El “campanu” esquiva a los camaradas del Ulla

El salmón no se deja ver en el primer día de pesca en los cotos salmoneros de A Estrada | “Solo cormoranes y patos”, resumen los pescadores | El compañerismo deja buen sabor entre quienes tentaron al “rey del río”

Pescadores en el río y en la ribera, en la primera jornada de pesca. |

Pescadores en el río y en la ribera, en la primera jornada de pesca. | / // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Ana Cela

Ana Cela

Hace un día precioso junto al Ulla. Son poco más de las diez de la mañana y el coto salmonero de Ximonde bulle de actividad, en especial en la ribera de A Estrada. Los camaradas del Ulla están reunidos junto al agua. Miran cómo uno de los suyos lanza y recoge la cucharilla con la que intenta tentar al “rey del río”, mientras que no consiguen ocultar la rabia que sienten ante el hecho de que el salmón ni siquiera se haya dejado ver. Es el primer día de la temporada y todos son conscientes de que sirve de termómetro para pronosticar cómo evolucionará la campaña. El “campanu” del Ulla se resistió y dejó a los pescadores ayer con las ganas de ver salir de las aguas al primer salmón del año.

“No se ve un salmón”, me reciben, con un gesto un tanto contrariado. “Solo patos y cormoranes”, añaden. Están todos sentados en la orilla, observando cada gesto de los deportistas que han conseguido pescar en el coto de Ximonde –el más codiciado de los cuatro que ofrece A Estrada para la pesca del salmón–, seguramente deseando tener la oportunidad de intentar llevarse una pieza a la sacadera.

Ramiro Aller y Jesús Carbia, ayer, bromean con un falso “campanu”. |   // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Ramiro Aller y Jesús Carbia, ayer, bromean con un falso “campanu”. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Ana Cela A.c. A.C.

A media mañana, solo un pescador asegura haber visto saltar un salmón, minutos después de tantear su caña pero sin llegar a dejarse atrapar por la cucharilla. Algunos inciden en que el río va demasiado bajo, que se necesitaba al menos medio metro más de agua. Otros remarcan que en Asturias y en Cantabria la campaña marcha mal y que, en esto de la pesca del salmón, hay que aplicar la máxima de poner a remojar las barbas propias cuando veas cortar las del vecino.

Algunos de los deportistas que prueban suerte en Ximonde en esta jornada inaugural tienen más de medio siglo de experiencia como pescadores salmoneros. Otros, en cambio, se aventuran a esta pesca por vez primera, decidiéndose a intentarlo después de décadas observando cómo lo hacen los demás. Todos y cada uno de ellos se quedan con el ambiente, con la camaradería, con ese compañerismo que hace que se ayuden los unos a los otros, que no monopolicen los puestos más deseados y que compartan la pena de no haber tenido siquiera la ocasión de ver un plateado con el que rememorar los buenos tiempos o anhelar la oportunidad de haberlo vivido.

El “campanu” esquiva a los camaradas del Ulla

El “campanu” esquiva a los camaradas del Ulla / Ana Cela A.c. A.C.

Todos tienen sus teorías ante la escasa población de salmones que presenta el Ulla. Son muchas y diversas, pero todas terminan desembocando en que quienes saben “leer” el río, quienes lo conocen desde que nacieron, deberían ser consultados por la administración a la hora de diseñar planes de recuperación del salmón que terminan imponiendo múltiples restricciones para quienes sacan y abonan su permiso de pesca.

La tarde no fue mejor que la mañana en una jornada en la que la mejor parte se la llevaron los pescadores de trucha en los tramos libres. El salmón no quiso salir del agua. Se le esperaba, pero ni siquiera se dejó ver.

Enrique Castro: "Antes tirabas una piedra de espaldas al río y le dabas a un salmón"

El “campanu” esquiva a los camaradas del Ulla

Enrique Castro “Pedestal” / Ana Cela A.c. A.C.

Enrique trabajó muchos años como maestro en Ribeira. Su pasión por la pesca le hacía pasar muchas horas junto al Ulla. Lleva pescando 55 años y pescó el primer salmón de su vida en el año 1969. “Cogí una época muy buena”, recuerda, consciente de la suerte que tuvo al vivir como pescador los años dorados para la pesca del salmón en el Ulla. “Yo creo que tirabas una piedra de espaldas al río y le dabas a un salmón en la cabeza”, ríe. Cuando se le pregunta cuál es su postura favorita para tentar al “rey del río” en el coto de Ximonde él lo tiene claro: se queda con O Penedo. Recuerda que hace años se podía pescar casi hasta la presa y señala que en sus proximidades había una zona que popularmente se conocía como “el cuartel general”, zona de parada de salmones y pescadores. Enrique tiene coto el 14 de mayo en el Eo. “El salmón viene costeando. Si allí no entran, aquí menos”, apunta. “El río está muy bajo”, estimaba ayer este pescador. Acompañaba en la jornada inaugural de esta campaña en el Ulla a un compañero y no hacía falta que dijese que le encantaría ver cómo un plateado llegaba a la sacadera, aunque no pudiese ser la suya.

José Manuel Ribeiro: “Me da pena no poder enseñar a mis hijos a pescar un salmón”

El “campanu” esquiva a los camaradas del Ulla

José Manuel Ribeiro / Bernabé / Javier Lalín

Son muchos los compañeros de ribera que elogian la destreza y conocimiento del río que tiene José Manuel Ribeiro. “Si hubiese salmón picaba, ya estaba el salmón fuera”, apuntaba en la mañana de ayer. “Para mí la primera hora es la primera hora. Siempre los cogí por la mañana, creo que nunca pillé uno por la tarde”, explica. José Manuel lleva toda la vida pescando. Las primeras truchas que cogió en su vida las sacó del río con una caña de bambú con un sedal en la punta que le colocó su padre. No recuerda cuando cayó el primer salmón ni tampoco lleva la cuenta de cuántos pescó a lo largo de su vida. “Yo miro el día a día; los de atrás no valen ya”, bromea. Su puesto favorito en Ximonde es Reboredo, lo tiene claro, tanto como que los técnicos deberían tener en consideración la opinión de los pescadores a la hora de fijar estrategias para la recuperación de est pez en el Ulla. “Cuando se acaba se acaba”, dice, para luego añadir: “la única pena que tengo es no poder enseñar a mis hijos de 6 y 4 años a pescar el salmón”. “El bicho ya se lo meto poco a poco viniendo a la trucha, pero ellos están con que a ver cuándo pesco un pez grande”, bromea.

Ramiro Aller: “Conozco algunas posturas porque fueron 35 años mirando para ellos como guarda”

Ramiro Aller ha vivido junto al río toda su vida laboral. Sin embargo, ayer era la primera vez que acudía al coto de Ximonde a intentar pescar un salmón. “Es el primer año que vengo a pescar, aunque a vigilar vine muchos”, ríe. Y es que Ramiro fue durante 32 años gurda de la sociedad deportiva Río Ulla. En la mañana de ayer fue el único pescador en el coto de Ximonde que aseguraba haber visto un salmón. Explicaba a sus compañeros de ribera que lo sintió en la caña dos veces y, unos minutos después, lo vio saltar. “Ramiro, como no lo cojas hoy, te lo llevo yo el domingo”, bromeaba uno de sus camaradas.

Para Aller, la mejor postura en Ximonde es O Penedo. Aun así, no paraba de cederla cada varios lances. “Quiero que pesquen los otros,no quiero adueñarmo del sitio”, señalaba. Insistía en que su objetivo en la jornada era no hacerse daño y pasarlo bien, disfrutando de la camaradería que podía palparse junto a las aguas. Ramiro se lleva muy bien con los demás pescadores. Se nota perfectamente. Al fin y al cabo, han sido muchos años juntos, aunque a él le tocase ser el vigilante.. Sus explicaciones son muy didácticas: “a cucharilla es más fácil, no hay que tener tanto dominio; para pescar a cebo hay que saber más”.

Indica que en el puesto de O Penedo, en Ximonde, el salmón tiende a resguardarse, como harían las piezas de caza, después de haber tocado la pared de la escala. “Yo conozco algunas de las posturas porque fueron 35 años mirando para ellos, como estás tú mirando para mí”, ríe.

Ramiro Aller y Jesús Carbia, ayer, bromean con un falso “campanu”.

Ramiro Aller y Jesús Carbia, ayer, bromean con un falso “campanu”. / Bernabé / Javier Lalín

Jesús Carbia: “Llevo 75 años pescando. El río estaba lleno de salmones; ahora vivimos de recuerdos”

A Jesús Carbia todos lo conocen como “Louzao” en las orillas del Ulla. A sus 89 años, este vecino de Santeles lleva 75 pescando salmones. “Empecé cuando tenía 14 años, en el año 48. Ya conocí muchos pescadores, adquirí muchos amigos y lo pasé muy bien. Viví tiempos en los que los ríos estaban llenos de salmón y de truchas. Hoy ya no es igual. Vivimos de recuerdos”, apuntó. A mediodía de ayer ya había ido a pescar truchas, aguardando hoy poder probar fortuna con el salmón en el coto de Santeles. El día 12 irá al Eo.

Jesús comenzó pescando salmón con una caña que tenía su padre. Aquel año sacó siete piezas, en tiempos en los que las cucharillas no existían. “Las cañas las hacíamos nosotros con bambú y poniéndole unas anillas”, dice. Reconoce que el río de sus tiempos mozos no tiene nada que ver con el actual. “No soy egoísta, me gusta que pesquen todos”, apunta.

El pescador de mayor edad del Ulla bromeaba ayer posando con la trucha que sacó Ramiro Aller en su debut como pescador de salmones. Aunque al ejemplar no podía llamársele “campanu” –ni mucho menos– Jesús sabe mucho de sacar del río del primero al último de los salmones de la temporada. Cuando comenzó a pescar con 14 años logró sacar del río siete piezas. No sabe cuántos ha pescado a lo largo de su trayectoria como pescador, pero sí recuerda que en la década de los 80 hubo una campaña en la que apresó 33 ejemplares. “Antes era fácil, había muchos. Ahora no hay”, reconoce. Ver cómo le aprecian los demás pescadores demuestra compañerismo y mucho respeto.

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