Surrealista historia, una más, para Hijos de J. Barreras. La firma estatal Rete Ferroviaria Italiana (RFI, del Gruppo FS Italiane) anunció esta semana el resultado de una importante licitación para la construcción de un ferri de 150 metros del tipo RO-RO y de propulsión híbrida (gas natural y diésel). El barco trabajará en el Estrecho de Messina a partir de 2024. Hasta aquí, todo normal. Lo que ya no lo es tanto es la empresa a la que decidió adjudicar el pedido. El astillero vigués, sin gobierno y en proceso de venta tras la espantada de sus propietarios, venció en la licitación con una oferta de 74 millones de euros. “No tiene sentido”, resumen fuentes del sector naval.
Parte del pedido, 9 millones, son aportados con fondos COVID italianos
A través de un comunicado en su web, la compañía nacional italiana celebró el encargo a una atarazana “con una tradición centenaria en el diseño y la construcción de buques”, más concretamente en el nicho de los ferris, en el que Barreras tiene una trayectoria destacada. De igual forma, RFI concretó que el valor total de la licitación es de esos 74 millones de euros (siendo más de 3 para el diseño), de los cuales 9 millones serán aportados por el PNNR, el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia del país transalpino.
Kroll, encargada de gestionar el astillero y el proceso de venta en marcha (con Armón, Gondán y Marina Meridional entre los interesados), avisó desde un principio que la actividad comercial continuaba en el astillero pese a la difícil situación que atravesaba, con la fuga del Evrima a Santander y con los dos bloques del fallido proyecto Havila amontonados en las gradas.
Desde el sector no dieron crédito a la noticia que llegaba desde la firma estatal italiana. “Es cierto que la actividad comercial continuó estos últimos meses”, explican fuentes de los sindicatos, que incluso citan viajes a Italia por parte del personal de Barreras, “pero es imposible que nadie se arriesgue a la financiación de este barco, incluso aunque el astillero no estuviese en venta”.
“Lo que parece imposible es que se pueda acometer el contrato”, trasladaron, por ejemplo, desde las auxiliares. De hecho, el sector desconfía incluso del valor del contrato, que consideran muy bajo para las características de la unidad. “El buque es muy grande para ese precio”, sentencian desde las centrales sindicales.
“Una buena noticia”
Fuentes cercanas a Kroll confirmaron a este periódico que la adjudicación “es una buena noticia” que refleja que “la compañía no ha estado parada” y que el nombre de Barreras sigue teniendo peso. De igual forma, el encargo “da valor a la compañía” para el proceso de venta. “El futuro comprador tendrá que estar de acuerdo con el contrato para su realización”, añadieron las mismas fuentes.
