Un estradense en el Dakar // Tras la línea de meta

Javier Campos hace historia en el Dakar

El piloto de 54 años consigue su objetivo de terminar la emblemática competición a pesar de su dolor de espalda | “Sufrí mucho pero también fue una experiencia única”

Javier Campos, 
junto a su equipo 
y el también 
piloto gallego 
Edu Iglesias tras 
acabar la carrera.

Javier Campos, junto a su equipo y el también piloto gallego Edu Iglesias tras acabar la carrera. / Lois Docampo

Ha sido el Dakar más duro de la historia, una exigente competición que dejó a su paso un reguero constante de abandonos. Ayer, los supervivientes alcanzaron la meta a orillas del Mar Rojo y muchos lo hicieron con la sensación de que la meta es el mejor de los premios. Entre ellos y por primera vez en la historia se encontraba un estradense, un debutante de 54 años que, a duras penas intentaba hacer balance de lo que había vivido en una aventura que inició el 31 de diciembre y que, a pesar de todos los contratiempos, finalizó ayer en la localidad árabe de Yanbu. Tras cruzar la meta, a Javier Campos le aguardaba una botella de Estrella Galicia, una lata de sardinas y un plato de jamón serrano, un premio especial antes de descansar por primera vez en muchos días sobre una cama de hotel.

“Estoy muy cansado pero también me siento muy bien, satisfecho por haber logrado terminar el Dakar. Es difícil explicar lo duro que fue esto”, afirmó el piloto desde su habitación. “Son una barbaridad de kilómetros sobre diferentes terrenos. Llegamos a hacer incluso una zona de enduro, una subida por una zona de piedras. Hoy que era la etapa fácil final, fueron 400 kilómetros”, explica un hombre que todavía trata de “asimilar todo lo que pasó”.

“Las dunas fueron lo más complicado. Las piedras te machacan pero estás acostumbrado. Las duna eran algo diferente. Había zonas con dunas con bajadas de 300 metros, una detrás de otra y con arena blanda. No podías dejar de acelerar o la moto se quedaba trabada. Al final sabías que te esperaba el golpe al llegar abajo. Eso te hacía ir más tenso y sufriendo. Nunca me imaginé hacer algo así”, valoró el estradense.

Con el ganador en coches, el 
español Carlos Sainz.

Con el ganador en coches, el español Carlos Sainz. / Lois Docampo

Ese sufrimiento diario terminó por hacer mella en su espalda, lo que le trajo el que considera su peor momento en el Dakar. “El día que peor lo pasé fue en la etapa maratón. Mi meta era terminar el primer día en el segundo campamento pero no fui capaz. La espalda empezó a dolerme y me tuve que quedar en el primero después de 200 kilómetros de dunas constantes. Al día siguiente decidí bajarme de la moto y no correr para poder descansar. Ese fue mi peor momento”, recuerda. Campos logró sin embargo reponerse y seguir en carrera.

Pocos días después tenía que bajarse de nuevo por sus problemas de espalda, lo que le dejaba sin la opción de realizar más paradas. A partir de ahí, tiró de corazón para terminar alcanzando la meta de Yanbu. Lo hizo en el puesto 102 con un tiempo total de 196 horas. En él sin embargo se incluyen las 97 horas de penalización que sufrió, principalmente por sus dos jornadas inacabadas.

“De todo lo que viví me quedo con el sufrimiento que es hacer todo esto encima de una moto durante tanto tiempo. En un Dakar no puedes dejar de dar gas ni puedes descansar. El desgaste cada día es enorme”, afirmó. Otra de las cosas que le marcó fue el “compañerismo” con el resto de pilotos. “Todo el mundo está dispuesto a echarte una mano en lo que haga falta. La convivencia es algo especial. Sufrí mucho pero también fue una experiencia única. No creo que pueda explicarlo de momento. Quizás con el tiempo sea capaz de hacerlo”.

El estradense posa con su trofeo, nada más 
terminar la última etapa del Dakar 2024.

El estradense posa con su trofeo, nada más terminar la última etapa del Dakar 2024. / Lois Docampo

Javier Campos también tuvo palabras de agradecimiento para su equipo, Joyrace. “Tuvieron una atención total, no solo con la moto, que es lo normal, sino también conmigo. Siempre estuvieron preocupados porque todo estuviese bien. Hay cosas que no se ven pero son muy importantes en una carrera así”, valoró. Otro agradecimiento fue para toda la gente que lo ha estado apoyando desde la distancia, empezando por su familia y siguiendo por las más de 600 personas que se unieron al grupo de Whatsapp en el que iba narrando su evolución en el Dakar. “Lo cree como una manera de no tener que estar contando lo mismo uno a uno pero al final fue entrando mucha gente. En los momentos más duros, la familia y todos los ánimos que recibía en ese grupo me ayudaron a seguir. Por ese motivo decidí dedicarles una etapa”.

El estradense tenía previsto emprender hoy el camino de vuelta a casa. “Todo estamos deseando volver y dejar atrás toda esta arena y este polvo”, admitía unas horas antes de la ceremonia final del Dakar. Su intención era hacer enlace en Madrid para poder estar en Santiago por la noche. Por delante le quedan muchos días para continuar asimilando su gesta pero también para atender a todas las personas que han ido siguiendo su camino en la competición de motor más dura del mundo.