Cartilla de geografía de la comarca de Lalín (Deza, Trasdeza y Quireza)

Su autor es José Crespo Názara, nacido en 1916 en Pontevedra, donde ejercía de profesor de la Escuela Normal su padre, José Crespo Rodríguez

Palacete de los Crespo en Donramiro. A.V.N.

Palacete de los Crespo en Donramiro. A.V.N. / antonio vidal neira

antonio vidal neira

“Cartilla de geografía de la comarca de Lalín (Deza, Trasdeza, Quireza), su autor, el abogado lalinense José Crespo Názara, un pionero de la historia y de la geografía de la Tierra de Deza: “La tierra pertenece al que mejor la conoce”.Desde finales del siglo pasado, la Tierra de Deza ha tenido la suerte de contar con personajes que se interesaron por investigar su historia y legar a la posteridad muchos datos que hoy nos serían desconocidos. Dos de estos pioneros fueron Francisco Vilariño y José Crespo Názara, siendo sus obras una fuente de información imprescindible y una referencia obligada.

El exalcalde de Lalín Antonio Crespo Pampín. |   // A.V.N.

El exalcalde de Lalín Antonio Crespo Pampín. | // A.V.N. / antonio vidal neira

Todos los pueblos tienen su historia, pero pocas veces cuentan con alguien que se preocupe en escribirla. En la Tierra de Deza hemos tenido la fortuna de que hombres como Vilariño, Crespo Názara, Buenaventura Cañizares, el Padre Oro y García Conde, dedicaron su tiempo a estudiar y recopilar todos los datos posibles sobre la historia y la geografía de Deza, prestando un impagable servicio a la comunidad.

Cartilla de geografía de la comarca de Lalín (Deza, Trasdeza y Quireza)

Cartilla de geografía de la comarca de Lalín (Deza, Trasdeza y Quireza) / antonio vidal neira

Uno de estos estudiosos fue José Crespo Názara, nació en 1916 en Pontevedra. Allí ejercía de profesor de la Escuela Normal su padre José Crespo Rodríguez, natural de Sante en la parroquia lalinense de A Xesta (1882), casado con Sagrario Názara Chao, autor de varios libros sobre la historia, la geografía, la economía agraria de Galicia y experto en pedagogía; de él heredó su hijo el amor a su tierra, plasmándolo en un pequeño librito, titulado “Cartilla de geografía de la comarca de Lalín (Deza, Trasdeza, Quireza), publicada en Santiago en 1951. “El libro –como hace constar el autor– lo escribí con la ayuda de mi padre, cuya mano se nota sobre todo en la estructura didáctica de la obra. A su lado era imposible sustraerse al amor apasionado que sentía por Galicia y por su tierra natal”.

Cartilla de geografía de la comarca de Lalín (Deza, Trasdeza y Quireza)

Cartilla de geografía de la comarca de Lalín (Deza, Trasdeza y Quireza) / antonio vidal neira

La cartilla de Crespo Názara, se encuadra dentro de la llamada Geografía tradicional, no es una obra con rigor y sentido científico, sino una geografía elemental, enumerativa y descriptiva enfocada a transmitir un conocimiento general de la Tierra de Deza con el deseo de contribuir a explicar y entender la realidad dezana. Ofrece una exposición clara y sencilla, se inicia con un mapa a color de la comarca de Lalín, tratando a continuación de los límites de la comarca, montes, valles, ríos y sus afluentes, clima, producciones, vías de comunicación, población, divisiones administrativas, etc.

166 parroquias

En la segunda parte, hace un estudio de las 166 parroquias que comprende el país, con todas las entidades y habitantes, correspondientes a cada uno de los términos municipales de Lalín, Vila de Cruces, Dozón, Agolada, Rodeiro y Silleda. Ilustra al lector sobre la presencia de pazos, castros, leyendas, etc. Es una obra utilísima y sumamente práctica e interesante que ningún dezano debe desconocer.

La cartilla termina con un apéndice que aporta importantes datos históricos de la comarca, narra los hechos importantes realizados por sus habitantes y contiene una relación de los hijos ilustres, que por su interés, recogemos a continuación:

“La Prehistoria de la comarca de Deza hay que estudiarla en la necrópolis de Agolada y otras, en que se hallaron pulseras, collares, etc., en los castros y mamoas, que existen en casi todas las parroquias y en algunas cuevas, en las cuales pudo iniciarse la vida humana. El período neolítico cuenta con menhires, trilitos, dólmenes, inscripciones, etc., en los montes de Maceira, Castro de Cabras y otros. Los primeros habitantes fueron los lalecos o lalainos (del latín: lalinios), que procedían de una tribu céltica; la tierra de Camba, la ocuparon los Kempsios o Cempsios, pueblos Kinros, anteriores a los celtas. Los romanos dejaron testimonio de su permanencia en las aras de culto a Júpiter y a Diana, encontradas en Muimenta (1916), que se conservan en el Museo de Pontevedra; en las explotaciones mineras de Ferreiroa (Agolada); en los caminos, puentes, etc..”

La comarca tuvo importancia histórica en la Edad Media, no sólo por el número de casas solariegas y monasterios, sino por los sucesos acaecidos en la misma. Fernando Arias Suárez de Deza, gran figura de la Nobleza gallega, fue Señor de esta comarca en el siglo VIII. Acompaño a Don Pelayo en la batalla de Covadonga, donde se distinguió por su arrojo, pero sus sucesores y otros próceres, cometieron toda clase de tropelías durante las centurias siguientes”

Arias Pérez, hijo del anterior, conocido por el Tigre de Deza, luchó contra el Conde de Traba, don Pedro Froílaz, tutor de Alfonso VII, la Reina Doña Urraca y el arzobispo Gelmírez, casándose después con una ilustre dama, que modificó su conducta, y le movió a reparar muchos de los daños causados anteriormente.” “El obispo Nitigio creó el Condado de Deza (Decense), en un concilio celebrado en Lugo, a fines del siglo VI, situado entre el Pico del Farelo (monte Sumio), rio Arnego, Puente Ulla, Arnois, monte de San Sebastián (Montouto), los de Chamor, Candán, Coco y Testeiro (hacia Cusanca), en cuyo extremo está Dozón, el cual continuaba hasta Portela de Coiras (Caurias), cerrándolo por el Este la Sierra del Faro, con sus estribaciones. El primer conde fue Andeca, que tenía su residencia en el Pazo de Deza, entre el río de este nombre y el Dozón, en la parroquia de Barcia. Tres príncipes suevos fundaron las aldeas de Don Ramiro, Donsión y Donfreán, a las que dieron su nombre, próximas a la villa de Lalín y al palacio citado.

El adelantado Alonso Suárez de Deza se casó en el siglo XIII con la condesa de Camba (Rodeiro), raíz de la poderosa familia de los Churruchao, señores de Deza, Trasdeza y Borraxeiros, con castillos en Pontevedra, Santiago y otras localidades. Los amigos del arzobispo de Santiago Fray Berenguel de Landoyra (dominico) asesinaron en el castillo de la Rocha (Conxo) a varios magnates (primer tercio, siglo XIV) entre ellos a Alonso Suárez de Deza, el mayor Infanzón de Galicia en su tiempo.

Fernando Pérez Churruchao, cuando el Rey Pedro I el Cruel, vino a Santiago, vengó las afrentas de su deudo, matando al arzobispo don Suero Gómez de Toledo, con la complicidad del monarca. Los Churruchaos, muerto el soberano anterior, ayudaron a entrar en Galicia a su yerno el duque de Lancáster; pero perseguidos por los partidarios de Enrique II de Trastámara, les confiscaron sus extensos dominios a favor del Cabildo compostelano. Los hermandiños gallegos amenazaron exterminar a los Prelados y señores feudales de la región (1467), destruyéndole sus fortalezas de Rodeiro, Borrexeiros, Benquerenza y otras, que les obligaron a reedificar, al fracasar el movimiento popular.

Don Lope Sánchez de Moscoso, conde de Altamira, pariente de los Churruchao, se alzó entonces con los dominios de esta comarca. El arzobispo don Alonso II de Fonseca levantó el castillo de Alcobre en la parroquia de Camanzo para hostilizar el de Cira, propiedad de los Altamira, el cual llamó en su auxilio a todos los caballeros. Reunidos los nobles en Castro de Aguapesada, a once kilómetros de Santiago, mandaron a decir a don Alonso, que no quisiera saber, lo que todos juntos pudieran hacer”; contestándoles él, “que por todos ellos, no dejaría de facer, todos sus fechos. Atacóles este con todas sus huestes, pero los señores le vencieron, obligándole a salir de la ciudad por largo tiempo. Al fin, los Reyes Católicos, Don Fernando y Doña Isabel, terminaron con aquel estado de anarquía, sometiendo los magnates y vasallos a su autoridad. Merecen recordarse entre los monasterios de aquella época, el de San Martiño de Lalín, el de San Lorenzo de Carboeiro, el de San Salvador de Camanzo y otros, que realizaron una obra civilizadora, digna de los mayores elogios.

Don Fernando de Camba, descendiente de los Churruchaos, luchó contra los árabes en la conquista de Granada, concediéndole los Reyes Católicos el título de Duque de Camba, por sus buenos servicios. Poco después del descubrimiento de América, empezó la emigración de los hijos de la comarca de Deza, que jamás olvidaron el sitio donde nacieron, regresando muchos a las aldeas de donde habían partido para tierras americanas.

También nacieron en la Tierra de Deza, hombres ilustres en el campo de la Religión, Armas, Letras y Ciencias, entre ellos, Jacinto Somoza Caamaño (1647-1728), canónigo de Santiago, que se distinguió por su claro talento; Gómez Ojea y Ulloa (1683-1754), fue como el anterior canónigo de Santiago; Gregorio Ojea y Ulloa, secretario de la Suprema Inquisición, caballero de Santiago; Vasco Taboada, capitán de guardias corazas de Felipe V; su nieto Melchor Benito Taboada (1714-1792), natural de Bendoiro, canónigo de Santiago, sobrino de don Cayetano Gil Taboada, arzobispo de Compostela y de don Felipe Gil Taboada, arzobispo de Sevilla; de Fiestras (Silleda), son Andrés Antonio Sobrino, ministro titular de la Inquisición, abuelo de Andrés Sobrino Taboada, canónigo de Zaragoza, abogado de los Reales Consejos, etc., y de Felipe Sobrino Taboada, catedrático de la Universidad de Santiago, autor de trabajos de gran reputación.

La Guerra de la Independencia española despertó nuevamente el espíritu guerrero de toda la comarca. Los párrocos de Deza y Trasdeza, al ver en peligro la Religión, la Patria y el Rey se reunieron con los más significados vecinos, acordando constituir una Junta Gubernativa, que dirigió la defensa contra los franceses en todas las parroquias. Para esto, nombraron comandante general a don Benito Martínez, situando en el puente Ledesma 300 hombres, en el de Carboeiro otros 300, en el de Taboada 2.000 y en el del Pereiro o Veiga 2.500. El 18 de marzo de 1809 partieron de la casa del Foxo de Deza, para atacar a los invasores en Ledesma, con el auxilio de don Bernardo González del Valle, conocido como Cachamuiña, capitán comisionado por el Marqués de la Romana, teniendo que retirarse a los montes de Acibeiro, perseguidos por el enemigo, que cometió toda clase de atrocidades, asesinatos a viejos y niños, hasta que fueron expulsados del país.

Las luchas civiles perturbaron la tranquilidad con sus revueltas. La parroquia de Eidián, en Agolada, vio cómo las tropas leales, alojadas en la “Casa del Ciego”, derrotaron a los carlistas, obligándoles a retirarse desordenadamente. En este período destaca José Crespo Villar (1812-1884), juez de Primera Instancia e Instrucción, diputado a Corte, hábil político y notable jurisconsulto. Los admiradores del mismo gravaron en el Crucero de Madarnás, cerca de Carballiño, estas palabras: Un solo Dios en el Cielo y un solo Crespo en la Tierra, y es popular la frase de que los Crespo nunca robaron una peseta, ni jamás engañaron a nadie, lo cual explica su ascendiente social en la comarca.

Hubo en esta época hombres como José Dionisio Valladares (1787-1864), natural de Graba, capitán del Ejército español con nueve cruces, abanderado del “Batallón de Literarios”, que peleó valientemente contra los franceses; Fray Manuel García Gil (1802-1881), que nació en San Salvador de Camba, el cual ingresó en la Orden de Predicadores, llegando a ser arzobispo de Zaragoza, cardenal, etc.; Francisco F. Sánchez Cervela (1852-1924), de Oleiros catedrático del Instituto de Pontevedra; Joaquín Loriga Taboada (1901-1928), oriundo de Prado, que hizo el vuelo España-Manila, muriendo desgraciadamente al año siguiente y Ramiro Goyanes Crespo (1873-1950), abogado, distinguido gobernador civil, director general de los Registro y del Notariado, etc.»

Como conclusión final, se puede decir que teniendo en cuenta que apenas existía bibliografía sobre la geográfica e historia de la Tierra de Deza, esta cartilla supone una empresa meritoria y aporta un valioso acercamiento al conocimiento de la realidad geográfica e histórica de la comarca dezana.

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