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Bimba y Lola se rearma con la recuperación económica y prepara su nueva sede en Vigo

El grupo de moda, que perdió 5 millones en 2020, aunque con un ebitda positivo, impulsa las ventas y apuesta por más expansión internacional

Inmueble que albergará la nueva sede de Bimba y Lola en Vigo. // Marta G. Brea

Las publicaciones de moda y tendencias se llenan estas semanas con los “chollos” de las rebajas de Bimba y Lola. Desde el minibolso de piel “que nos salvará en más de un apuro este verano”, al “vestido favorito” de Georgina Amorós, actriz de la serie Elite, pasando por el esperado descuento en la falda mini satinada de cintura elástica “que nos obsesiona” desde hace meses. Como el resto de las grandes del sector, el grupo de las hermanas María y Uxía Domínguez también nota un antes y un después en el impacto del COVID a partir de la desescalada y el fin del estado de alarma. En el arranque del nuevo ejercicio fiscal, que en el caso de las firmas de moda arranca el 1 de marzo, “observamos ya una importante recuperación de las ventas”, asegura José Manuel Martínez, el consejero delegado de la compañía con sede en Mos. Un cambio de tendencia tras un año “muy difícil en todos los sentidos” que dejó una merma del 27,4% de la facturación en Bimba y Lola y 5 millones de euros en pérdidas. Aún así, la empresa logró mantener un resultado de explotación (ebitda) positivo y de dos dígitos: el 10,5% de las ventas, unos 16,6 millones de euros.

Bimba y Lola avanzó los datos de la evolución de negocio en marzo, pero faltaba por conocer la cuenta de resultados del ejercicio 2020, en el que su cúpula destaca, además de los golpes de la pandemia, “también la fortaleza de nuestra marca, la estrecha colaboración de nuestros socios y el gran trabajo de nuestros equipos para superar esta prueba límite”. Frente a los ingresos récord de 226,8 millones de euros de 2019, la facturación de la textil bajó a 164,8 millones el pasado ejercicio, el menor volumen de ventas de los últimos cuatro años, “consecuencia del impacto de la pandemia sobre las tiendas”. Precisamente “los gastos extraordinarios” por el cierre de la red arrastraron las cuentas a números rojos, lejos de beneficio de más de 18 millones de euros cosechado antes de la llegada del coronavirus.

Lo que sigue imparable es el ecommerce. Las ventas online de Bimba y Lola crecieron un 66% y a estas alturas suponen más de un tercio de toda la facturación, según el balance publicado ayer por la compañía.

“El grupo ha retomado su plan de negocio, acelerando nuestra expansión internacional con la apertura de tiendas y canales digitales en nuevos países, así como reforzando nuestro equipos en áreas clave para el crecimiento”, señala el consejero delegado en la nota enviada a los medios de comunicación. Bimba y Lola acabó el ejercicio fiscal de 2020 con 270 puntos de venta repartidos por 16 países y está presente con ecommerce en 32. Entre los últimos desembarcos destaca la llegada a Berlín, donde Bimba y Lola abrió a finales de mayo sus primeras tres tiendas, acompañadas de una fortísima campaña en colaboración con nuevos talentos de la escena artística alemana. La diferenciación de marca y el uso de las redes sociales se ha convertido en uno de los estandartes de la joven compañía, que en abril cumplió 16 años. Entre las mejoras previstas a corto plazo están la modernización de los centros logísticos y la nueva sede, que se ubicará finalmente en el viejo concesionario de Automoto en Vigo. Las obras ya empezaron.

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