Las gasolineras “low cost” se multiplican por cuatro en Galicia en solo tres años

Son el 14% del total tras el fin de las trabas burocráticas de la Xunta y el alza de los precios

Una gasolinera “low cost” en Vigo.   | // MARTA G. BREA

Una gasolinera “low cost” en Vigo. | // MARTA G. BREA / manolo rodríguez

Manolo Rodríguez

El final de las trabas burocráticas, la pandemia del COVID y el alza de los precios de los carburantes están detrás de que las estaciones de servicio automáticas se hayan multiplicado por cuatro en Galicia desde 2019, con lo que la comunidad se ha convertido en la segunda en la que más han crecido estas instalaciones en el último año, solo por detrás de Cantabria. Pese a las reticencias con las que muchos conductores las acogieron cuando empezaron a implantarse, a finales del año pasado rozaban las 100 (97) y ya suponen el 14% del total de la comunidad, según los datos facilitados por la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae). Han sido casi las únicas que han abierto en los últimos años, frente al repliegue de las tradicionales.

El porcentaje gallego es cuatro puntos más bajo que a nivel nacional, donde las gasolineras desatendidas ya suponen el 18,3%. La mayor penetración está en Barcelona, con un 34%, Girona (30,3%), Lleida (30%), Segovia (27,2%), Soria (26,8%) y Valencia (25,5%). Manuel Jiménez, presidente de Aesae, explica que la fecha clave para el despegue de este modelo de negocio en Galicia se produjo a mediados de 2021, cuando la Consellería de Economía subsanó el problema que dificultaba la apertura de estos surtidores en la comunidad. Así, resolvió que el registro autonómico de instalaciones petrolíferas pasase de ser constitutivo a solo declarativo, es decir, que el promotor debía esperar a que se le enviara el documento de inscripción para poder operar. A partir de ese momento ya no es necesario. La sola comunicación del promotor permite ahora la apertura del negocio.

“La situación de Galicia era absolutamente atípica”, reconoce Jiménez, porque en otras comunidades existía una normativa, que luego se ha derogado, que obligaba a todas las estaciones de servicio a contar con un responsable para atender a las personas con diversidad funcional, y que hasta entonces había frenado el crecimiento del sector. En Galicia no existía esa normativa, pero sí la de que el registro autonómico debía ser constitutivo. “Galicia no contaba con la exigencia de tener personal. Tenía otra que parecía que era una ventaja, pero se transformaba en inconveniente. La Xunta decía que para favorecer la tramitación de estos proyectos se iba a hacer por ventanilla única. Y para poder continuar había que esperar a recibir una comunicación. Y esa comunicación nunca llegaba”, explica Manuel Jiménez, que apunta que esa situación se subsanó en junio de 2021.

De las 24 low cost que tenía Galicia a finales 2019 se han pasado a 97 al cierre de 2022, es decir, casi el cuádruple en tres ejercicios. La cuota de penetración —el porcentaje que suponen las low cost sobre todos los surtidores en funcionamiento— se ha incrementado desde el 4% al 14% en el mismo periodo. Por provincias, 41 están en A Coruña y representan el 14% del total de la provincia. En Pontevedra hay 25 (12%); en Lugo, 22 (18%) y en Ourense, 9 (10%).