Calvo recurre a la Guardia Civil y los cuatro ediles del PP abandonan el pleno

PAyJ frena la emisión de un bando y cartas con la deuda real del Concello | El regidor insiste en que las cuentas tienen 500.000 euros, “pero están comprometidos”, añade Seijas

Los cuatro concejales del PP, tras una intervención de Carmen Seijas. |   // BERNABÉ/LUCÍA ABELEDO

Los cuatro concejales del PP, tras una intervención de Carmen Seijas. | // BERNABÉ/LUCÍA ABELEDO / Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

Casi cuarenta minutos de pleno, y otros 20 esperando la llegada de la Guardia Civil. Las sesiones de Agolada vuelven a mostrar la mala relación que existe entre PayJ y el PP hasta el punto de llegar a descalificativos personales por parte de ambos bandos.

El pleno extraordinario de ayer pretendía, a petición de los populares, que el gobierno de PAyJ emitiese un bando y enviase cartas a los vecinos explicando la deuda real del concello, especificando el pasivo que tiene cada concejalía y a quién se le adeuda dinero. Los datos que figuran en el Ministerio de Hacienda indican que si el año pasado la deuda era de 600.000 euros, ahora rebasa los 800.000, “y hay empresas con problemas de liquidez porque llevan tres años sin cobrar”, recordó Fernando Blanco, número 2 del PP.

Calvo comenzó su discurso con un “vayan con ese hueso a otro perro”, y recalcó que en las cuentas no hay 20.000 euros (son los datos de la cuenta general de 2022), sino 500.000, que servirán para pagar en las próximas semanas distintos conceptos como la luz que, por cierto, pasó de 9.000 a 30.000 euros mensuales en el caso de la luz pública. Desde el PP, Carmen Seijas apuntó que esos 500.000 euros pueden proceder de distintos conceptos como subvenciones, pero que ya están compromtidos precisamente para pagar deudas.

Lejos de aclarar si iba a emitir el bando y enviar las cartas o no, el regidor prefirió remontarse a la campaña electoral y mencionar presuntos ofrecimientos del PP de puestos de trabajo a quien les votasen, o críticas a las ayudas a la natalidad (50.000 euros), que después fueron solicitadas. Hizo oídos sordos a la propuesta de Seijas de que le preguntase a Margarita Varela, ahora edil de PAyJ pero teniente de alcalde con el exregidor Ramiro Varela, por cómo quedaban las cuentas cuando PAyJ llegó a la Alcaldía en 2019. Calvo prefirió repasar los arreglos en pistas.

De nada sirvió que Seijas pidiese de forma reiterada un segundo turno de palabra, o que Fernando Blanco apuntase que él mismo avisó varias veces de averías. “Le llamo al orden por primera vez, por segunda”, fue la respuesta que obtuvieron tres ediles del PP, y Santiago Castro llegó a la tercera. No quiso bandonar el pleno (Calvo incluso invitó a a irse a una persona del público), y el regidor llamó a la Guardia Civil. Los cuatro ediles decidieron marcharse entonces.

Desde el BNG, Susana Tato insistió en que el pleno era un brindis al sol y que costaría 1.100 euros a los vecinos. Apoyó el bando y la relación de deuda por concejalía, pero no quese parasen las obras mientras hubiese deuda en las arcas municipales. PayJ votó en contra.