y 7,6 años en los 59) por la cantidad de empleadas que deben dejar sus puestos para cuidar a mayores.

Hay más mujeres trabajando por encima de los 65 años: 11.120

En eso son mayoría las mujeres en Galicia. De los 41.900 inactivos que no buscan un empleo en la comunidad por tener que atender a niños, adultos enfermos, discapacitados o mayores, el 88% son mujeres (37.000); y el 77% (37.700) de los que no lo hacen por otras responsabilidades familiares y personales. Cuando los menores crecen o los mayores se van y ellas intentan reincorporarse a la actividad, no queda otra que trabajar más años. ¿Cuál es la franja de edad entre los cotizantes a la Seguridad Social ahora mismo en Galicia con más mujeres que hombres? La de 65 años en adelante: 11.120 afiliadas y 10.879 afiliados.

De los casi 1,2 millones de residentes en la comunidad que trabajaron a lo largo de 2021, alrededor de 789.000 figuraron de alta el ejercicio completo. Otros 381.5000 desempeñaron un puesto solo parte del año. De nuevo, las mujeres son más en las contrataciones temporales (192.600 y 188.800 hombres). La media de la base de cotización ese año en Galicia se situó en 1.735 euros. Para los hombres escaló hasta los 1.873 euros, 269 más que las mujeres (1.466). Entre ellas, la mitad no pasa de 1.359 euros. La diferencia crece a más de 500 euros en la categoría profesional de ayudantes no titulados y rondó también esa cantidad en los oficiales de primera y segunda, mientras que en los ingenieros técnicos peritos y ayudantes titulados fue de 143 euros y 147 en los auxiliares administrativos.

La radiografía de retribuciones que también acaba de divulgar la Agencia Tributaria con los resultados de la última campaña del IRPF correspondiente a los ingresos de 2022 actualiza la situación actual de la brecha salarial. El sueldo medio en Galicia rozó los 22.000 euros. Para los hombres ascendió a 24.185 euros. En las mujeres, 19.666 euros. Ellas, por tanto, ganaron un 18,7% menos (4.519 euros). La brecha empeora una décima en comparación con 2021, cuando registró su mínimo histórico (18,6%) gracias a los refuerzos de personal en el sector sanitario y los servicios sociales, muy feminizados, por la pandemia.

Banca y aseguradoras lideraron la desigualdad salarial en Galicia el pasado año. Las mujeres, que son el 52,4% de las ocupadas en esos sectores, recibieron de media 10.610 euros menos al año que los hombres. En agricultura, ganadería y pesca, la brecha rondó los 10.100. Construcción y actividades inmobilarias dejan la menor diferencia (2.153 euros), aunque las mujeres suponen solo el 16,6% del personal. 

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