Su figura sorprende, sobre todo, cuando desaparecen. Y ahora están de vuelta en Marín. Los sumergibles de Nodosa Shipyard, únicos en el mundo, vuelven a Galicia de la mano de la firma Subibor, inventora y promotora del proyecto de I+D primero (con dos prototipos) y de la construcción de tres submarinos después.
El astillero remoza un submarino y negocia la fabricación de otro, el primero en casi 20 años
La firma de Borja Oriol encargó al astillero la renovación del Conquistador Uno, uno de aquellas embarcaciones sumergibles destinadas al turismo que ahora será exportada a Indonesia. A ello, se suma la construcción de una unidad de 40 plazas, que ya negocia el astillero marinés.
“Es una línea de negocio muy interesante”, reconocen desde la atarazana, que vuelve a levantar el periscopio en medio de las dificultades que vive el naval tras el golpe del COVID.
El Conquistador Uno regresó a Nodosa para una renovación tras casi 15 años de vida. Se trata de un Subcat modelo S-30, un catamarán sumergible que cuenta con 19,5 metros de eslora y una capacidad para 30 pasajeros. En Marín fue construido junto a otros dos, siendo la última unidad entregada en 2002, y ahora le tocaba rejuvenecer: se cambió el acero dañado, modernizando su apartado eléctrico y electrónico o los sistemas que posibilitan su maniobrabilidad e inmersión.
Nodosa fue el astillero de referencia de aquel proyecto de I+D de Subibor. Entonces se decía que la capacidad de la firma (antes de hacerse con las instalaciones de Factoría Naval) daba para construir tres al año. Ahora la intención de la atarazana es volver al nicho del turismo con estos sumergibles. Negocian la construcción de uno para una firma francesa, que ya ha visitado Marín y que podría encargar también una segunda unidad. En este caso las embarcaciones serían de 40 plazas, con lo que serían los más grandes realizados hasta la fecha.
Mientras, el astillero continúa con la construcción de los dos portacontenedores para Royal Arctic Line (que se entregarán a partir de septiembre) y con la draga de última generación para Canlemar (en fase de fabricación de bloques), sus únicos pedidos en cartera junto a una panga para un atunero. En lo que sí que está hasta arriba Nodosa es en las reparaciones, especialmente con los grandes arrastreros de Malvinas que a finales del próximo mes empezarán la segunda campaña del año.