Silleda piensa en verde

De ser consumidor de energía a ser prosumidor, es decir, con la posibilidad de almacenar, compartir o vender el excedente energético que se produzca. Es el concepto sobre el que pivota el proyecto europeo EC4Rural, que arrancó el 1 de septiembre y que estará en marcha hasta el 30 de agosto de 2027 con la intención de poner en marcha comunidades energéticas en municipios rurales. En esas comunidades energéticas, la energía renovable que se consume se produce en el mismo lugar y está gestionada por un grupo de individuos, asociaciones o pequeñas empresas que, al poder vender la energía que les sobra, obtienen además un retorno económico.

En el proyecto participan diez organizaciones de Estonia, Bélgica y España, en un consorcio que lidera la Universidade de Vigo. De nuestro país figuran la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), Sapiens Enerxía, Unión de Cooperativas Galegas y la Fundación Juana de Vega. La Fegamp remitió el año pasado a 262 ayuntamientos rurales una invitación a sumarse a este proyecto. Formarán parte de él 22, y uno de ellos es Silleda. Sus vecinos y vecinas pueden cubrir de forma voluntaria una encuesta (disponible en el sitio web de la Fegamp) que permitirá sondear su disponibilidad para participar en la puesta en marcha de comunidades energéticas. Las personas que participan en la encuesta han de indicar datos como la renta anual familiar, las personas que componen ese núcleo familiar y si ha tenido que acometer acciones en la gestión de electricidad, como cambiar a una comercializadora verde, solicitar el bono eléctrico o echar mano de medidas de ahorro energético tales como el alumbrado LED, burletes en las puertas o un temporizador en el termo eléctrico.

Proyecto adaptado a la realidad

También se somete a examen el trabajo que ha realizado el municipio en estos últimos tiempos en el ámbito de la transición energética. Esto sirve para pulsar la realidad de Silleda (para después diseñar una comunidad energética afín a su realidad y a sus demandas) pero también para ver hasta qué punto sus habitantes están al tanto de los avances hacia las cero emisiones de dióxido de carbono. Así, hay cuestiones como si funciona o no una oficina energética en el municipio, si existen instalaciones eólicas, hidráulicas o solares pero gestionadas por empresas ajenas al Concello, si hay bombillas led en el alumbrado público o si desde el Concello se pusieron en marcha bonificaciones para las instalaciones de autoconsumo.

Decíamos que la idea es tantear a vecinos del rural que estén interesados en invertir para formar parte de una comunidad energética y así, de alguna manera, poder participar de forma activa en la transición hacia las energías limpias. Por eso, tanto en el caso de Silleda como en los otros 21 municipios participantes, quienes completen la encuesta han de indicar si emplean ya paneles solares para el consumo energético de su hogar o si están planteándose instalarlos. De ser así, interesa saber cuánto dinero estarían dispuestos a aportar, entre cero y más de 4.000 euros.

Tras esta fase de diagnóstico se pasará, como decíamos, a diseñar el modelo de comunidad energética que sea más idóneo a cada municipio. La intención es que estas comunidades estén ya funcionando en un par de años, en 2025. El programa cuenta con un presupuesto de 1,58 millones y está financiado por el programa Life de la UE. De esa cuantía, en torno a 700.000 euros serán movilizados en Galicia.

La solar, más competitiva

A finales de octubre los socios de este proyecto EC4Rural se reunieron en la sede de la Fegamp con los representantes de los 22 concellos que participan en la iniciativa, para presentársela de forma detallada y darles a conocer otros casos de éxito. A la hora de escoger qué tipo de energía producir, en esa sesión quedó claro que la fotovoltaica a pequeña escala e más competitiva que la eólica, puesto que el coste unitario de entrada es menor.

Y obviamente, sale más barato montar paneles solares si uno pertenece a una comunidad energética que si lo hace de forma individual: una familia tipo tendría que pagar 2,5 veces más si afronta la instalación sola que si lo hace dentro de una iniciativa colectiva.

La red de calor y el avance en la iluminación led

Al hablar de energías renovables y de Silleda, es inevitable pensar en la red de calor con biomasa. Cuando se inauguró, en 2018, fue un proyecto pionero y aún ahora sirve de ejemplo para otros municipios rurales que tienen a mano recursos naturales que no aprovechan al máximo. Esta red, que desde hace tiempo ya suministra calefacción y agua caliente a edificios públicos, también está pensada para dar servicio a particulares en una próxima fase. En el año 2019 consiguió uno de los VI Premios Galicia Enerxía.

Pero Silleda también ha dado otros pasos en ahorro energético a través del cambio de luminarias públicas al sistema led, y lo hizo en varias ocasiones. En el verano de 2021 dio a conocer que mediante una ayuda del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) acometería la dotación de bombillas led en cinco parroquias. Eran, en total, 205 puntos de luz. A finales de diciembre de 2022, la Diputación a través del Programa DUS 5000 y en el marco del Plan de Recuperación, destinaba a Silleda casi 111.300 euros para cambiar a led 329 luminarias y de paso reformar 15 paneles ligeros. Esta intervención supondría un ahorro energético del 57%. En esta convocatoria del Plan DUS 5000 también se benefician Dozón y Rodeiro.

Alumbrado público

Más cerca en el tiempo, en octubre pasado, la empresa adjudicataria del alumbrado público de Silleda, Ferrovial, presentó su gestión para los próximos años (prestará el servicio durante 14 ejercicios). La intención es cambiar más de 3.300 luminarias también al sistema led, así como 170 cuadros de mando. Habrá además una plataforma, Liña Verde, para que los ciudadanos alerten de cualquier incidencia.

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