El nuevo patrón de PSA Peugeot Citroën ha comenzado a poner las cartas boca arriba. Carlos Tavares, que el próximo 31 de marzo relevará a Philippe Varin como presidente de la multinacional francesa, desgranó ayer otra parte de su estrategia para devolver el grupo a la rentabilidad en la que fue su primera entrevista tras coger las riendas de PSA el pasado 20 de febrero. El ingeniero portugués, en la víspera de la apertura de la 84 edición del Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, anunció que descarta la venta de la multinacional francesa de componentes Faurecia (de la que PSA posee el 51,7%) para mejorar la liquidez del consorcio y que mantendrá el plan de ahorro de costes más allá de 2016, año en el que prevé que la compañía vuelva a un cash flow positivo (que sea capaz de generar dinero).

Tavares, en declaraciones para 7pm Auto y Reuters, rechazó una de las vías propuestas por algunos analistas para superar la crisis de PSA: la venta de Faurecia, de la que conserva el 51,7% de las acciones. El nuevo patrón reconoció que deshacerse de Faurecia permitiría ingresar dinero en efectivo, pero matizó que eso no genera rentabilidad. "Hay una gran diferencia entre meter dinero en el banco y generar beneficios", señaló Tavares. Durante meses se barajó con la idea de desprenderse de Faurecia, que tiene cuatro plantas en Galicia (tres en la comarca de Vigo y una cuarta en Ourense, con más de un millar de trabajadores entre todas), dentro de la política de desinversiones iniciada por PSA para salir de los números rojos, y que sí afectó a otras filiales como Gefco (vendida a la compañía estatal rusa de ferrocarriles) o Citer-Atesa (ahora en manos de la estadounidense Enterprise Holdings).

En la entrevista, Tavares también indicó que extenderá los planes de ahorro más allá de 2016. El ejecutivo luso se comprometió a acelerar el proceso de ajuste iniciado en 2012 y cifrado en 1.500 millones de euros, e insistió en que una vez cumplido el objetivo no cesará en la tarea de reducir costes. "No soy del tipo de persona que se para solo porque ha conseguido sus objetivos", añadió. Tavares estimó que en 2016 la compañía volverá a generar un flujo de caja positivo e hizo suyo el plan social aprobado con los sindicatos franceses para el mantenimiento de los centros de producción en el país hasta esa fecha. "Respetaré el acuerdo, lo que significará que no habrá cierres de fábricas hasta por lo menos 2016. Ése es el trato", aseguró. ¿Y después? "Dependerá de los resultados de la empresa", admitió.

Las declaraciones de ayer de Tavares coinciden con el mensaje que transmitió en su visita a Vigo en febrero: a partir de ahora las decisiones se tomarán por criterios estrictamente económicos. El nuevo patrón participará hoy en la inauguración del Salón de Ginebra. El grupo está pendiente de que se apruebe una ampliación de capital que dé entrada al consorcio chino Dongfeng Motor y al Estado francés, con una participación del 14% cada uno.