El Gobierno de François Hollande no está dispuesto a dejar caer PSA Peugeot Citroën, el segundo mayor fabricante de automóviles de Europa y uno de los sus mayores empleadores nacionales (con más de 100.000 trabajadores directos). Para evitar que esto ocurra, y dada la gravedad de la situación financiera que está atravesando el consorcio galo, el Elíseo quiere impulsar una fusión de PSA con Opel, filial europea de General Motors (GM), para crear un gigante europeo que pare los pies a las empresas alemanas, sobre todo a Volkswagen.

Según publicó ayer Le Monde, que cita fuentes del Ministerio de Finanzas francés, la única salida que tiene PSA es "comprar directamente Opel". Volkswagen, el mayor constructor de coches de Europa, "ha optado por suprimir PSA para solucionar el problema del exceso de capacidad" de la industria automovilística europea", para lo que está llevando a cabo una política muy agresiva de precios aprovechando su mejor situación de tesorería. El ministro de Finanzas, Pierre Moscovici, ya había reconocido el pasado domingo que PSA atraviesa "una crisis severa". "Corresponderá a los dirigentes (del grupo) llevar a cabo las fusiones que consideren útiles, y nosotros estamos para acompañarlos y para pesar en esa línea", argumentó.

La opción de fusionar PSA y Opel ya estuvo sobre la mesa hace unos meses, pero ambas empresas lo descartaron, entre otras razones, por los efectos que esa unión tendrían en la masa social del futuro grupo y las presiones de los gobiernos francés y alemán. PSA anunció en 2012 que cerrará una planta de producción a las afueras de París (Aulnay-sous-Bois), ajustará la de Rennes y recortará hasta 6.500 empleos (sin recurrir a despidos), mientras que Opel ya puso fecha para el cierre del centro de Bochum, que emplea a 3.000 personas en Alemania. La fusión abocaría a ajustar todavía más la capacidad industrial instalada.

No obstante, el agravamiento de la crisis en PSA habría llevado al Gobierno socialista de Hollande, que ya tuvo que rescatar la financiera del grupo, a cambiar de opinión y apoyar una fusión por absorción de Opel para garantizar la supervivencia de la multinacional francesa. Analistas del sector de automoción creen que de continuar con la actual tendencia de ventas en Europa, PSA podría llegar a una situación límite a mediados de año.

Mientras, portavoces de PSA en París no quisieron ayer comentar la información de Le Monde ni los comentarios de Moscovici: "No comentamos las declaraciones de los ministros", afirmó un responsable de comunicación. "Nos concentramos en la alianza con General Motors", añadió. Dicha alianza, suscrita en febrero de 2012, incluye una central de compras unitaria y la colaboración en tres nuevas plataformas de vehículos para 2016.

La crisis de PSA podría obligar al grupo a desprenderse de otros activos industriales, como ya hizo con Gefco o Atesa/Citer, para mejorar su liquidez. En este sentido, un analista que prefirió mantener su anonimato afirmó ayer que el consorcio estaría estudiando la venta del 57% que conserva de la multinacional de componentes Faurecia (que tiene cuatro plantas en Galicia), lo que disparó las cotizaciones de Peugeot y de la propia Faurecia.