La inversión de Galicia en el exterior bate récord por las operaciones del ladrillo

El flujo superó los 2.300 millones en 2022 | Construcción e inmobiliarias copan nueve de cada diez euros | Más de la mitad de toda la partida tuvo como destino EE UU

Construcción de edificios en EEUU

Construcción de edificios en EEUU / FdV

Julio Pérez

Julio Pérez

En la radiografía por comunidades con las razones para invertir en cada una de ellas, el Icex resalta la internacionalización de Galicia. “Crece mirando al exterior”, indica el organismo dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que achaca “gran parte del auge de su economía” al “poder exportador, una fuerza económica que la convierte en una de las regiones más abiertas” al resto del mundo. El Icex remarca también la competitividad de Galicia y el “potencial de atraer a empresas extranjeras”.

Las ya instaladas aquí crearon “más de 50.000 empleos”. Un mensaje prácticamente igual al del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), que vende la comunidad como destino de “numerosas empresas nacionales y extranjeras” en el naval, aeronáutica, biotecnología, TIC, energías renovables, forestal, minería, turismo, agroalimentación, automoción y textil. Aun así, de Galicia sale mucha más inversión de la que entra para hacer negocios. El saldo ascendió a casi 2.330 millones de euros en 2022, el máximo histórico, mientras que el flujo de entrada disminuyó un 23%, hasta 172 millones.

Sin contar los movimientos de las sociedades instrumentales usadas para aligerar la carga fiscal, las llamadas operaciones ETVE, la inversión productiva española bruta en el extranjero rozó los 29.300 millones de euros, un 7,6% más que el ejercicio anterior. La expansión está impulsada principalmente por grandes grupos empresariales, entre los que la variación fue del 32%. El resto de sociedades, en cambio, mermaron su inversión fuera cerca del 30%, según el reciente informe del Ministerio de Industria. En los últimos diez años se recurrió “sistemáticamente” a las nuevas aportaciones de capital, por encima de las adquisiciones, que bajaron un 37,5% en 2022. “Un cambio de estrategia de internacionalización de las empresas españolas”, subrayan los técnicos, que “han utilizado las reestructuraciones en el exterior, geográficas y sectoriales, para adaptarse a las circunstancias actuales”. Las ampliaciones de capital representan el mayor valor entre todas las partidas (alrededor de 23.700 millones de euros) y el crecimiento más acusado también (21,1%). Detrás están, fundamentalmente, firmas del sector financiero y de la industria manufacturera.

Hay mayor concentración territorial que en 2021. Dos países copan alrededor del 50% de la inversión. Reino Unido se mantiene a la cabeza como principal receptor (28,3% del total de las inversiones españolas en el extranjero), seguido de Luxemburgo (20,9%). En tercer lugar aparecen Países Bajos (14,5%); Estados Unidos ocupa la cuarta posición (12,3%); y Alemania es el quinto destino favorito (5%).

De Galicia salieron ocho de cada cien euros de la inversión española en otros países durante el pasado año. Fue la segunda comunidad con mayor flujo –únicamente por detrás de Madrid, que aglutina el 78% (22.845 millones de euros)– y con un reparto sustancialmente diferente al del conjunto del Estado. Algo más de la mitad de la inversión se dirigió a Estados Unidos: 1.259 millones de euros; y otro 22,6% (526 millones) viajó a Canadá. Reino Unido (267 millones de euros, el 11,4%) completa el podio del saldo con origen en Galicia. Tienen cuota destacable también Malta (2,8%), Brasil (2,3%) y Emiratos Árabes Unidos (2,3%).

La concentración espacial de las inyecciones de empresas e inversores gallegos en otros lugares del mundo es todavía más evidente en el caso de los sectores. El ladrillo absorbe nueve de cada diez euros. Al sector de la construcción fueron 1.318 millones de euros, repartidos entre la promoción inmobiliaria (1.259 millones de euros), la edificación residencial (46,2 millones) y la no residencial (12,9 millones). Las actividades inmobiliarias, centradas en la compraventa de bienes, recibieron 856 millones de euros.

Entre resto de sectores del saldo de inversiones gallegas en el exterior sobresale el comercio mayorista (57,4 millones de euros); pesca y acuicultura (36,4 millones); la ingeniería civil (22,7 millones); los servicios de alojamiento y hoteles (18,2 millones); y las actividades de sede central y consultoría de gestión (13,4 millones).

El sector líder en los destinos de la inversión del conjunto del Estado fue la industria manufacturera, que captó 8.040 millones de euros tras un incremento del 142% respecto a 2021. A actividades financieras y seguros fueron 5.700 millones; 4.166 millones a industrias extractivas; y la construcción se sitúa en cuarto lugar (1.344 millones).

¿Y cuánto dinero se desinvirtió? Pues unos 12.700 millones, un 46% menos que el año precedente. “Se produjo sobre todo por disoluciones de empresas y no por otro tipo de liquidación de inversión (como la venta de las empresas en el extranjero a no residentes o liquidaciones de otras formas de capital), lo que podría estar apoyado por el contexto actual de crisis económica mundial y mayor incertidumbre, que afectaría sobre todo a economías en desarrollo y mercados emergentes”, señala el informe del Ministerio de Industria. De hecho, el 72% (9.200 millones) se registró en Brasil. El grueso por sectores afectó a Información y Comunicaciones (8.016 millones). En el caso de Galicia, las desinversiones alcanzaron los 71 millones de euros, un 60% menos que en 2021 (180) y el 68,8% por debajo de la media de los últimos cinco años (229 millones).

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