“Lo solté porque decidí aportar mi granito de arena para el futuro del salmón”

El campanu de 2024 regresó a las aguas del Ulla tras llegar a la sacadera del pontevedrés Miguel Muíños Chamadoira

“La pelea fue bonita e intensa debido a que el río iba alto”

Miguel Muíños Chamadoira, antes de devolver el campanu al Ulla, en el coto de Ximonde.

Miguel Muíños Chamadoira, antes de devolver el campanu al Ulla, en el coto de Ximonde.

Ana Cela

Ana Cela

Y, de nuevo, fue Ximonde. El afamado coto salmonero del Ulla fue fiel a las estadísticas que lo coronan y regaló el primer plateado de la campaña iniciada hace prácticamente un mes. El pescador pontevedrés Miguel Muíños Chamadoira capturó el campanu del Ulla. un ejemplar que se estima que rondaría los 5 kilos de peso y que peleó por su libertad. Y la consiguió. El deportista resolvió liberar al hermoso ejemplar, tal y como demostró a través de las redes sociales con un vídeo que inmortalizó el momento en el que devolvía al río el salmón que terminó en su sacadera. “Decidí soltarlo porque creo que actualmente es, en mi opinión, la decisión más acertada tal y como están los ríos y la escasez de salmones que hay. Decidí aportar mi granito de arena para el futuro del salmón y soltarlo”, explicó ayer.

Gran amante de la pesca de salmón, el pescador del campanu del Ulla de 2024 lo tentó con cebo natural. Explica que llevaba tiempo buscando un coto en Ximonde para el mes de mayo y que no lo había conseguido hasta este año. Está claro que le trajo suerte. Relata el deportista que ya por la mañana había tenido una picada de salmón en una de las posturas del coto. “Eso me animó”, dijo. Siguió lanzando y, alrededor de las 19.30 horas, ya en el puesto de Penedo Redondo, consiguió que el pez picase “La pelea fue muy bonita e intensa debido a que el río iba con nivel alto de agua y eso hacía mucho más complejo sacarlo. Fue una gran lucha y conseguimos darle sacadera, con mi amigo Javier García que me acompañaba, y una vez lo capturamos, hicimos una foto y un vídeo”, narra.

Después de inmortalizar el momento, el deportista hizo, sencillamente, lo que le apeteció hacer en ese momento, permitiendo a este ejemplar del “rey del río” continuar su avance por el caudaloso Ulla. Ello motivó que el ejemplar no fuese llevado al correspondiente centro para pesar y tallar la primera captura de la temporada, si bien se estimó que la pieza rondaría los 5 kilos de peso.

Una década

Miguel Muíños explicó ayer que lleva una década pescando salmones. De hecho, acostumbra a viajar dos veces al año con un grupo de amigos a Islandia para dedicarse a esta pasión. “La verdad es que ya llevo pescados unos cuantos salmones”, reconoce. Confiesa, como hacen muchos otros camaradas de río, que esta es una pesca que te atrapa y crea una férrea afición. “La expectativa del salmón es increíble. Solo lo sabemos los que tenemos la suerte de lograr la captura de un salmón. En cuanto capturas uno te quedas enganchado. Se le llama el rey del río y se le llama por algo, porque verdaderamente lo es. Tiene una fortaleza brutal”, explica.

Esa fortaleza a la que alude se ve claramente en el vídeo que circuló del campanu del Ulla a través de las redes sociales, con el que se muestra el comportamiento del pez en el momento de la liberación. Aunque incide en que plantó batalla intensa, el salmón mostró energía en el momento en el que vio la oportunidad de regresar al lecho fluvial. “Cuando vio la opción de que podía liberarse así lo hizo y ya viste cómo salió. Con las aguas que llevaba el río y la temperatura del agua, no tiene ningún problema, sobrevive sin problema. Otra cosa sería que hubiese quedado el cebo o que sangrase. Cuando traga el cebo lo que hay que hacer es cortar el nylon y luego él con el tiempo desintegra el anzuelo”, indica.

Como queda avanzando, Miguel Muíños escogió para atrapar al primer plateado de este año en el Ulla cebo natural. Señala que en su equipo había cebo natural y cucharilla, pero que él tiene mucha fe en el funcionamiento del primero. “Desde mi punto de vista, es más efectivo”, expone. Está claro que al campanu le gustó

El río bajaba con un alto nivel de agua en la jornada del miércoles. Aun así, y pese a la dificultad añadida que supone para los pescadores, el esperado campanu se dejó ver y hasta estuvo fuera del agua, aunque regresase rápidamente para ocupar su trono. Los pescadores confían en que comiencen a entrar más peces y que otros terminen en la sacadera, decidiendo quien lo atrape si se los lleva a casa o si los devuelve al río. Lo único que importa, para quienes se reconocen enganchados con esta pesca, es no desanimarse y acudir al río. “Si no vas a pescar, el salmón no va a venir solo”, apunta Miguel.