El lugar donde la tradición se come a bocaditos

La Carpa do Cocido sirve de escaparate a nuevas propuestas alimentarias elaboradas de forma artesanal, muchas de ellas promovidas por pequeñas empresas asentadas en el rural

Decenas de personas visitaron la carpa de la Feira do Cocido tras su apertura.

Decenas de personas visitaron la carpa de la Feira do Cocido tras su apertura. / Bernabé/Javier Lalín

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

A la carpa de la Feira do Cocido hay que ir con hambre y sin prisa, porque en cada uno de los casi 50 puestos (salvo los de artesanía, claro), se van a sorprender de las exquisiteces que o bien ya elaboraban las abuelas de la Ribeira Sacra o que los nietos de otras abuelas, pero en Vilar de Santos, por ejemplo, están lanzando al mercado.

José Crespo, junto al empresario Michel 
Durrieu y su esposa, Román Rodríguez y 
José González, en la feria.  | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

José Crespo, junto al empresario Michel Durrieu y su esposa, Román Rodríguez y José González, en la feria. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Salomé Soutelo

Ayer la carpa coincidió con el mercadillo ambulante del día 3. Seguirá abierta hoy, y en ella no podían faltar referentes locales de la producción cárnica porcina como Embutidos Lalinense o Cárnicas Anzo. Los productos derivados del cerdo son los protagonistas de la carpa, lógico. Y a uno de estos puestos, el de Embutidos Suarna, recurre cada año la clientela para comprar androllas, ese producto raro en tierras dezanas pero muy común en otras comarcas como la ourensana de Valdeorras o esta de Navia de Suarna, en Os Ancares.

Quesos, embutidos y galletas comparten espacio con artesanía.  | FOTO: BERNABÉ/J.L.

Sofía Sangiao, de Embutidos Suarna, muestra androllas. / Bernabé/Javier Lalín

Y mientras la responsable del stand, Sofía Sangiao, atendía a una clientela que conoce ya de varios años atrás, Tamara Castro se estrena este fin de semana en la carpa de la Feira do Cocido con la marca Sacrapastas. Es la segunda generación de una panadería abierta en 1986 en Taboada, a medio camino entre Chantada y Portomarín. Acude a Lalín para presentar las también conocidas como “galletas de Xián”, elaboradas a base de harina, huevos, mantequilla, azúcar, sal y limón. La tradición comenzó hace tiempo, con las máquinas traídas por emigrantes de Suiza, que aplastaban las bolas y le daban una forma redondeada a la galleta. Ahora, con una máquina más grande, el producto es delicioso pero además enamora a primera vista, créanme: “las galletas tiene forma de onda, por el río, y llevan hasta 24 grabados diferentes inspirados en el arte románico de la Ribeira Sacra”, como el rosetón de la iglesia de Portomarín.

Tamara Castro, en su puesto de galletas decoradas con arte románico de la Ribeira Sacra.

Tamara Castro, en su puesto de galletas decoradas con arte románico de la Ribeira Sacra. / BERNABE/JAVIER LALIN

Pueden comprarse además en un formato de lata presidido por la figura mitológica de una xacia, la sirena que según la leyenda cada vez que salín de las aguas del Miño enamoraba a los barqueros. Las hojas de robles, tan presentes en cualquier paisaje de la Ribeira Sacra, tampoco podían faltar en el embalaje de este alimento. Sacrapastas, por el momento, no se pueden comprar por internet, pero están disponibles en tiendas como Piscofino Gourmet. Tamara Castro apunta que ya han visitado otras ferias como Xantar o Etiqueta Negra.

A este certamen también acudió la firma ourensana Gaia Gourmets Quesería, de Vilar de Santos. Ya estuvo en anteriores ocasiones en la Feira do Cocido, y ayer uno de sus productos estrella era el queso de cabra con arándanos. Esta empresa trata de rebajar el sabor fuerte de este tipo de queso, por lo que otras delicias a la venta son el producto con trufas, castañas o nueces. En cualquier caso, marida bien con una ensalada o para hacer pizza.

El lugar donde la tradición se come a bocaditos

Varias mujeres prueban los quesos de la empresa de Vilar de Santos. / Bernabé/Javier Lalín

La quesería se abastece de leche de cooperativas del entorno, y además de este queso fresco, en su stand también estaban a la venta otras modalidades como queso azul o semicurado, para el que se precisan seis meses en cámara. Ha trabajado ya en otras apuestas, como un queso ahumado. Para quien todavía no se haya decidido a probarlo, ahí van dos recomendaciones que podrían hacerle su médico de cabecera: el queso de cabra es bajo tanto en colesterol como en sal.

Chueco acude por primera vez a la cita lalinense.

Chueco acude por primera vez a la cita lalinense. / BERNABE/JAVIER LALIN

Artesanía

Y de un veterano de la carpa del Cocido a otro novato, aunque la firma Chueco lleve en marcha ya desde los años 90. En este caso, no hablamos de una pequeña empresa de industria alimentaria, sino de una marca de artesanía de A Coruña que cubre ferias a escala gallega y nacional. En Lalín ofrece objetos tan diversos como fundas para libros, , pulseras, bolsos o tarjeteros, elaborados con técnicas como el repujado o el troquelado. El material que se emplea para estos complementos suele ser piel de potro o vaquetilla, que puede durar 15 años.

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