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El empresario José Alberto Barreras entra en la puja por la extinta Factorías Vulcano

Exaccionista de este mismo astillero, Pescanova o Banco Pastor, presentó su oferta a última hora del lunes | Vicalsa ha quedado fuera del primer plazo de presentación de propuestas

Panorámica de las instalaciones de Vulcano, inactivas desde hace un año. // Alba Villar

Con la salida del ferri Villa de Teror, el 28 de junio de 2019Villa de Teror,, se apagó la estela de Factorías Vulcano. El astillero decía adiós a una trayectoria centenaria: la construcción 548 fue, además de azarosa, la última. En su informe, la administración concursal elevó el pasivo de la compañía hasta los casi 210 millones de euros, con un reguero de más de 600 acreedores ordinarios. La unidad productiva fue tasada en poco menos de 12 millones, con ánimo de dar continuidad a la construcción naval en las faldas del monte de A Guía. Y sobre ella han sobrevolado polémicas judiciales y políticas, manifestaciones de interés y, de momento, una única oferta. "Sorpresiva", apuntan desde el sector. Se formuló "a última hora del lunes", 377 días después de la entrega del ferri de Trasmediterránea. Y con el membrete de un conocido empresario vigués: José Alberto Barreras. Ex accionista de referencia de la propia Vulcano, de Pescanova SA o Banco Pastor, proyecta así su retorno a la ciudad y al naval gallego, según pudo contrastar este periódico. No han trascendido los detalles de la propuesta: solo que ha puesto sobre la mesa 7,85 millones de euros a través de la sociedad Marina Meridional.

La posible reentré de José Alberto Barreras en la desaparecida Vulcano no será su primera aventura en el naval en lo que llevamos de 2020. Ni siquiera de trimestre, porque acaba de resultar adjudicatario de la licencia de ocupación y explotación de la también desaparecida Astilleros de Huelva. Lo ha conseguido a través de la sociedad Nuevo Astillero de Huelva, que tenía como denominación social el nombre Eyquem Capital hasta el pasado 12 de mayo. José Alberto Barreras es administrador solidario de esta empresa, al igual que su hija Ana Belén (exconsejera de Pescanova SA). En este caso, la autorización incluye una superficie de 114.340 metros cuadrados, de los que 67.930 se corresponden con lámina de agua. La extinta Vulcano ocupa 25.095 metros cuadrados de terrenos adscritos al Puerto de Vigo, con lámina de agua, y otros 38.436 metros cuadrados contiguos.

El lunes 6, cuando entregó su oferta por Vulcano, expiraba el plazo para formularlas en sobre cerrado en el juzgado de lo Mercantil de Vigo. De acuerdo al plan de liquidación, en una primera fase la propuesta debía alcanzar al menos el 65% del valor de la unidad productiva. Esto es, no menos de 7,7 millones de euros, además de dejar en depósito 70.000 euros. El grupo de Barreras tuvo que especificar el tipo de actividad a desarrollar en los terrenos o puestos de trabajo a generar. "A ofertas iguales tendrá preferencia en la adjudicación aquella oferta que contemple la recolocación de un mayor número de extrabajadores de Factorías Vulcano", exponía dicho plan. Pero en esta primera fase no se formuló ninguna otra oferta.

La viguesa Vicalsa esperaba a la Fase B, condicionada a que la Autoridad Portuaria le asegurase que una renovación de la concesión, que expira en 2027. Esa garantía no existe a día de hoy, tampoco para el proyecto de José Alberto Barreras. La iniciativa de Marina Meridional debe pasar la criba de la administración concursal, que deberá comprobar que se ajusta a la hoja de ruta marcada para traspasar la unidad productiva. Si es así, los planes de Vicalsa nunca verán la luz.

La trayectoria de José Alberto Barreras en Galicia Fue consejero delegado de la malograda Pesquerías Españolas del Bacalao (Pebsa) y llegó a alcanzar el 5% de la hoy denominada vieja Pescanova. Estuvo imputado durante la fase de instrucción del caso que investigó el colapso de la pesquera por uso de información privilegiada, pero los cargos contra él fueron retirados. Se ha centrado en el negocio inmobiliario, con sociedades como Montebalito o Metainversión. La sociedad a través de la que ha asumido la concesión del astillero andaluz fue de hecho una sicav hasta marzo de 2019, cuando se reconvirtió en una compañía de "gestión de acciones o participaciones representativas del capital social y de los derechos económicos y políticos de sociedades y entidades de cualquier clase". Ahora, rebautizada como Nuevo Astillero de Huelva, tiene como objeto social la "construcción naval, reparación y mantenimiento de buques" y demás actividades vinculadas con esta industria.

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