La apuesta por el autoconsumo energético ha dado un nuevo vuelco en las empresas de la provincia. Las tarifas aprobadas por el Gobierno, en vigor desde el pasado día 1, relanzan el ya de por sí activo mercado de las placas solares para la industria en la provincia.
Las empresas instaladoras notan una demanda “sin parangón” y un “cambio de tendencia” que las obliga a dotarse de mayor personal y capacidad para poder atender las peticiones, que en algunos casos ya superan las previsiones anuales. Mientras, el empresariado critica el golpe “grave” que supone el tarifazo a sus cuentas de resultados. Desde la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) recuerdan que medidas como esta son “la única opción posible”, al tiempo que esperan que el Gobierno “actúe contra este atropello”.
La supresión del “Impuesto al Sol” desde octubre de 2018 y la apuesta por las renovables y la transición energética desde todas las administraciones supuso un impulso para la utilización de placas solares. En los últimos meses no han sido pocas las empresas que han apostado por la utilización de placas solares para, por un lado, reducir su huella de carbono y, por otro, rebajar sus costes energéticos.
“Tenemos ya pedidos formalizados de 45 MW, que era el objetivo anual”
Ayer mismo la firma pontevedresa EiDF Solar anunció una nueva instalación de sus placas en una empresa. Se trata de A&B Innovative Solutions, situada en este caso Vitoria, que logrará cubrir con ello el 51% de su consumo energético diurno en su proceso de producción. “Se nota un cambio de tendencia”, explica el director general de la firma, Fernando Romero, “porque las renovables y el autoconsumo se empieza a ver como algo normal”.
EiDF nació en 2008, en plena crisis, centrada en el autoconsumo fotovoltaico, aunque no fue hasta tres años después cuando se estrenó en el nicho industrial en Galicia, con una empresa avícola. Ahora está a punto de estrenarse en el BME Growth, mercado alternativo bursátil. No en vano, las previsiones están superando todas sus expectativas. “En lo que va de año contamos con pedidos formalizados de 45 MW, que era lo que teníamos previsto para todo el año”, comenta Romero.
A su juicio, el incremento de la instalación de las placas fotovoltaicas en la industria “va a ser una consecuencia directa” del nuevo tarifazo eléctrico. “Esto va a conllevar un aumento de interés por medidas como el autoconsumo”, asegura.
“Una empresa que tiene placas solares es más competitiva que la que no las tiene”
De la misma opinión es el presidente de Grupo Alvariño, cuya filial Voltfer se dedica a la instalación de placas solares. “Es una tendencia y la demanda ahora no tiene parangón”, indica José Manuel Fernández Alvariño, que poner en valor la reducción del coste de estos sistemas con la maduración de la tecnología, la duración y la amortización. “En seis o siete años el retorno está asegurado y con la instalación se garantiza una producción para entre 25 y 30 años”, ilustra.
En el caso de Voltfer la potencia comprometida para autoconsumo en lo que va de año es de 5 MW. “Una empresa que tiene placas solares es más competitiva que otra que no las tiene. Así de simple”, resumen el empresario vigués.
Situación “difícil”
El presidente de la CEP, Jorge Cebreiros, explica que las nuevas tarifas dejan un escenario “muy difícil para empresas de muchos sectores”, que ven en el autoconsumo “la única opción posible”. “Hay mucha preocupación”, recuerda el empresario, “porque este aumento incide gravemente en la cuenta de resultados”.
En la zona de Vigo y su área, uno de los sectores que más ha apostado por el autoconsumo es, por ejemplo, el de las empresas de transformación de pescado. La lista en amplia, con Nueva Pescanova, Frioya, Mascato, Fandicosta, Iberconsa... Pero no son los únicos. El grupo Stellantis también ejecutará un proyecto de generación de energía fotovoltaica en su planta de Balaídos, con una potencia total de 15 MW (en dos fases) con la que busca satisfacer el 17% de las necesidades de energía de la factoría.
Sin embargo, Cebreiros señala que el margen de maniobra es escaso, sobre todo para las pymes. “Ajustar la potencia contratada, sustituir por elementos de bajo consumo, concienciar a los trabajadores, y poco más que rezar y gritar para que el Gobierno actúe contra este atropello”, explica.