La oferta del Gobierno de 500 millones para bajar el gasóleo no frena el paro del transporte

La medida se concretará el viernes, tras el Consejo Europeo | La ministra de Transportes insiste en que hay consenso con el 90% del sector | El CNTC defiende las mejoras “históricas” del real decreto de diciembre

Cientos de camiones circulando como protesta ayer por la avenida de Madrid

Ricardo Grobas

Julio Pérez

Julio Pérez

Además de la presión en la calle por los ocho días que van ya del paro indefinido impulsado por la Plataforma de defensa del transporte de mercancías por carretera, el enésimo maratón de negociaciones del Gobierno y el sector para buscar soluciones a la embestida de los precios disparados del combustible arrancó ayer con la amenaza de plante de las patronales que sí están representadas en el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC). “No podemos esperar más”, reivindicaba una de ellas, la Federación Gallega de Transportes de Mercancías (Fegatramer), pidiendo “diálogo y respeto entre todos los transportistas”, incluidos aquellos que decidieron no trabajar “porque no pueden trasladar a sus clientes las subidas incesantes de costes”. Tras casi ocho horas de reunión, en la que también participaron la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, llegó la oferta. El Ejecutivo inyectará unos 500 millones de euros para abaratar el precio a partir del 1 de abril. El importe concreto y el resto de los detalles se concretarán el viernes, una vez celebrado el Consejo Europeo. En cualquier caso, los convocantes del paro, que no estaban en esa mesa, reaccionaron de inmediato para asegurar que esos acuerdos no les conciernen, y que seguirán adelante con sus movilizaciones.

No habrá rebaja de impuestos en los carburantes para el sector porque, según la ministra de Transportes, “no sería efectiva” en este caso concreto. “Nuestra fiscalidad es la más baja que permite la Unión Europea y tampoco tendría sentido actuar sobre el IVA porque en el gasóleo profesional se deduce”, recordó Raquel Sánchez, que aprovechó la ocasión para “reconocer y agradecer” la voluntad de diálogo del CNTC en la última semana ante “la compleja situación del transporte” y frente a “las acciones violentas” de “un sector minoritario”.

“La medida tiene impacto real y va directamente a los transportistas”

Raquel Sánchez

— Ministra de transportes

El Gobierno opta por la bonificación para que haya “un impacto real, efectivo, que vaya directamente a los transportistas”, como están haciendo “países como Francia, Italia o Portugal”. El acuerdo incluye también las medidas tratadas en las reuniones de la pasada semana, cuando el ministerio y los transportistas que no secundan el paro apostaron adelantar el cumplimiento de algunos de los hitos del real decreto de mejoras para el sector que evitó el desabastecimiento en Navidad. Las devoluciones por el gasóleo profesional se formalizarán mensualmente y no cada tres meses como hasta ahora. Ante la enorme volatilidad del petróleo, la web de Transportes publicará todas las semanas un índice de variación del gasóleo profesional para poder estimar los costes reales. “Nos hace falta ante la economía maltrecha de nuestras empresas”, justificó Carmelo González, presidente del departamento de Mercancías del CNTC, que quiso “poner en valor al ministerio, a la ministra y a su equipo” y “el acuerdo histórico” de diciembre.

“Pedimos disculpas aunque no nos corresponda por el paro”

Carmelo González

— CNTC

“Pedimos disculpas, aunque no nos corresponda, a los que se han visto perjudicados por este paro que este comité nunca quiso”, destacó González. A la ministra también se le preguntó lo que podría hacer a partir de ahora la plataforma convocante. “Lo desconozco”, respondió, recordando una vez más “que el comité representa al 90% del sector”. “Vamos a seguir asegurando condiciones de seguridad a los transportistas que quieren trabajar –aseveró– y que ven el compromiso de este Gobierno con sus intereses, que son los intereses generales”.

Caravana de camiones a su paso por Vigo, ayer

Caravana de camiones a su paso por Vigo, ayer / Ricardo Grobas

Escoltas y transportistas foráneos alivian los problemas de desabastecimiento de Galicia

La distribución respira con cierto alivio en Galicia mientras espera la solución definitiva al paro de parte de los transportistas que tantos quebraderos está provocando en toda la economía. “Venimos de una situación complicadísima y necesitábamos algo de aire”, revelan en la dirección de una de las principales empresas alimentarias de la comunidad. En los nueve días que van de protesta, la nueva normalidad en la logística es el apoyo de las fuerzas de seguridad del Estado. Hasta el domingo iban, según la Delegación del Gobierno en Galicia, cerca de 900 camiones escoltados. “Estamos organizando otro convoy en coordinación con un proveedor –contaba a media mañana de ayer el responsable de compras de una cadena de supermercados en la región– que lleva un montón de tiempo sin poder dar salida al producto”. Siguen las tensiones en el abastecimiento en “algunos lineales puntuales”, especialmente los frescos, pero el refuerzo de mercancía durante el fin de semana y el freno de los bloqueos en algunos puntos neurálgicos –como las conexiones por carretera con la Meseta– suavizaron los temores a un colapso en el suministro de los básicos de la cesta de la compra.

Grandes firmas de alimentación se reúnen con el delegado del_Gobierno para pedir soluciones

Ahora mismo, según confirman varias fuentes del sector de la alimentación a FARO, las empresas más dependientes de transportistas gallegos son las que también sufren las peores consecuencias del paro. Se están contratando compañías de otras comunidades para los envíos a Galicia. Y no solo porque aquí sea difícil dar con alguien que quiera hacerlos. “Es que muchos no pueden por los daños de estos últimos días”, aseguran las mismas fuentes. “Nosotros, por ejemplo, tenemos 600 vehículos tocados”, cuentan en una distribuidora de gran relevancia en la comunidad. La demanda de neumáticos se disparó y los cambios por los pinchazos “van casi al mejor postor”. Entre las firmas consultadas reconocen que muchos están pagando cara la factura de haber apostado por “un transporte low cost”, con “precios de derribo”: “Son los primeros que se quedaron sin alternativas”.

El epicentro de la movilización de los transportistas ayer en Galicia fueron las entradas a las principales ciudades con caravanas de cientos de camiones para ralentizar el tráfico desde media mañana. A esa hora, representantes del sector primario volvían a reunirse con el delegado del Gobierno en la comunidad, dada “la gravedad de la situación y la urgencia de las soluciones”, según José Antonio Vidal, presidente de las empresas productoras de porcino (Fegapor). Los mataderos llevan días bloqueados. Se trata ya de “un problema de ciclo vital” por falta de espacio para las crías. “Los transportistas no nos pueden hacer rehenes de sus derechos –se quejó Roberto García, secretario xeral de Unións Agrarias–. Teniendo los mismos problemas, los ganaderos no hacen rehenes ni a los ciudadanos ni a ningún otro colectivo”.

José Miñones insistió ayer en que tiene constancia “de empresas que han optado por no circular en temor a represalias y actos de sabotaje”. Desde que arrancó el paro, se identificaron a 347 personas “relacionadas con actos contrarios al derecho al trabajo”, de las que 9 fueron detenidas. En la ronda de encuentros, el delegado del Gobierno en la comunidad se reunió con el presidente de la CEG, Juan Vieites, y los representantes de varias de las grandes firmas de la alimentación en Galicia como Coren, Estrella Galicia, Calvo, Jealsa, Leche Río, Nueva Pescanova, Grupo Nogar, Vegalsa-Eroski, Gadisa y la Asociación de Fabricantes de Alimentos Compuestos (Agafac). Todos le pidieron “que se trabaje con el sector del transporte en la búsqueda de un acuerdo inmediato que permita dar solución a su situación insostenible y evitar en consecuencia el colapso del suministro”.

Tras participar en la conferencia sectorial entre el Gobierno y las autonomías para afrontar las consecuencias de la guerra, el vicepresidente segundo de la Xunta acusó al Ejecutivo central de “inacción evidente”. “Está poniendo cada día más difícil la recuperación económica”, dijo Francisco Conde

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