Tersan sacó pecho ayer de su victoria frente a Barreras tras el anuncio de Havila de asignar los dos barcos que quedaron a medio construir en Vigo al astillero turco. La atarazana de Yalova consuma así un megacontrato de cuatro buques, los "magníficos cuatrillizos" como los definió a través de su cuenta en LinkdIn, formados por los barcos Capella, Castor, Pollux y Polaris.
Los buques, de 122 metros de eslora, iban a ser los primeros construidos en la ría de Vigo con gas natural licuado (GNL), ya que contaría con un sistema híbrido de propulsión para reducir un 25% las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Tersan, que ya les ha asignado su código de construcción (1103 y 1104) a los dos nuevos barcos, avanza en las dos primeras unidades, cuya botadura está muy cerca. En Beiramar el avance fue escaso: los trabajos se paralizaron en julio -debido a problemas financieros y de diseño- y hasta esa fecha se ensamblaron 19 y 16 bloques de cada una de las naves, a sumar a otros 25 que permanecen esparcidos por las instalaciones del astillero.
Además de la pérdida de un contrato de 300 millones de euros para Barreras, la pérdida definitiva del proyecto Havila deja en la industria auxiliar una deuda de más de diez millones de euros, cuyo desembolso no figura en los planes de la empresa que ha asumido la tarea de reflotar el astillero, Cruise Yacht Upper Holdco (Ritz-Carlton).
