Conservas y Frigoríficos del Morrazo, la compañía de Cangas participada por las armadoras Hermanos Gandón y Moradiña, acaba de formalizar la compra de Lafonia Sea Foods SA, según confirmaron a FARO desde la sociedad compradora. Lafonia, domiciliada en Teis (Vigo), es la sociedad a través de la cual Pescanova operaba en las Falkland Islands (Malvinas) y las Georgias del Sur gracias a una joint venture con la empresa de capital británico Seaview Limited. Esta alianza continúa y ahora Frigoríficos del Morrazo tendrá el 70% del capital social de Polar Limited, lo que le reportará un crecimiento exponencial del volumen de negocio al incorporar dos buques arrastreros de grandes dimensiones: el Sil (78 metros de eslora y 14 de manga) y el New Polar (74 de eslora y 12 metros de manga). No ha trascendido el importe del traspaso.
"Hemos hecho una gran apuesta por estos barcos, que están en unas condiciones fantásticas", destacó a este periódico un accionista de Frigoríficos, que ha valorado también la "seriedad" de los socios en el caladero de jurisdicción británica y la "experiencia" de Ismael Pérez Bugallo, que mantendrá el cargo de gerente de Lafonia Seafoods. La negociación para cerrar los flecos del traspaso -Pescanova se había desvinculado de Malvinas en 2014- fue "complicada", pero las sinergias serán inmediatas. La firma canguesa ya opera en la zona con el buque Robin M. Lee para faenar el cotizado icefish (pez hielo o draco rayado), que se comercializa congelado y es afamado por la buena calidad de su carne.
Este último buque, construido en Le Havre en 1989 y de 70 metros de eslora, llegó a protagonizar una campaña de sellos en 1990. Con el New Polar y el Sil Frigoríficos del Morrazo faenará más icefish y calamar, con gran salida comercial. Lo que no ha podido aclara FARO es si, como hasta la fecha, las capturas de los buques de Lafonia se venderán íntegramente a Nueva Pescanova. "Era un producto muy importante para Pescafina", explican fuentes próximas a la multinacional de Chapela en relación a la antigua trader del grupo, ahora integrada dentro del holding que preside Jacobo González-Robatto. Las capturas del Robin M. Lee -reformado recientemente en Nodosa con el rediseño del bulbo de proa, que logró reducir un 13% el gasto energético- las comercializa directamente la empresa de Cangas.
La salida
Para comprender la desinversión de Pescanova de Malvinas y las complicadas negociaciones que han alumbrado esta compra es preciso recordar la sempiterna disputa entre Reino Unido y Argentina, que se trasladó al sector pesquero en junio 2008 con la entrada en vigor de la Ley Federal de Pesca 24.922 (y la norma adicional 26.686). El entonces inquilino de la Casa Rosada, Néstor Kirchner, obligó a las empresas gallegas a elegir entre el caladero argentino o el de Malvinas bajo apercibimiento de sanción, la incautación de las artes de pesca y capturas e incluso el decomiso del buque. Esto precipitó la salida de compañías como Pescapuerta o Pereira del país sudamericano, y sus filiales pasaron a manos de las firmas locales Estrella Patagónica y Altamar, respectivamente.
Pero la antigua Pescanova tuvo que esperar a la salida de su expresidente, Manuel Fernández de Sousa, para ejecutar la misma operación. Lafonia se llamaba antes Piscícola de Peñíscola y el empresario vigués fue su administrador único hasta 2006, y posteriormente llegó a ocupar este mismo cargo Marcos Osuna Andrade, familiar suyo y después enviado a Chile a hacerse cargo de la malograda subsidiaria de este país. Frigoríficos del Morrazo facturó 19,6 millones en 2014; Lafonia, más de 23,5.
