Aunque las causas son muy diferentes, tanto en la pasada crisis de 2008 como en esta provocada por el coronavirus, las administraciones se ven abocadas a hacer más cuando menos tienen. El desempleo desbocado de la doble recesión puso a prueba el sistema de protección social. Ocurre lo mismo ahora, con el añadido del gasto sanitario disparado por la pandemia y el escudo del Gobierno al empleo a través de las prestaciones de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y los autónomos, entre otras medidas. Frente a las peticiones constantes de rebajas fiscales por parte de la inmensa mayoría de colectivos, la respuesta desde Moncloa fue siempre la misma: la caja pública hay que llenarla con algo para poder financiar el sistema de salud y el resto del estado del bienestar. El primer mes entero de confinamiento para frenar la expansión del Covid-19 dejó un agujero en la recaudación tributaria del 32%. Pero no toda la caída se debe a las consecuencias de la parálisis económica. Hay cambios de calendario y normativos y devoluciones de por medio. En términos homogéneos, la disminución, según la Agencia Tributaria, se situó en el 8,4%. Los ingresos brutos en Galicia se desplomaron un 41% en abril, aunque en su caso el acumulado del primer cuatrimestre del año esquiva de momento los números rojos con un ligero incremento del 0,3%.
De enero a abril, la recaudación de en la comunidad rozó los 2.300 millones de euros, según el balance que acaba de publicar la Agencia Tributaria. Son apenas 10 millones más que en el mismo periodo de 2019. Y es muy posible que la tendencia a partir de mayo cambie por las consecuencias del confinamiento en la producción y el consumo. Aún así, se trata de la cifra de ingresos más elevada en los cuatro primeros meses de un ejercicio desde 2008.
Dejando a un lado los datos de País Vasco y Navarra, muy distorsionados por su régimen fiscal propio, y también los de Cantabria, con un saldo de ingresos en negativo porque las devoluciones superan de largo a los ingresos, hay dos Españas diferentes en la evolución tributaria hasta abril. Además de Galicia, otras cinco autonomías concluyeron el primer cuatrimestre al alza: Baleares (9,5%), La Rioja (6,3%), Cataluña (2,6%), Comunidad Valenciana (2,4%) y Castilla-La Mancha (0,9%). En el lado de las caídas sobresalen el archipiélago canario, donde la recaudación bajó un 21,2%; Andalucía, con un 15,4% menos de ingresos; y Aragón y Castilla y León, ambas con recortes superiores al 14%.IRPF
Los ingresos por el IRPF aumentaron un 3% hasta en abril en el conjunto del Estado, corregidos los efectos de los reintegros de 2019 de la prestación de maternidad y el aumento de los aplazamientos en más de 2.700 millones de euros. Las retenciones sobre rendimientos de trabajo y actividades profesionales se elevaron un 3,3%, frente al 4,6% que llevaban hasta marzo. La desaceleración viene del sector privado. En las grandes empresas la subida pasa del 3,9% al 2,1%. "Se produce una caída en el empleo, pero en este primer mes de confinamiento -en abril se presenta el devengo de marzo, recuerda el organismo- la moderación se produce, sobre todo, por la masa de retribuciones, con crecimiento cero en comparación con el año pasado". Los ERTE mantienen a los empleados vinculados con su empresa, aunque parte del salario proceda de la Seguridad Social. El avance de los ingresos de las pymes baja del 4,8% del primer trimestre al 3% al cierre de abril. El sector público, en cambio, se mantiene en subidas de más del 6%. ¿Y en Galicia? La aportación del IRPF alcanza los 1.032 millones, un 4,6% menos que de enero a abril del pasado año.
El IVA se coloca en lo alto de la cesta fiscal de Galicia. Van 1.113 millones de euros, a pesar del descenso anual del 2,8%. Cae también con fuerza en impuesto de Tráficoen esta pandemia global: un 17,8% menos. ¿Cuáles son entonces las razones de que el cuatrimestre no deje un retroceso de los ingresos tributarios en Galicia? Esta, por un lado, el aumento un 21,4% en la Renta de los No Residentes, hasta los 13,9 millones de euros. De otro, que Sociedades nutra con 39,7 millones frente al desequilibrio de 71,5 millones de abril de 2019 por las devoluciones. El total estatal del impuesto aplicado a los beneficios de las empresas disminuye un 25,5% por la caída también de sus ganancias: 22,7% y un 16,4% la base imponible.
Los Especiales se estancan. Era esperable. Galicia sufre en este capítulo una caída del 41% por la actividad mínima del carbón -su uso está gravado- en las centrales térmicas. A esto hay que sumar los efectos del parón de la actividad. Solo en abril, la merma del consumo provoca una caída del 15,1% en el tributo ligado a los carburantes y del 8,9% en el de la electricidad.
