A Abanca le gusta Portugal y por eso en sus mensajes oficiales se presenta siempre como una entidad “ibérica”. Allí creció con fuerza con la compra de la antigua financiera del Popular para mercado peninsular y la red minorista del Deutsche Bank y del otro lado del Miño vino también la adquisición de Banco Caixa Geral, la filial española de Caixa Geral de Depósitos. El país vecino aportó ya al cierre del primer semestre del pasado año más de un 8% del resultado del grupo presidido por Juan Carlos Escotet, que no pudo repetir la jugada con Eurobic, del que se apartó definitivamente tras llegar a un principio de acuerdo condicionado a ver las entrañas del negocio en una due diligence. Ahora al primer banco de Galicia le interesa Novo Banco, la parte buena del negocio del antiguo Espírito Santo, que busca dueño para su red española. Escotet confirmó durante la presentación de las cuentas de 2020 a principios de este mes que estaban analizando la operación. “Sin postura ni definición”, matizó, aunque en el sector se da por hecho que es uno de los favoritos para hacerse con las riendas.
Es una entidad pequeña. A cierre de 2019, según los datos de la Asociación Española de Banca (AEB), contaba con 11 oficinas y algo menos de 200 empleados. El activo hasta septiembre del pasado ejercicio ascendía a 2.100 millones, con 1.670 millones en créditos y 1.918 en depósitos. Se desconoce su beneficio. Por intereses ingresó 25 millones y 10,1 millones por comisiones.
Las autoridades portuguesas rescataron la matriz en agosto de 2014 con 4.900 millones de euros. Separaron los activos fallidos y a la nueva entidad se le bautizó como Novo Banco, con el 75% ahora en manos de Lone Star, un fondo buitre con sede en Dallas (EEUU), ávido por vender la filial española. El otro candidato en el proceso de venta es el grupo chino Haitong Bank, filial portuguesa de Haitong Securities, uno de los principales bancos de inversión con valores de negocios en China.
