Mermó la cosecha de maíz de silo y de fruta, y puso en jaque el abastecimiento de agua de muchos municipios. Pero la sequía tuvo algo bueno, al favorecer la densidad de conejo en buena parte de los tecores de la zona de cara al inicio de la temporada de caza menor, el 16 de este mes.
Así, detectan un incremento de la población de conejo tanto en Lalín y A Estrada como en Dozón. “Tenemos zonas donde las siembras de conejo no acaban de arrancar, pero es por el hábitat, así como en otras sí va muy bien. Podemos decir que, paso a paso, sí mejora su población”, explica el presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, José Luis Montoto. El conejo precisa comer alimento seco y con fibra, y de ahí que sea una especie con bastante mejor densidad en Castilla que en Galicia, apunta su homólogo del tecor de Dozón, José Rodríguez. “La comida en Galicia les resulta demasiado verde y con demasiada proteína”, añade. De ahí que aunque las siembras salieron adelante, en septiembre con los brotes de hierba los conejos padezcan enfermedades víricas.
Peor suerte corrió la repoblación en Cerdedo. El presidente de la sociedad cinegética, Javier Santos, lamenta que “da igual qué vacuna les pongas, antes de iniciar la temporada hay una mortandad”, a pesar de que aquí el monte es idóneo para el conejo, con vegetación baja y pedregales. Santos tiene claro que, por él, “deberíamos estar un año sin cazar conejo, para ver si puede salir adelante sin repoblaciones”. Es algo que ya se realiza en Castilla y León y Castilla-La Mancha, a iniciativa de los propios tecores, cuando detectan una merma en la población de perdiz.
La perdiz, por cierto, sobrelleva peor que el conejo la falta de agua para beber. Por eso, los tecores este año esperaron más para realizar sueltas de esta especie, a la espera de que pudiesen disponer de agua. Lalín ya había realizado una siembra anterior en mayo y Dozón las soltará en breve, con lo que los animales no tendrán el tiempo suficiente como para hacerse bravas y escapar de los perros y los cazadores. Ni eso: la falta de comida las obliga muchas veces a acercarse a zonas habitadas y correr el riesgo de ser cazadas por gatos, apostilla Montoto.
Bebederos
Las comarcas pueden tomar otra lección de Castilla: colocar bebederos para las perdices. “Pero es muy costoso, y suele hacerse en casos en que solo hay un propietario de los montes”, aclara el presidente del colectivo cinegético de Dozón, al mismo tiempo que incide que es difícil repoblar esta especie, dado que suele asentarse en zonas concretas. En Cerdedo se optó por soltarlas cerca de zonas donde todavía queda agua y en montes sin arbolado y con actividad agroganadera, como O Seixo, para garantizarles comida, aunque también se les aporte cereal.
Sí aumenta, en líneas generales, la población de zorro. En Dozón puede haberse disparado un 200% en comparación con la temporada pasada. “Fue un año bueno para criar, y es muy recomendable realizar controles de vez en cuando para evitar propagación de enfermedades como la sarna”, razona José Rodríguez. Y de igual modo que la corza adelanta o atrasa su parto en función de si tiene o no comida, si en una camada se mata la matriarca, pasan a criar todas las hembras que haya parido.
La liebre, vedada
Aunque la densidad ha mejorado en A Estrada, “no es la misma de hace cuatro años, y aún queda algún ejemplar sarnoso”, confirma el presidente de la Sociedad Deportiva Río Ulla, Manuel Sanmartín. Por su parte desde Lalín José Luis Montoto recalca que el zorro si aumenta también puede deberse a que mejora la densidad de conejo en, como decimos, monte bajo. Y añade que el zorro “realiza una excelente labor medioambiental, al comer carroña”. En Cerdedo, tampoco se nota un especial incremento de esta especie.
En cuanto a la liebre, su caza está vedada en toda la provincia, aunque se intenta la posibilidad de cazarla en los tecores con buena densidad, como es el caso de los dezanos. La liebre se decanta por prados y zonas de actividad agraria, lejos de plantaciones de pinos y eucaliptos. En Dozón sus ejemplares se multiplicaron por 10.
La Sociedade de Caza de Dozón lidera, además, las negociaciones con Mapfre y Agroseguro para conseguir que aquellos tecores que lo deseen puedan suscribir una póliza que les cubra daños de especies cinegéticas en cultivos. De salir adelante, será una medida pionera en todo el Estado. Dozón tuvo que asumir el pago de casi 10.000 euros por dos denuncias de otras tantas explotaciones ganaderas por daños del jabalí en sus cultivos.
Desparasitación de perros
Aunque la caza menor comienza el 16 de este mes, en septiembre ya queda abierto el adiestramiento con perros en los tecores. Y es en septiembre cuando la Sociedade Deportiva de Caza e Pesca de Rodeiro nota una mayor mortandad en la población de conejo. Puede ser por enfermedades víricas, por diarreas derivadas de ingerir demasiado pasto verde o por los parásitos que expulsan en sus heces los perros. Desde esta entidad indican que la Ley de Caza debería regular la desparasitación de los perros, del mismo modo que obliga a que cada can tenga su microchip. “Es más, la guardería rural debería poder pedir las cartillas de cada perro para inspeccionar la desparasitación”, que queda reflejada con el cuño del veterinario.
Los cazadores de Rodeiro también hacen constar otro vacío en la citada ley: marcar que cada cazador solo puede acudir con cuatro perros. Es cierto que esta ratio figura en la orden de vedas, pero se han dado casos en los que algunos deportistas salen al monte con 20 canes, aseguran. Por último, desde Rodeiro insisten en la importancia de que la Xunta autorice quemas controladas, dado que el conejo precisa monte bajo y vegetación nueva para asentarse y poder criar. Es necesario, también, desinfectar los biotopos.
Huevos afrodisíacos de becada
Hace años que tanto cazadores como personas ajenas a este deporte notan un cambio en los hábitos de la fauna debido al cambio climático. La codorniz, por ejemplo, “ya no emigra en primavera desde Marruecos a la Península” porque en el norte de África dispone de sistemas de regadío y de cultivos que le garantizan el alimento desde el verano, como explica el presidente de la Sociedade de Caza de Cerdedo, Javier Santos. La becada, por su parte, suele llegar a tierras españolas desde Europa del Este, cubriendo a veces hasta 200 kilómetros al día. En los últimos tiempos esta ave cobró en las comarcas mucha importancia en la caza menor, como una alternativa al conejo. Pero si antaño solía llegar entre mediados de octubre y finales de diciembre, con las primeras olas de frío. Pero ahora, con el cambio climático, se va a ralentizar su presencia.
Sin embargo, lo que más afecta a esta especie no es tanto los otoños cálidos sino “la leyenda, sobre todo en Rumanía, de que sus huevos son afrodisíacos”, explica Santos. Así que es una práctica habitual que quienes se fían del rumor opten por asaltar los nidos de becada para hacerse con el manjar. Años atrás, científicos apuntaron la necesidad de velar por su densidad en ciertos países tanto del Norte como del Este de Europa.
