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El futuro de la multinacional pesquera

HSBC y el fondo buitre SVP Global se erigen en socios de referencia de Nueva Pescanova

Ambas empresas adquirieron deuda a precios de saldo a los acreedores para canjearla por acciones

El consejo de administración de Pescanova, instantes antes de la última junta de accionistas. // M. G. Brea

Esperar hasta quince años para cobrar una deuda y tras sufrir quitas de hasta el 90% resulta un reto a la paciencia, y más cuando hay alguien dispuesto a ofrecer algo de calderilla. Es un dinero que computa como beneficios extraordinarios cuando esa deuda está provisionada (o que simplemente da algo de oxígeno cuando se necesita liquidez). Bancos, inversores profesionales o fondos de todo el mundo están especializados en este tipo de operaciones: compra de créditos a precios de saldo para después, como ha sido el caso, entrar de golpe en el accionariado de la segunda multinacional de Galicia. Así lo han hecho el gigante británico HSBC y el fondo buitre norteamericano SVP Global Partners, que se han convertido en socios de referencia de Nueva Pescanova con un 8,93% y 5,84% del capital, respectivamente. La compañía reveló ayer, en un hecho relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la composición del accionariado del futuro holding pesquero, que empezará a funcionar formalmente a partir del 1 de diciembre.

El invitado más desconocido de la compañía es Strategic Value Partners (SVP), cuya apuesta por Nueva Pescanova avanzó FARO en exclusiva el pasado 13 de octubre. En su caso la persona que ha gestionado la operación, de acuerdo a fuentes financieras, ha sido el español José Barreiro, antiguo ejecutivo de BBVA fichado por el fondo en noviembre de 2014 como un "experto" en valores en grandes dificultades. De hecho, y así consta en su página web, SVP está centrado precisamente en la participación de empresas en reestructuración (distressed investing) mediante la compra de deuda. Su carta de presentación en Nueva Pescanova es a través de una firma de Luxemburgo, Purple Ruby.

En el resto de la composición accionarial hay pocas sorpresas. Pese a que Banco Sabadell era la entidad con más deuda en Pescanova y cada banco asumiría una participación proporcional a los créditos, CaixaBank es el banco del llamado G7 que tendrá más títulos en el holding. Dispondrá del 15,55% de los derechos de voto, por el 14,46% del banco que preside Josep Oliu. El Grupo Banco Popular tendrá el 9,17%, por el 8,19% de Abanca, el 6,25% del BBVA, el 4,59% de Bankia y el 4,41% de UBI Banca Internacional. En total el núcleo duro de la banca acreedora de Pescanova se ha hecho con el 62,35% de los títulos de Nueva Pescanova tras cerrarse la ampliación de capital, de 12.187.897 euros.

El 20% del grupo pesquero, como se acordó en la última junta de accionistas, pertenecerá a la llamada vieja Pescanova -los actuales accionistas de la compañía-, donde la mayoría de socios minoritarios. En este grupo sobresale la participación de la familia Carceller, el expresidente Manuel Fernández de Sousa, la asturiana Carolina Masaveu, los fondos Cartesian y Broadbill Investment Partners o Iberfomento. Para cumplir con el convenio de la empresa Nueva Pescanova deberá estar plenamente constituida el 30 de noviembre, cuando cierra su ejercicio fiscal.

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