La escasez de conejo obliga a los cazadores a pasarse a la becada, al zorro y al jabalí

Cuando arrancó la temporada de caza menor, el pasado 16 de octubre, la mayoría de los tecores indicaban que las sueltas de conejo habían sido satisfactorias, gracias al tiempo seco. Pero, como siempre, las primeras lluvias trajeron las propagaciones de enfermedades víricas y brotes de hierba verde con excesiva proteína para esta especie. Tampoco ayuda la obsesión de las granjas de deshacerse de los conejos con 3 ó 4 meses para evitar que se peleen, cuando en realidad hasta los seis meses no se aclimatan rápido al nuevo medio, como indican el guarda de la Sociedade de Caza e Pesca de Rodeiro, Jesús Furelos Magariños.

Las granjas venden los conejos con tres meses, demasiado inmaduros para aclimatarse al medio

Uno de los principales depredadores del conejo es el zorro, junto a las águilas y hasta los cuervos. Años atrás, las campañas contra animales sarnosos permitió mejorar su población, hasta el punto de que en Dozón es ya el doble. Así que entre que son demasiado jóvenes, que todos los años les ataca la peste, que tienen una gran presión depredadora y que incluso este año no pudo limpiarse ni desbrozarse el monte por la prolongada sequía, era de esperar que la temporada de conejo fuese mala.

Torneo provincial de becada

Aún así, hay zonas, muy concretas, donde sí ha arraigado, como en el linde entre Dozón y Lalín, en la zona conocida como As Zarras, o en A Rocha. “Pero en general no es lo que se esperaba”, indica el presidente del Tecor, José Rodríguez. En este municipio, son varios los cazadores que cuando ven que comienza a escasear el conejo “o van solo por la mañana al conejo, o se pasan al zorro o a la caza mayor”, mientras que en Lalín otra opción es la becada, que se encuentra en plena fase migratoria desde hace unos 20 días desde el Este de Europa, y que se asentará en estas tierras cuando haga aún más frío. Por cierto, este sábado, día 17, Lalín acoge el torneo provincial de caza de arcea.

“Las repoblaciones de conejo no han ido bien, enviamos algunos ejemplares a analizar para ver qué ocurre. Lo ideal sería volver a biotopos o dejar que las zonas se repoblasen con conejo autóctono”, explica el presidente de la Sociedade de Caza, Pesca e Tiro de Lalín, José Luis Montoto.

¿Por qué prescinde el jabalí del escudero?

Bastante mejor es el balance de la caza mayor, sobre todo si hablamos de jabalí. Su temporada arrancó el 20 de agosto y terminará a finales de febrero. Sobrepasado ya el ecuador, el Tecor de Dozón ronda también la mitad de los precintos, con 50, “y todo apunta a que llegaremos a los 100”, mientras en Lalín se han empleado ya 150, también en torno a la mitad de los concedidos. Dozón dispone de dos cuadrillas, y la segunda se bautizó como “os xustos” porque son ocho, el mínimo preciso para montar el grupo. Rodríguez indica que la presencia de jabalíes machos adultos sin escudero (un macho más joven) se debe a que éste suele caer antes en las batidas, y que además ahora están las hembras en celo, así que se prescinde de escudero para eliminar competencia. También añade que “apenas queda jabalí autóctono, el que apenas tiene jamón pero sí una cabeza muy grande. Los que predominan suelen ser muy corpulentos” y con pesos de hasta 140 kilos, como alguno de los abatidos en Dozón días atrás. Se ven también por la zona de la Ribeira Sacra, y se debe a la abundancia de comida.

Lalín cuenta con seis cuadrillas, y una de las ventajas de ir al jabalí “es que no tienes por qué tener perros”, ya que el rastro se busca por las mañanas con canes atrailados, “de modo que puedes acudir solo por la tarde y ocupar tu puesto”, argumenta Montoto. La semana que acabamos de rematar, con dos festivos, aumentó la presencia de cazadores en el monte y eso alertó al jabalí, de modo que se vieron menos ejemplares. Pero los cazadores alertan de cambios en los hábitos de esta especie: pueden verse hembras con dos camadas, o varias hembras con sus respectivas crías. Es una forma de defenderse contra el lobo, su principal depredador. La presencia de éste se detectó en Dozón, al encontrar restos de corzo devorados.

Dozón colabora con Medio Ambiente

Durante esta temporada de caza, el Tecor de Dozón colabora con distintos programas del Ministerio de Medio Ambiente. Uno de ellos se centra en hacer un seguimiento de las enfermedades que pueden padecer y transmitir el jabalí tanto a cabañas porcinas como a otras especies. Por eso se extraen muestras de sangre de los animales que abaten las dos cuadrillas de Dozón. José Rodríguez indica que una de las enfermedades más temidas es la Aujezsky, que puede contagiar a los perros si comen vísceras de porcino enfermo o están en contacto con su sangre. El dolor que les provoca esta enfermedad vírica a los perros es tan grande que pueden matarse a sí mismos. Dozón también colabora con Medio Ambiente para realizar un censo de lobo, por lo que se han colocado cámaras de fototrampeo en el monte. Tenemos que apuntar que la actualización anual del censo del lobo es una medida que piden colectivos ganaderos desde hace tiempo, para poder reducir el status de protección de éste y de otros grandes carnívoros, como el oso o el lince y garantizar su coexistencia con la actividad ganadera.

Rodeiro insiste en la desparasitación

Este domingo en su local social (11.00 horas) la Sociedade de Caza e Pesca de Rodeiro celebra su asamblea anual para rendir cuentas. Esta temporada, el colectivo llevó a cabo un gran esfuerzo en la repoblación de caza menor, con la siembra de 800 conejos y entre 300 y 400 perdices. A este gasto hay que sumar los 15.000 euros con que se pagaron los desbroces de 30 fincas, la siembra de cereal en otras 18 y la puesta en marcha de cinco biotopos cerrados, a 1.200 euros cada uno.

Rodeiro gastó este año 15.000 euros en desbroces, biotopos y siembra de cereal

Tanto Rodeiro como Lalín y Dozón insisten en que es responsabilidad de cada cazador ver que, si escasea la caza, dejar la escopeta en el coche y esperar a que el animal pueda reproducirse para la temporada siguiente. Pero también es importante, en vista de la tremenda mortandad del conejo, desparasitar los canes que van al monte. Es una cuestión en la que se va a incidir en la reunión de este domingo: las lombrices que expulsan los perros son muy contagiosas, para el resto de canes, para los animales que viven en el monte e incluso para los dueños de esos canes. “Cada vez que comienza la temporada de adiestramiento, aumenta la mortandad del conejo”, recuerda el guarda, Jesús Furelos. El colectivo también ve necesario que la normativa de caza concrete ya el tope de perros con que puede acudir cada cazador al monte.

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