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El sexto bocado de Abanca: su negocio sube a 100.000 millones con Novo Banco

La operación refuerza la banca privada y de empresas del grupo gallego, con 10 oficinas oficinas y 172 empleos | La entidad portuguesa acaba de pedir 600 millones en ayudas

Oficina de Novo Banco en la Rúa Príncipe de Vigo. | // PABLO HERNÁNDEZ GAMARRA

Abanca y Novo Banco se llevan poco más de un mes. El líder financiero de Galicia resurgió de las cenizas de la fusión fallida de las dos cajas el 26 de junio de 2014. “Hoy es el gran día. Hoy nace Abanca, el banco de los gallegos, el banco gallego en el mundo”, proclamó su presidente, Juan Carlos Escotet, durante el bautizo de la entidad ante cientos de representantes de la política, la economía, la cultura y la sociedad de la región, visiblemente emocionado por la etapa abierta tras su victoria con Banesco en la puja del FROB para la antigua Novacaixagalicia.

El Banco de Portugal creó Novo Banco el 4 de agosto de ese mismo año para transferir los activos buenos del Banco Espírito Santo, rescatado con 4.900 millones de euros de dinero público a causa de la crisis financiera. También en su caso salió a subasta, aunque solo el 75% del capital, en manos desde octubre de 2017 del fondo Lone Star. Hasta ahí las similitudes.

Escotet, durante la presentación de Abanca en junio de 2014. // Xoán Álvarez

Abanca presume de músculo ante otra embestida de la economía por el coronavirus como uno de los operadores del sector en España con mayor calidad de activos y menor morosidad. Pese a la pandemia, ganó 160 millones de euros en 2020.

Novo Banco, en cambio, elevó un 25% sus pérdidas el pasado ejercicio, hasta los 1.329,3 millones de euros, y acaba de pedir otra inyección de 598,3 millones al Fondo de Resolución luso, que conserva un 25% de sus acciones. La delicada situación que atraviesa impulsó definitivamente el proceso de venta que mantenía abierto desde mayo para su filial española. Abanca era una de las candidatas favoritas frente a la china Haitong y finalmente se queda con ella.

Oficina en Vigo

La adquisición lleva al grupo liderado por Escotet a superar por primera vez los 100.000 millones de euros de volumen de negocio tras sumar los 4.300 de Novo Banco. Tiene 10 oficinas: Vigo, Oviedo, Bilbao, Zaragoza, Málaga, Sevilla, Valencia, Barcelona y dos en Madrid; 172 empleados y una red de 102 agentes financieros.

Su fuerte no es el retail. De hecho, Abanca subraya el “refuerzo” que la operación tiene para “su posicionamiento” en “dos ámbitos de actividad prioritarios”. Están por un lado la banca personal y privada, apuestas ya en el plan estratégico que completó el pasado 2020 y donde fueron claves las compras de la red en Portugal del Deutsche Bank, el Banco Caixa Geral –otra filial española de un grupo portugués– y la reciente incorporación de Bankoa.

El otro bocado viene en el negocio de empresas, “especialmente en la operatoria fuera de balance y la actividad exterior”. Con tanta presencia a uno y otro lado del Miño, Abanca se coloca en una posición privilegiada para ganar cuota entre las compañías españolas que exportan a Portugal –segundo gran destino, tras Francia, del negocio internacional de Galicia– y a la inversa.

Negocio asegurador

Abanca resalta que la filial de Novo Banco supone una nueva plataforma para la expansión de la actividad aseguradora, “en pleno crecimiento” tras relanzar la compañía de Vida y Pensiones y la alianza con Crédit Agricole Assurances para seguros generales, “que ya cuenta con permiso para operar y lanzará sus primeros productos propios en las próximas semanas”.

Ni la entidad gallega ni Novo Banco han desvelado el montante de la operación. “El acuerdo concluido representa la opción más adecuada para desinvertir el negocio, asegurando el mantenimiento del servicio al cliente y perspectivas atractivas a largo plazo para clientes y empleados en España”, justifica la dirección de Novo Banco en el comunicado remitido ayer a la Comissao do Mercado de Valores Mobiliários, la CNMV portuguesa, con el anuncio. Había que acometer la operación sí o sí. Es uno de “los compromisos definidos para 2021” en el plan estratégico de la entidad para cumplir con las condiciones impuestas por las autoridades comunitarias al manguerazo de fondos del Estado luso.

La cúpula de Abanca y de Banco Caixa Geral tras el acuerdo en 2018. // Abanca

“La transacción mejorará el índice de eficiencia y el rendimiento sobre el capital”, según explica Novo Banco, que prevé elevar 55 puntos básicos la ratio de capital de máxima calidad (Common Equity Tier 1) y “un impacto positivo” en la liquidez. “Representa otro hito importante en el proceso de desinversión de activos y operaciones no esenciales, es decir, contribuir a una reducción de la complejidad de la estructura y los costos –admite su matriz–, permitiendo a Novo Banco continuar su estrategia de reasignación de recursos a la banca en Portugal”. El cambio de propiedad se realizará cuando lleguen las autorizaciones correspondientes, entre ellas las del Banco de España y el BCE, aunque la intención es que se formalice “en la segunda mitad de 2021”.

Escudo de fondos públicos

Novo Banco sostiene en la nota a la CNMV lusa que la venta va a tener “un impacto marginal” en el resultado neto del grupo este ejercicio. Ya lo tuvo en las cuentas de 2020. Justo después de comunicar públicamente su intención de solicitar otra remesa de dinero público, el Fondo de Resolución del país emitió un comunicado poniendo algún pero a la cantidad. El banco dispone de un escudo de capital, a imagen de los esquemas de protección de activos del FROB en España para las entidades nacionalizadas, desplegado en 2017 después de la venta de tres cuartas partes de los títulos a Lone Star. Novo Banco puede tirar de él hasta 2026. Van 3.570 millones y quedaban 912 hasta ahora.

El Fondo de Resolución puso en duda una porción de los 598 millones pedidos. Concretamente, 166 millones, que podrían no estar cubiertos “en los términos del contrato, por el mecanismo de capitalización contingente”. “El potencial conflicto entre las partes”, en palabras del organismo financiero, está relacionado “con la provisión para operaciones discontinuadas en España”. Esos 166 millones serían el colchón por las pérdidas esperadas en la filial para limpiarla antes de la venta.

La sexta compra de Abanca


1. Siete años de crecimiento

Banesco compró el Etcheverría, con el que ganó la puja por Novacaixa. Luego se hizo con la financiera del Pastor, la red en Portugal del Deutsche Bank, la filial de en España de Caixa Geral y el pasado 2020 adquirió Bankoa.

2. Refuerzo de banca personal y empresas

La operación aporta 10 oficinas y 172 empleados –además de un centenar de agentes–, y sus principales ventajas son la apuesta por la banca privada y personal y el negocio de empresas.

3. El peregrinaje de Novo Banco

La crisis del coronavirus elevó un 25% sus pérdidas en 2020, hasta los 1.329,3 millones de euros, y con una provisión, según el Fondo de Resolución luso, de 166 millones por las pérdidas estimadas en la filial española. Su cúpula anunció la solicitud de 598 millones de dinero público.

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