La patronal gallega ha demostrado una especial querencia por la división interna y los hombres de letras. La primera dura casi cuatro años y ayer eligió como presidente al segundo líder consecutivo con una carrera en Humanidades. Antón Arias Díaz-Eimil (A Coruña, 1961) es licenciado en Sociología y sucede en el cargo al profesor y experto en el románico Antonio Dieter Moure, quien nunca pudo paliar la división de la CEG y se vio forzado a renunciar a los nueve meses. Arias logró ayer 100 votos a favor, 64 en contra y un voto en blanco. Es el apoyo más limitado que ha otorgado la asamblea de la patronal a un patrón en su historia, que arranca en 1981. Dieter obtuvo 102 apoyos; Alvariño, también como único candidato en 2013, logró 110. La maquinaria de la patronal coruñesa, que avalaba a Arias, no logró su principal objetivo: tener menos noes de los que había cosechado el vigués. Pero no lo consiguió.

La jornada electoral transcurrió bajo el guion esperado y la obligación por parte de Antón Arias de someterse a la votación. De acuerdo al régimen electoral no era indispensable, pero muchos vocales reclamaron el voto en urna para escenificar su rechazo al proceso. "Hemos dado el espectáculo que sabíamos que íbamos a dar", lamentó uno de los asistentes. El coruñés fue el único candidato después de que su patronal provincial, de la que era vicepresidente hasta ayer, rompiese el pacto en virtud del cual todas las confederaciones habían acordado no proponer ningún nombre sin el acuerdo previo y expreso de las demás. El patrón de A Coruña, Antonio Fontenla, es el promotor de un mandato que será complejo y para el que cuenta con el único apoyo de su provincial, la de Lugo y algunas sectoriales. "¿Cómo va a pedir una cita con el presidente de la Xunta con el 40% en contra? ¿Y con cinco bancos para un crédito de 1,2 millones?", inciden sus opositores.

Frente a esta postura Antón Arias se ha estrenado con un mensaje de sosiego. "Hay que centrarse en superar los problemas que afectan a la CEG: una situación económica que hay que revertir y una crisis institucional que venimos arrastrando desde hace ya demasiado tiempo", dijo tras su proclamación, y reconoció que "nos hemos olvidado de nuestro objetivo".

En cuanto a las votaciones, Lugo (32) lo hizo en bloque en su favor, mientras que a Fontenla le falló un vocal que, según fuentes de la organización, había intentando presentarse antes de Arias. La participación, del 89%, fue inferior a la de las anteriores citas. "Mucha gente quiso mostrar su hartazgo con este esperpento porque no hará lo que dice". Los fieles de Arias, por contra, defienden la elección de "un gran presidente que hará avanzar a la CEG con solidez y estabilidad".