Los cien del “caminero” de Matalobos

Manuel Sánchez Souto celebra su centenario con una fiesta que logró congregar a gran parte de la familia

Manuel Sanchez Souto ayer, celebrando su centenario con algunos de sus hijos, nietos y bisnietos.

Manuel Sanchez Souto ayer, celebrando su centenario con algunos de sus hijos, nietos y bisnietos. / Cedida

Manuel Sánchez Souto se sumó ayer a la lista de centenarios de la comarca de Deza y Tabeirós-Terra de Montes y lo hizo con una celebración especial organizada por su familia. No estaban sin embargo todos los que son, ya que muchos de sus descendientes emigraron para terminar haciendo vida en lugares como Jaca, Suiza, República Dominicana e incluso en China pero sí que se sumaron todos los hijos, nietos y bisnietos que viven más cerca.

Esta celebración tuvo lugar en la casa familiar ubicada en la parroquia estradense de Matalobos, donde Manuel Sánchez vivió durante décadas con su mujer, Flora Renda Rosende. Ella falleció sin embargo hace solo unos años, cuando ya había cumplido los 97. En cuanto al nuevo centenario, en la actualidad dedica su día a día a ver la televisión y a pasear, aunque siempre que puede acude al Centro de Día de A Estrada para estar con los amigos. Sus familiares reconocen que su estado físico es bueno teniendo en cuenta su edad, aunque el alzhéimer comienza a hacer acto de presencia y va poco a poco superando fases.

Manuel Sánchez Souto, ayer, celebrando su centenario junto a algunos de sus hijos, nietos y bisnietos en casa de Matalobos. |

Manuel Sánchez Souto, en su etapa en la Diputación. / Lois Docampo

La vida de Manuel Sánchez Souto estuvo ligada a su trabajo como “caminero”, como él mismo se define. Con esta palabra, cada vez más en desuso, se hace referencia a un obrero destinado a la conservación y reparación de los caminos públicos. En el caso del vecino de A Estrada, su trabajo fue siempre para las administraciones. En concreto, desde muy joven se encargó al cuidado de las carreteras del municipio estradense y también de municipios limítrofes. Entre sus objetivos, algunas importantes como la N-640, que pasa muy cerca de su vivienda en Matalobos.

Manuel Sánchez junto a su mujer, Flora Renda, quien falleció con 97 años.

Manuel Sánchez junto a su mujer, Flora Renda, quien falleció con 97 años. / Cedida

En su años jóvenes, Manuel Sánchez iba prolongando su trabajo con contratos temporales hasta que, cuando cumplió los cincuenta, llegó una regulación de todos los trabajadores que se dedicaban al mantenimientos de carreteras. En ese momento tuvo que someterse a las pruebas de acceso, pero antes fue necesario sacarse el graduado escolar, que todavía no tenía. Finalmente terminaría logrando su plaza fija dentro de los servicios de la Diputación de Pontevedra. Allí permaneció hasta el momento de su jubilación. A partir de ahí dedicó mucho tiempo a la finca, aunque con los años terminó dejando también esta ocupación.

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